yachay Año 40, nº 78, 2023, p. 65-88
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YACHAY ADHIERE A UNA LICENCIA CREATIVE COMMONS
ATTRIBUTION-NONCOMMERCIAL 4.0
INTERNATIONAL – (CC BY-NC 4.0)
BY NC
cc
DOI: https://doi.org/10.35319/yachay.20237899
Creación y Alianza en el Antiguo Testamento a partir de Noé
y el acontecimiento del diluvio: una reflexión para el cuidado
de la creación
Creation and Covenant in the Old Testament from Noah and the flood
event: a reflection for the care of Creation
Camila Aylin Villarroel Orellana1
Resumen
El texto trata sobre la relación entre la Creación y la Alianza en el Antiguo
Testamento, centrándose en el relato del diluvio y Noé. Dios crea el mundo con
el propósito de establecer una alianza con la humanidad y toda la creación. La
historia del diluvio se interpreta como un acto de restauración de esta alianza
después de que el pecado corrompiera la naturaleza humana. Partiendo de
esas bases, se reconoce la importancia de una consciencia ecológica basada
en la relación entre el Creador y la creación, destacando que la alianza con
Noé es una alianza universal que incluye a todas las criaturas. Se da una
mirada no tan común a este relato en consonancia con la creación y la alianza
como un llamado a tomar medidas para abordar la crisis ecológica actual y a
asumir la responsabilidad de cuidar y preservar la creación, reconociendo la
interconexión de todos los seres vivos en la tierra.
Palabras clave
Creación – Alianza – Noé – crisis ecológica – consciencia ecológica
1 Es laica boliviana. Bachillerato en Teología en la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”.
Actualmente cursando la maestría en Misionología en el Instituto de Misionología de la
Facultad de Teología “San Pablo”; y la licenciatura en lingüística aplicada a la enseñanza de
lenguas en la Universidad Mayor de San Simón, en Cochabamba. E-mail: camila.villaroel@
ucb.edu.bo; ORCID: https://orcid.org/0009-0003-5162-5828.
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Creación y Alianza en el Antiguo Testamento a partir de Noé y el acontecimiento del diluvio66
Abstract
The text discusses the relationship between Creation and Covenant in the Old
Testament, focusing on the story of the flood and Noah. God creates the world
for the purpose of establishing a covenant with humanity and all creation. The
story of the flood is interpreted as an act of restoration of this covenant after
sin corrupted human nature. On this basis, the importance of an ecological
consciousness based on the relationship between the Creator and creation is
recognised, emphasising that the covenant with Noah is a universal covenant
that includes all creatures. A fresh look at this story is given in line with creation
and covenant as a call to take action to address the current ecological crisis and
to take responsibility for the care and preservation of creation, recognising the
interconnectedness of all living beings on earth.
Key words
Creation – Covenant – Noah – ecological crisis – ecological consciousness
Introducción
Desde el inicio de la creación, Dios establece una alianza con el
hombre, creado a imagen y semejanza suya, y le deja la creación a su
cuidado. Con la emergencia del pecado en la naturaleza del hombre, la
humanidad queda en corrupción y se degenera la relación Dios-hombre
hecha en el inicio de la creación2. Tras el acontecimiento del diluvio
con la figura de Noé, Dios viene a restaurar a la humanidad corrompida
y a toda la creación. Con este relato se hace notable la importancia de
tener fundamentos bíblicos frente a la pregunta sobre cuál es la relación
de la creación con su creador, y a partir de esos fundamentos, tomar
acciones frente a la realidad teniendo en cuenta nuestra alianza con
2 “Ya no subsistían las condiciones ideales de esta época, marcada por una alianza implícita
con el primer hombre (cf. 1,28-30)”. Eugene H. Maly, «Génesis», en Comentario Bíblico San
Jerónimo. Tomo I. Antiguo Testamento I, edit. por Raymond E. Brown, Joseph A. Fitzmyer y
Roland E. Murphy (Madrid: Cristiandad, 1971), 81.
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Dios y nuestro compromiso del cuidado de la creación. Es decir, que
la comprensión de la relación entre creador y criatura por medio de la
alianza llevaría a una consciencia ecológica de proteger la casa común
como respuesta a la alianza. La historia de Noé y el diluvio, narrada en
el Antiguo Testamento de la Biblia, es un relato fundamental que se ha
convertido en un símbolo de la relación entre Dios y la humanidad, así
como en un llamado al cuidado de la creación.
El objetivo del presente trabajo es ahondar en la comprensión de la
relación entre creación y alianza en el Antiguo Testamento con el relato
del diluvio y Noé de cara al desarrollo de una consciencia ecológica.
Se sentarán las implicaciones morales de los fundamentos bíblicos
del relato de Noé sobre la relación entre creación y alianza para su
aplicación práctica a la realidad. Se hará una lectura de Gn 9, rescatando
los elementos más relevantes para ver la alianza de Dios con su creación
a través de Noé y del diluvio, y luego visibilizar la puesta en práctica en
la actualidad de una consciencia ecológica y al cuidado de la creación.
Se explorará cómo la historia de Noé y el diluvio proporciona
un mensaje poderoso y atemporal sobre el cuidado de la creación
y la importancia de la alianza entre Dios, la humanidad y el mundo
natural. Se analizará cómo este relato del Antiguo Testamento destaca
la necesidad de ser cuidadores responsables del medio ambiente,
conservar la biodiversidad, utilizar los recursos naturales de manera
sostenible y reconocer las consecuencias de la degradación ambiental.
También se inspeccionará cómo esta historia sigue siendo relevante en
el contexto actual, recordándonos la urgencia de tomar medidas para
proteger nuestro planeta y promover la ecología como parte integral de
nuestra fe y responsabilidad moral. A través de este análisis, se trata
de proporcionar una comprensión más profunda de la relación entre la
creación, la alianza y el cuidado de la creación en el Antiguo Testamento,
y cómo estos conceptos pueden inspirar a actuar en beneficio del medio
ambiente y las generaciones futuras.
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Se presentarán tres apartados que parten desde un panorama general
de la creación y alianza en el Antiguo Testament, hacia un desarrollo
de esta teología que lleve al cuidado de la creación. Bajo la premisa
de que Dios es el Creador de toda la creación, el primer apartado da
unos primeros lineamientos generales para evidenciar la relación entre
creación y alianza en el Antiguo Testamento. El segundo apartado analiza
el relato del diluvio y Noé (Gn 6-9) con el fin de explorar la alianza
entre creador y criatura por medio de la creación a partir de la figura
del acontecimiento del diluvio y la alianza hecha con Noé. Finalmente,
el tercer apartado pretende proponer lineamientos de acción para el
desarrollo de una consciencia ecológica a partir de los fundamentos
bíblicos de la relación entre creación y alianza a través del relato de Noé.
1. La creación y la alianza en el Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento de la Biblia, la creación y la alianza
son dos temas fundamentales que se entrelazan a lo largo de varias
narrativas y libros. Comenzando con la cuestionante respecto a la
creación del mundo, de todo lo existente y de la naturaleza, ésta ya había
sido un tema recurrentemente tratado por los cananeos y los pueblos
de Mesopotamia, llegando a ser sus dioses identificados con diferentes
fuerzas de la naturaleza.
Génesis 1 expone el relato de la creación del mundo, por el cual
se retrata la certeza de Israel sobre YHWH como el creador de todo
el mundo material y no como una fuerza natural, sino como Señor de
toda la creación y, por lo tanto, de la naturaleza. “La creación […es]
proyectada como una grandiosa arquitectura cósmica”3 cuyo arquitecto
es Dios. En el pensamiento bíblico, Dios ya no es como el dios semítico
“Yam”, dios de las tempestades y el mar; más bien, Dios es quien puede
3 Gianfranco Ravasi, Guía espiritual del Antiguo Testamento. El libro del Génesis (1-11)
(Barcelona-Madrid: Herder-Ciudad Nueva, 1992), 34.
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controlar todas las fuerzas nacidas de la creación e inscribirlas dentro de
la historia salvífica de su pueblo.
Esta certeza viene desarrollada a partir de la fe de Israel en el Dios
del Éxodo, pues, a pesar de estar situado antes el libro del Génesis que
el libro del Éxodo en la Biblia, el primer relato de la creación (Gn 1) fue
“redactado ciertamente después del destierro (entre el 538 y el 450 a.
de C.) y se le da el nombre de relato sacerdotal”4. Esta fe y la posterior
redacción de la cosmogonía israelita tuvo su proceso de elaboración en
función del Éxodo, acontecimiento mediante el cual Dios se reveló a
su pueblo como el Señor de toda la naturaleza, haciendo actuar a la
misma en favor de Israel frente a Egipto5. Ya con este acontecimiento,
“[l]a misma idea de alianza tenía que provocar, tarde o temprano, la
explicitación de la idea de la creación, una creación (por lo demás)
comprendida en el horizonte teológico diseñado por la alianza”6.
Ahora bien, en el Éxodo (que contempla el establecimiento de la
Alianza entre Dios e Israel) se tiene la visión del poder de Dios sobre la
naturaleza, pero la pregunta sobre el origen de todas las cosas surgiría
recién luego del asentamiento de Israel en la tierra prometida. En este
marco, el relato de la creación en Gn 1 es redactado en el contexto del
exilio en Babilonia, y como necesidad de un signo de esperanza visto
desde los acontecimientos pasados importantes para el pueblo. Es decir,
para el pueblo israelita, el acontecimiento del éxodo comprende la
centralidad de la historia universal y salvífica, y la creación, un punto de
partida y signo profético hacia el Éxodo7. “Así (…) contempla la creación
y la Alianza como el alfa y omega de la historia de la salvación”8, es
decir, mediante la creación como inicio se entabla la alianza, pero al
4 Alfred Läpple, El mensaje bíblico en nuestro tiempo (Madrid: Paulinas, 1973), 30.
5 Cf. James Plastaras, Creación y alianza (Santander: Sal Terrae, 1969), 15.
6 Juan Luis Ruiz de la Peña, Teología de la creación (Santander: Sal Terrae, 1996), 27.
7 Cf. Plastaras, Creación y alianza…, 15.
8 Ibid., 17.
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mismo tiempo la creación misma continúa el camino de la alianza hacia
la salvación.
En estos acercamientos al Antiguo Testamento, creación y Alianza
son dos elementos centrales unidos y tratados en especial en la línea del
relato Sacerdotal, del que es parte Gn 1, y que
es esencialmente un libro de consolación [en la línea del relato
sacerdotal], una exhortación a la esperanza porque subraya que las
promesas de Dios y su Alianza son incondicionales y duraderas (Gén.
9,8-17; 17,9 ss.). [Aunque es importante aclarar también que más
allá de constituirse en una exhortación a la esperanza en el marco
de la situación del exilio, se constituye sobre todo en una respuesta
teológica ante el escenario de caos y confusión de los exiliados].
Exactamente como Yahvé había liberado una vez a Israel de Egipto
por su Alianza con los padres (Ex. 6,5), también ahora habría de
librar a los desterrados de la esclavitud de Babilonia.
Lo mismo que el relato Yahvista, la tradición Sacerdotal comienza
la historia con el relato de la creación. Presenta una versión muy
esquemática de los acontecimientos que llevaron al éxodo. De hecho
solamente presenta tres relatos correspondientes a este periodo: la
creación que culmina en la institución del sábado (Gén. 1); el diluvio
y la Alianza con Noé que lleva consigo la institución del ritual de
los alimentos (Gén. 6-9); la Alianza con Abram con la circuncisión
como signo9.
En el Antiguo Testamento se puede encontrar no sólo una Alianza,
sino cuatro alianzas de Dios, siendo la primera en relación con el ser
humano, es decir con Adán10; pero solo las siguientes tres son propiamente
9 Plastaras, Creación y alianza…, 23.
10 Ya se había establecido una alianza al inicio de la creación con Adán teniendo el día sábado
como símbolo, si bien no se menciona el término de “pacto” o “alianza”, queda implícito y
sobreentendido. Esta idea de la alianza adámica es aceptada incluso en textos litúrgicos
como el “Ritual de la profesión de las religiosas” en el Misal romano o en Redemptoris
Hominis n.7 de Juan Pablo II. Cf. R. Sanz Carrera, «La alianza adámica o alianza de la
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con la creación: la Alianza hecha con Noé, luego con Abraham y al
final recién con Moisés, dando a estos personajes la promesa de una
descendencia numerosa11.
Los lineamientos del relato sacerdotal que tratan de llevar un hilo
conductor con la Alianza a través de su historia, supone un pacto de Dios
con Adán y con la creación en el sentido en que todo lo creado visibiliza
la omnipotencia y sabiduría de Dios. Por lo tanto, todo es bueno (cf. Gn
1,10.12.18.21.25.31) y Dios se complace al verlo, denotando a la vez con
esta complacencia y culminación de su obra creadora el establecimiento
de una primera alianza de Dios con sus criaturas. Esta complacencia es
notoria al bendecir Dios a los animales y al ser humano (cf. Gn 1,22.28),
culminando con la bendición y santificando el séptimo día al concluir su
labor. “El sábado (…), se relacionará con la terminación de la creación y
se convertirá en señal de la Alianza”12. De modo que luego de ver Dios que
todo lo que había creado era bueno, descansó el séptimo día, un sábado,
signo de una primera alianza de Dios con la creación que Él había hecho13.
Dios crea con el propósito de establecer una alianza, es decir, crea
con el objetivo de que los seres humanos entren en comunión con Él.
Por lo tanto, la alianza impregna toda la creación como su finalidad, no
es simplemente una modificación accidental agregada a una creación ya
consistente y significativa. “Creó, pues, Dios al ser humano a imagen
suya, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó” (Gn 1,27), esto
es, como seres abiertos y capaces de encuentro, diálogo14 y comunión
con Dios en el sentido de que “por muy semejante que Dios haya hecho
creación», Un Blog sobre Sagrada Escritura, 21 de enero de 2022, https://rsanzcarrera2.
wordpress.com/2022/01/21/la-alianza-adamica-o-alianza-de-la-creacion/
11 Cf. Maximiliano García Cordero, «La noción de “Alianza” en el Antiguo Testamento», en
Salmanticensis 16 (1969): 243.
12 Jesús Moya, «Génesis», en Biblia de Jerusalén (Bilbao: Desclée de Brouwer, 2009), 12.
13 Cf. García Cordero, «La noción de “Alianza” en el Antiguo Testamento», 245.
14 La voluntad del creador es estar frente a su criatura como un “tú” al que otorga la escucha
y lo hace digno de diálogo. Cf. Walther Eichrodt, Teología del Antiguo Testamento. II: Dios y
mundo-Dios y hombre (Madrid: Cristiandad, 1975), 108.
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al hombre, éste no es, en última instancia, sino criatura suya”15. La
alianza de Dios con el hombre es posible porque Dios creó al hombre a
su “imagen” con el propósito de establecer una alianza con él.
En la tradición sacerdotal, la llegada a la tierra prometida puede ser
vista como cumplimiento del designio de Gn 1,28 de llenar y someter la
tierra16; a la vez, ésta representa el cumplimiento de la alianza-promesa
de Dios con Abraham17. Por lo tanto, la creación encuentra su realización
en la acción de la alianza-promesa. La creación se inclina y orienta hacia
la alianza, por lo que no hay alianza fuera de la relación con la creación.
Esta afirmación se entrelaza para revelar el propósito divino de amor,
salvación y restauración en el contexto de la relación entre Dios, la
humanidad y la creación.
En el Antiguo Testamento, las alianzas divinas establecen un marco
para vivir en armonía con la creación y cumplir el propósito divino
en el mundo. A través de estas alianzas, Dios muestra su compromiso
con la preservación y el cuidado de la creación, y la creación misma es
vista como el escenario donde se desarrolla la relación entre Dios y la
humanidad.
Ahora, ya se había resaltado anteriormente que en el Antiguo
Testamento se pueden encontrar cuatro alianzas de Dios con la creación,
cada una para demostrar una distinta finalidad y significado, pero que
15 Ruiz de la Peña, Teología…, 45.
16 El “someter” “que algunas traducciones de la Biblia usan en Gn 1:26 y 28 (…), tiene que ser
interpretada más bien desde [la] idea de la autoridad del rey que consiste en hacer justicia
sobre todo para las y los pobres (…) y en el cuidado de los más débiles a los cuales hoy en
día pertenecen también, sin duda alguna, las especies de seres vivientes”. Dietmar Müszig,
Hacia un cristianismo ecológico: Fuentes espirituales para el cuidado de la Creación (La Paz:
ISEAT, 2012), 19-20.
17 “Las diversas escuelas teológicas tienen especial interés en justificar los derechos de las
tribus descendientes de Jacob a la posesión del país de los cananeos, y así, ponen en boca
del Dios nacional las primeras promesas hechas al legendario antepasado Abraham”. García
Cordero, «La noción de “Alianza” en el Antiguo Testamento», 262.
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van en la sola línea de creación-alianza. Se mencionó anteriormente
la alianza de Dios con la creación por medio de Adán, de Abraham y
Moisés, pero es solo la alianza con Noé la que se pretende exponer a
continuación. Los conceptos de creación y alianza forman la base de la
cosmovisión religiosa y ética de la tradición judeocristiana, y la historia
de Noé y el diluvio es una de las narraciones clave que ilustran estos
conceptos. Sin embargo, este es un tema aún poco tocado y tratado
dentro de la teología sistemática en relación a la alianza de Dios con la
creación, pero no por eso menos relevante y muy enriquecedor, como se
verá a continuación.
2. La alianza por medio de Noé y el diluvio
En el área de Oriente Antiguo, hubo una tradición bastante difundida
sobre los tiempos primitivos: el acontecimiento de un diluvio en toda la
tierra que mató todos los animales y los hombres, salvo a uno18. Ante
aquella tradición surge la duda sobre ¿cuál fue el motivo por el que hubo
un diluvio de tal magnitud? Nuevamente es necesario remitir al texto de
Gn 1, la narración de la creación. Luego de terminar toda la creación
se manifiesta que “[v]io Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy
bien. Atardeció y amaneció: día sexto” (Gn 1,31)19; a lo que en el relato
del diluvio se contrapone: “Así pues, dijo Yahvé: «Voy a exterminar de
sobre la faz del suelo al hombre que he creado –desde el hombre hasta
los ganados, los reptiles, y hasta las aves del cielo–, porque me pesa
haberlos hecho»” (Gn 6,7).
Claramente el motivo por el cual se desató el diluvio parece ser
un castigo ante la corrupción –introducida en la humanidad por medio
del pecado de Adán y Eva (Gn 3)– que hace perecer a todos como
18 Cf. Andrés Ibáñez Arana, Para comprender el libro del Génesis (Estella (Navarra): Verbo
Divino, 1999), 61.
19 Se tiene presente que el día sábado es símbolo de la primera alianza establecida de Dios con
Adán, representante de la humanidad.
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consecuencia a la desconcertante realidad de la oposición pecaminosa
de la criatura humana a la voluntad de su Creador:
Efectivamente, una vez que, por su experiencia histórica, llegó
el pueblo a la fe de que el Dios de la alianza era también el único
Señor divino de la naturaleza y esta fe encontró su traducción en
el dogma de la creación, resultaba ya imposible eludir el problema
planteado por el hecho monstruoso de la oposición pecadora de la
criatura humana a la voluntad de su Creador. El hombre que hablaba
del Diluvio (…) se vio enfrentado con el enigma de la rebelión que el
pecado representaba dentro de la creación del Dios bueno20.
Pero también se encuentra la decisión de Dios de salvar a uno, el
más justo: Noé21, representante ahora de la humanidad. Dios cuenta a
Noé su proyecto, ordenándole la construcción del arca y de ese modo lo
hace partícipe de un diálogo e intimidad con Dios, constituyendo (desde
ese momento, al menos incipientemente) su alianza con Noé: “Pero
contigo estableceré mi alianza” (Gn 6,18).
Al final del diluvio, al salir del arca, Noé vio que en la tierra estaba ya
“seca la superficie del suelo” (Gn 8,13), lo cual no se presenta pues como
una desolación universal, sino un nuevo comienzo para la creación22.
“La nueva época, a pesar de sus inherentes deficiencias producidas por
el pecado, requiere la bendición divina para su prosecución, lo mismo
que la requirió la primera (cf. [Gn] 1,28)”23. Noé hace su ofrenda a
Dios, quien entonces promete no castigar a la humanidad nuevamente
20 Eichrodt, Teología del Antiguo…, 399-400.
21 Cf. Ibáñez Arana, Para comprender…, 61.
22 Cf. François Castel, Comienzos: Los once primeros capítulos del Génesis (Estella (Navarra):
Verbo Divino, 1987), 119.
23 Eugene H. Maly, «Génesis», en Comentario Bíblico San Jerónimo. Tomo I. Antiguo Testamento
I, edit. por Raymond E. Brown, Joseph A. Fitzmyer y Roland E. Murphy (Madrid: Cristiandad,
1971), 81-82.
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destruyendo a todos los seres vivientes a causa de su corrupción; Dios
asume la inclinación al mal que tiene el hombre y lo perdona.
Según Gn 9,1-17, la alianza de Dios revela el sentido de la creación:
Dios salva al mundo del diluvio con Noé, es decir, “crea” de nuevo el
mundo para ofrecerle su alianza de forma absolutamente gratuita. Se
repite también en Gn 9 el designio de Dios dado a Adán y Eva en el
primer relato de la creación (Gn 1): “Sed fecundos, multiplicaos y llenad
la tierra” (Gn 9,1); y se vuelven a repetir las mismas palabras también en
Gn 9,7, incluyendo esta vez a los animales como depositarios del mismo
designio que el hombre.
Con esta restauración de la alianza también vienen nuevas cosas
como la relación con los animales, sobre quienes desde ese instante –si
bien ya antes el hombre dominaba sobre ellos en Gn1– la dominación
sobre ellos parece ser de mayor dureza y responsabilidad, llegando los
animales a tener miedo al hombre; además de que se añade de igual
manera a los animales en la alimentación24.
El diluvio es significado y representación del caos. Incluso se utiliza
en el relato una descripción similar al caos inicial y original antes de la
creación. “Así como la creación consistió en tornar al caos en orden, así
ahora el castigo divino decide que el orden se vuelva caos”25, denotando
la superación del diluvio como una nueva creación representada por
Noé. Dios es consciente de que el pecado continuará presente. Aun así,
dota a las personas de ayuda para poder adentrarse en la nueva creación,
tal como lo hizo con el diluvio donde Dios libera a la humanidad del
pecado y establece su alianza con Noé, a quien todos deben imitar como
24 Cf. François Castel, Comienzos…, 121.
25 Antonio Salas, Los orígenes. Del Edén a Babel (Madrid: Paulinas, 1992), 125.
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ejemplo de justicia y fidelidad para librarse del diluvio interno del
pecado26.
La confirmación de la alianza viene con la interesante introducción
de la figura de un arco iris: “Pongo mi arco en las nubes, que servirá de
señal de la alianza entre yo y la tierra” (Gn 9,13). El arco iris simboliza
la promesa divina y sirve como recordatorio de la fidelidad de Dios a su
compromiso. Esto es, la alianza afianzada con el arco iris hace partícipe
a toda criatura, a toda la creación; además, mantiene la promesa de la
fidelidad del Creador que continuará fiel a toda la tierra y a la humanidad
en toda circunstancia, confirmando esa promesa con el testimonio del
arco cada vez que aparezca entre el cielo encapotado27, es decir, con
algo que es perceptible, visible y garantizado a los ojos de Noé y de la
humanidad28.
Con el relato del diluvio y la alianza se acrecienta el concepto
teológico de la relación entre la creación y la promesa de la fidelidad y
amor de Dios a la humanidad corrompida29, que se traduce en la misma
alianza. Así, justamente el acontecimiento del diluvio expresa lo que
la creación significa como categoría teológica en cuanto relación del
Creador con su Creación y, bajo este aspecto, el relato de creación en
Gn 1 y el relato del diluvio de Gn 6-9 crean una afirmación dialéctica
conjunta30 en la relación alianza-creación.
26 Cf. Salas, Los orígenes…, 125.
27 “La palabra hebrea [קשׁתי “kashtí”] (…) [traducida] por arco iris, significa en otros pasajes del
AT el arco guerrero que sirve para flechar. Se (…) ofrece pues aquí una imagen pletórica
de arcaica belleza; Dios muestra ante el mundo su arco colgado de la pared del horizonte,
en son de paz. El hombre experimenta la ventura de esta nueva relación graciable, en la
estabilidad de los órdenes naturales; es decir, primeramente en el ámbito de los elementos
impersonales”. Rad, El libro…, 161-162.
28 Cf. Gerhad von Rad, El libro del Génesis (Salamanca: Paulinas, 1977), 161.
29 Cf. Medard Kehl, Contempló Dios toda su obra y estaba muy bien. Una teología de la creación
(Barcelona: Herder, 2009), 195.
30 Cf. Erich Zenger, «Schöpfung», en Lexikon für Theologie und Kirche 9, ed. por Walter Kasper
(Freiburg: Herder, 1999), 218.
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La alianza con Noé es la primera alianza mencionada explícitamente
en el Antiguo Testamento. A diferencia de otras alianzas bíblicas que se
limitan a un pueblo específico, la alianza con Noé se establece con toda
la humanidad y con todas las criaturas vivientes en la tierra, que “[i]
ncorporados después a la ley de la nación, constituyeron parte integrante
del orden social (…) del pueblo de Dios y, al inculcar determinados
deberes para con la naturaleza, llevaron al reconocimiento de un orden
cósmico natural que el hombre tenía que respetar precisamente en cuanto
súbdito del Dios de la alianza y miembro del pueblo escogido”31. Es una
alianza universal y eterna que trasciende generaciones. Asimismo, esta
universalidad de la alianza de Dios hacia la creación es recalcada en
varios versículos del Gn: “todo ser vivo” (Gn 9, 10. 12. 15. 16).
La alianza con Noé representa la gracia y la misericordia de Dios
al preservar la vida después del diluvio y establecer un pacto con la
humanidad. Esta alianza establece un fundamento para las futuras
relaciones entre Dios y su pueblo, y sienta las bases para la revelación y
redención posteriores en la historia bíblica.
3. La alianza de Dios con su Creación por medio de Noé: una
reflexión ecológica integral actual
El ser humano y la sociedad actual se encuentran determinados
por la era tecnológica, generando en las personas una consciencia
superficial y que cada vez se deshumaniza más, lo cual lleva a un
descuido de lo “natural” o de la naturaleza y a una fuerte crisis ecológica
reinante el día de hoy. Plastaras en ese sentido indica que “una vez que
el pecado ha entrado en el mundo, la difusión de su maldad a través
de la sociedad y las instituciones humanas, se convirtió un proceso
que era, naturalmente hablando, irreversible”32. Si bien con la toma
31 Eichrodt, Teología del Antiguo…, 125.
32 Plastaras, Creación y alianza…, 90.
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de consciencia respecto a la crisis ambiental actual de la humanidad
se ha logrado llegar a una consciencia ecológica, ahora más que antes,
muchas veces las instituciones (sean políticas o de otra índole), lejos de
promover la ecología y el cuidado de la casa común, pormenorizan los
nefastos efectos de la crisis ambiental. En esta línea, parece oportuno
lo que dice Boff: “El problema no está tanto en salvar a la Tierra como
en cambiar nuestra relación con ella”33; es decir, cambiar la relación de
cada persona y de las instituciones con la creación, pues solo así se irá
en contra de la indiferencia y se comenzarán a hacer cambios.
La gravedad de la situación actual se ha vuelto tan evidente y
preocupante que el Papa Francisco nuevamente hace un llamamiento a la
reflexión ecológica en su nueva exhortación apostólica Laudate Deum,
publicada hace poco, en la cual señala que “algunas manifestaciones
de […la] crisis climática ya son irreversibles al menos por cientos de
años, como el aumento de la temperatura global de los océanos, su
acidificación y disminución de oxígeno (…). Este es un signo entre
tantos otros de que las demás criaturas de este mundo han dejado de ser
compañeros de camino para convertirse en nuestras víctimas” (LD 15).
Esto presenta una problemática global que visibiliza la serie de
desafíos ambientales que enfrenta el planeta debido a la actividad
humana, misma que es causa principal de la catástrofe ambiental34.
“Mientras que el hombre, a quien Dios colocó en el mundo como
perfeccionador y unificador de la creación, esté pervertido por el
egoísmo y el orgullo, toda la creación material seguirá sujeta a la
vanidad”35. Esta crisis se caracteriza por el deterioro y la degradación
de los ecosistemas, la pérdida de biodiversidad, el cambio climático,
33 Leonardo Boff, Liberar la Tierra: Una ecoteología para un mañana posible (Madrid: San Pablo,
2018), 27.
34 Cf. Müꞵig, Hacia un cristianismo ecológico: Fuentes…, 84.
35 Plastaras, Creación y alianza…, 80.
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Camila Aylin Villarroel Orellana 79
la contaminación del aire, del agua y del suelo, fenómenos naturales
(tormentas, inundaciones, sequías), entre otros problemas ambientales;
y tiene múltiples causas, incluyendo la sobreexplotación de los recursos
naturales, la deforestación, la contaminación industrial y agrícola, las
emisiones de gases de efecto invernadero, el consumo insostenible y
la falta de consciencia ambiental. La Laudato Si´ hace eco de estos
problemas indicando que “la violencia que hay en el corazón humano,
herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de
enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los
seres vivientes” (LS 2).
En definitiva, los impactos de la crisis ecológica son significativos y
afectan tanto al medio ambiente como a las sociedades humanas. Estos
impactos incluyen el aumento de desastres naturales, la escasez de agua
y alimentos, la afectación de la salud humana, la migración forzada y
los conflictos socio ambientales. Queda claro que “el mal que el hombre
había traído al mundo mediante su propio abuso de libertad ha llegado
a ser una fuerza que prepondera sobre el hombre. En vez de hombre
libre, se ha convertido en esclavo”36. El derroche, el materialismo y el
consumismo llegan a dominar actualmente a las personas. Ante esta
crisis y frente a esta realidad, es necesario tomar medidas urgentes para
frenar y revertir el daño ambiental a partir de la responsabilidad de
todos del cuidado de nuestra casa común. Los relatos bíblicos sobre la
creación y la alianza de Dios llegan a reflejar una consciencia ecológica
e invitan a cada persona a desarrollar la suya. En este caso, se invita a
reflexionar en base al relato de Noé y el diluvio, el cual es especialmente
enriquecedor en el sentido de que no se habla de una alianza de Dios
solamente con su pueblo, sino de una alianza universal que se extiende
a toda la creación (incluyendo los animales, fauna y flora), algo un poco
extraño en comparación a otros relatos bíblicos de la alianza.
36 Plastaras, Creación y alianza…, 90.
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Creación y Alianza en el Antiguo Testamento a partir de Noé y el acontecimiento del diluvio80
El relato del diluvio podría proyectar la figura de Dios como
castigador, sin embargo lo que se trata de subrayar no es el carácter
castigador del Creador con su creación frente a la maldad insertada en
la humanidad –y de la que también se vuelven partícipes todos los seres
vivientes–; al contrario, lo que se trata de resaltar es que el ser humano
es la causa principal del diluvio, al igual que en la actualidad es la causa
principal de la catástrofe ambiental37. Pero Dios es un Dios de amor y de
vida, pues a pesar de todo, salva a Noé y a su familia, representantes de
toda la humanidad, y a toda clase de animales38: “Meterás en el arca una
pareja de cada ser viviente, para que sobrevivan contigo” (Gn 6,18); esto
como muestra del deseo de la preservación de la fauna, respetando la vida
de la diversidad biológica. “El arca de Noé (…) [es] signo de la presencia
salvífica de YHWH”39, pues la acción de la preservación simboliza la
responsabilidad de proteger y preservar la vida en la Tierra y su diversidad.
Dios protege la vida por sobre cualquier catástrofe. Luego del diluvio
Dios no erradica todo mal de la tierra, sino que respetando la libertad de
toda la creación, la vuelve depositaria de su bendición y de la alianza.
Aunque Dios promete no destruir la tierra nuevamente por medio de
un diluvio, espera que la humanidad sea administradora responsable
de la creación divina. Dios espera que la humanidad reconozca que “la
vida humana es incomprensible e insostenible sin las demás criaturas,
porque «todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles
37 Cf. Dietmar Müszig, Hacia un cristianismo ecológico. Aportes bíblicos litúrgicos para el
cuidado de la creación (Cochabamba: Itinerarios, 2018), 82.
38 Al respecto de este relato bíblico, es sorprendente notar las semejanzas con la narración
mesopotámica de la Epopeya de Gilgamesh, dando cuenta que para los asirios y babilonios
el diluvio fue también un hecho que marcó su historia. En el relato mesopotámico del diluvio
se cuenta que en una época lejana los dioses decidieron exterminar a la humanidad con
una inundación; sin embargo, la diosa Ea tuvo piedad y dio la orden a Utanapishtim, rey de
Shuruppak, de construir un gran barco, en el cual embarcó a todas las especies vivientes.
Luego de siete días de diluvio el “Noé babilonio” salió del arca y ofreció ofrendas a los dioses.
Cf. George Roux, Mesopotamia: Historia política, económica y cultural (Madrid: Akal, 1987),
125-126.
39 Dietmar Müszig, Hacia un cristianismo ecológico…, 83.
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Camila Aylin Villarroel Orellana 81
y conformamos una especie de familia universal, una sublime comunión
que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde»” (LD 67).
La fórmula de conservación de la creación también se encuentra en
Gn 9,7: “Sed fecundos y multiplicaos; extendeos por la tierra y dominad
en ella”; remitiendo a la vez al “dominad la tierra” de Gn 1,28. Esto sin
embargo, acarrearía una idea errónea en cuanto al entendimiento del
señorío del hombre sobre el mundo, creando un pensamiento de señorío
ilimitado de la persona y a una dinámica imparable40 que la lleve a explotar
descontroladamente los recursos naturales. No obstante, contrario a este
pensamiento errado, el mandato de Dios en Gn 9,7 y 1,28 de que la
persona domine en la tierra tiene el significado de que ella queda ahora
a su cuidado y a su responsabilidad de conservarla. La dominación de la
persona sobre la tierra no supone la explotación ilimitada de los bienes en
favor de sus ambiciones, sino un cuidado responsable sobre ellos:
[H]ay que recordar cómo Dios ha querido que vivamos en este
planeta. Es él quien ha creado a todos los seres vivos. Con ello se
enfatiza que el ser humano fue formado de la misma tierra al igual
que los animales, y que Dios hizo la misma alianza con las hijas y
los hijos de Noé, como con todas las bestias del Arca. [“«He pensado
establecer mi alianza con vosotros y con vuestra futura descendencia,
y también con todo ser vivo que os acompaña: las aves, los ganados y
todas las alimañas que hay con vosotros, con todo lo que ha salido del
arca, todos los animales de la tierra»” (Gn 9,9-10). De igual modo se
hace la alusión a “todo ser vivo” en Gn 9, 12. 15. 16. 17.] Entonces,
el ser humano es uno entre otros seres, llamado por Dios para vivir
en armonía con toda la creación41.
40 Cf. Ruiz de la Peña, Teología…, 178.
41 Müszig, Hacia un cristianismo…, 74.
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Creación y Alianza en el Antiguo Testamento a partir de Noé y el acontecimiento del diluvio82
El agua en el relato del diluvio es también relevante en referencia a
la consciencia ecológica. El ser sumergidos en el agua simboliza “[l]a
idea teológica (…) [de] que tiene que morir el varón y la mujer antiguos,
para que del agua resurja una nueva creación, un ser humano que vive
en el espíritu de Dios. Alude esta concepción al relato sobre el gran
diluvio”42. El rito del bautismo recuerda a la idea presente en el diluvio
de ser sumergidos en agua para resurgir a una nueva creación, pues en
el bautismo somos sumergidos en la muerte de Cristo para ser hombres
y mujeres nuevos.
Por otro lado, también en la reflexión ecológica, el arco iris puede
interpretarse como un símbolo de esperanza en medio de los desafíos
ambientales actuales. La elección de esta imagen como símbolo de la
alianza de Dios con Noé “no (…) puede más que destacar que este Dios
de Israel es un Dios que ama a todos los seres vivientes y a la vida en
todas sus formas”43. Además, nos recuerda que, a pesar de los problemas
ambientales, existe la posibilidad de un futuro sostenible si actuamos
con responsabilidad y respeto por la creación. El arco iris
se vuelve un símbolo del amor que desde entonces Dios tiene hacia
toda su creación. Incluso frente a la permanente maldad del ser
humano y al fracaso existente en el mundo, Dios permanece fiel a
toda forma de vida. El mal no vencerá al amor divino. Este es mensaje
culminante del relato sobre el diluvio.
Pero al mismo tiempo, Dios no es omnipotente en el sentido que
erradicaría todo el mal de una sola vez. Más bien respeta la libertad
humana ¡y la de toda su creación!44
42 Ibid., 81.
43 Ibid., 84.
44 Ibid., 84-85.
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Camila Aylin Villarroel Orellana 83
La conservación de una relación integral con los demás, con uno
mismo, con Dios y con toda la creación debe ser decisión libre, pero, a
la vez, tarea primordial para la conservación de toda forma de vida en la
tierra. Así lo indica también la encíclica Laudato Si’:
Cuando todas estas relaciones son descuidadas, cuando la justicia
ya no habita en la tierra, la Biblia nos dice que toda la vida está en
peligro. Esto es lo que nos enseña la narración sobre Noé, cuando
Dios amenaza con exterminar la humanidad por su constante
incapacidad de vivir a la altura de las exigencias de la justicia y de la
paz. (...) [En este relato cargado] de profundo simbolismo, ya estaba
contenida una convicción actual: que todo está relacionado, y que el
auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con
la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad
a los demás.
(…) [A] través de Noé, que todavía se encontraba íntegro y
justo, [Dios] decidió abrir un camino de salvación. Así dio a la
humanidad la posibilidad de un nuevo comienzo. ¡Basta un hombre
bueno para que haya esperanza! La tradición bíblica establece
claramente que esta rehabilitación implica el redescubrimiento y
el respeto de los ritmos inscritos en la naturaleza por la mano del
Creador (LS 70-71).
Ambos, Laudato Si’ y la historia de Noé, nos llaman a reflexionar
sobre nuestra relación con el medio ambiente y nuestras responsabilidades
hacia la creación, pues el ser humano como co-piloto de la evolución,
es capaz de intervenir en procesos de la naturaleza por medio del uso
de recursos civilizadores y racionales45 en pro del cuidado del medio
ambiente. Además, ambos textos nos instan a reconocer la interconexión
de todos los seres vivos y a asumir una actitud de cuidado y respeto
45 Cf. Leonardo Boff, Del icerberg al arca de Noé (Santander: Sal Terrae, 2002), 33.
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Creación y Alianza en el Antiguo Testamento a partir de Noé y el acontecimiento del diluvio84
hacia la naturaleza. La Laudato Si’ usa la historia de Noé para llamar
a la reflexión e invitar a tomar consciencia de la crisis ecológica y a
asumir la responsabilidad de proteger y preservar la creación. El Papa
Francisco, usando la Escritura, nos llama a adoptar un enfoque integral
y sostenible que considere el bienestar de la humanidad y de todo el
ecosistema.
La historia de Noé implica que Dios confía en la humanidad para
ser administradores responsables de la creación. Laudato Si’ también
aboga por una conversión ecológica, instando a las personas a tomar
consciencia de su papel en la degradación ambiental y a tomar medidas
para revertirla. Esto refleja la preocupación del Papa Francisco por la
ecología integral, donde el cuidado de la creación está interconectado
con cuestiones sociales, económicas y éticas. De manera similar, la
historia de Noé y el diluvio se enfoca en la relación entre Dios, la
humanidad y la creación en un ámbito universal/cósmico.
La historia de Noé y el diluvio ilustra cómo Dios cuida de su
creación al salvarla de la destrucción, pero también enfatiza la
importancia de la responsabilidad humana en la administración de
la tierra y el cuidado de todas las criaturas, pues “a preservação da
Criação é dever e responsabilidade de todos nós, indistintamente,
cristãos e não cristãos, embora os cristãos, por uma questão de fé,
tenhamos uma responsabilidade moral maior, no que diz respeito a
Deus e ao próximo”46. La alianza de Dios con Noé es un recordatorio
de que los seres humanos tienen una parte activa en la preservación y
el cuidado de la creación divina.
46 Marcelo Pereira Marujo y Waldecir Gonzaga, «A sinergia entre a encíclica Laudato Si’, Rm
8,22 e o poema Os Estatutos do Homem: provendo uma cultura sustentável para a criação
“que geme e sofre como que em dores de parto”», Yachay 71 (2020): 30.
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Camila Aylin Villarroel Orellana 85
Conclusión
El relato de Noé en el Antiguo Testamento también tiene
implicaciones y enseñanzas relacionadas con la ecología y el cuidado de
la creación. Aunque la narrativa de Noé se centra principalmente en el
diluvio y la alianza, se pueden extraer algunos puntos relevantes sobre
la responsabilidad del ser humano hacia el medio ambiente:
- La historia de Noé muestra cómo la obediencia y la confianza
en Dios llevan a la preservación de la vida. Noé siguió las
instrucciones divinas para construir el arca y salvar a las especies
animales. Esta actitud de confianza en la providencia divina
puede inspirar a confiar en la sabiduría de Dios y tomar medidas
para proteger la creación.
- Tomar responsabilidad como administradores: Noé fue
encomendado con la tarea de cuidar y preservar la vida durante
el diluvio. Esto implica una responsabilidad de ser buenos
administradores de la creación y protegerla. La historia de Noé
nos recuerda que somos responsables de cuidar y preservar el
mundo natural que Dios nos ha dado.
- Noé llevó a bordo del arca una pareja de cada especie animal
para preservar su diversidad y evitar su extinción Esto resalta
la importancia de valorar y proteger la diversidad biológica en
nuestro planeta. Además, muestra cómo todas las especies están
interconectadas y dependen entre sí para mantener el equilibrio
de los ecosistemas.
- Vivir en armonía con y conservar la naturaleza: Después de salir del
arca, Dios renovó la bendición de la fertilidad y la multiplicación
a Noé y a sus descendientes, y les dio la responsabilidad de
gobernar la tierra. Esto implica la necesidad de vivir en armonía
yachay Año 40, nº 78, 2023, p. 65-88
Creación y Alianza en el Antiguo Testamento a partir de Noé y el acontecimiento del diluvio86
con la naturaleza y cuidar los recursos naturales de manera
sostenible.
- Alianza y compromiso con la Tierra: La alianza establecida por
Dios con Noé, simbolizada por el arco iris, es un recordatorio de
la importancia de mantener un compromiso con la Tierra y todas
sus criaturas. Esta alianza nos llama a ser buenos administradores
y a cuidar la creación divina.
- Juicio divino y consecuencias de la maldad humana: El diluvio
en la historia de Noé se considera un juicio divino contra la
maldad de la humanidad. Esto sirve como advertencia sobre las
consecuencias de la degradación ambiental y el comportamiento
destructivo hacia la creación. Implica que las acciones humanas
pueden tener repercusiones graves en el mundo natural.
En conclusión, el relato del diluvio y la Alianza de Dios con
la creación a través de Noé, nos insta a reflexionar sobre nuestra
responsabilidad hacia la ecología y el cuidado de la creación. Nos
recuerda la importancia de confiar en la providencia divina, ser buenos
administradores, valorar la diversidad y la interconexión, y vivir en
armonía con la naturaleza. Estas enseñanzas pueden guiarnos en nuestro
compromiso con la protección y el cuidado del medio ambiente y de
toda la creación en el mundo actual. Además, tanto la historia de Noé
como Laudato Si’ nos ofrecen una perspectiva espiritual y ética sobre
el cuidado de la creación, recordándonos que somos responsables de
proteger y preservar el regalo divino de la vida en la Tierra. Este texto
resuena en un mundo que enfrenta crisis ambientales y desafía a tomar
medidas concretas para garantizar un futuro sostenible para todas las
formas de vida en nuestro planeta. Nos llama a actuar en solidaridad
con la creación y a vivir de manera coherente con los valores de justicia,
cuidado y respeto hacia el mundo natural que nos rodea.
yachay Año 40, nº 78, 2023, p. 65-88
Camila Aylin Villarroel Orellana 87
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