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YACHAY ADHIERE A UNA LICENCIA CREATIVE COMMONS
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BY NC

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DOI: 10.35319/yachay.20227654

La familia en la Asamblea Eclesial de América Latina
y el Caribe: una lectura a partir del proceso de

escucha
The family in the Latin American and Caribbean
Ecclesial Assembly: a reading from the listening

process
Silvia Guzmán Rojas1

Luz María Romero Chamba2

Resumen
En el proceso de escucha de la Asamblea Eclesial de América Latina
y el Caribe (2021), el colectivo MUHATEC se hizo cargo del Foro n°
32: Familia. El fin era acoger las preocupaciones, dolores, esperanzas
y sueños que vive la familia contemporánea. Los aportes que aquí
presentamos son valiosos, profundos y, sobre todo, dejan desafíos y
1 Licenciada en Filosofía y Letras. Diplomado en Docencia en Educación Superior

por la Universidad Católica Boliviana (UCB). Diplomado en Interculturalidad:
“Riqueza y aportes de los pueblos originarios”, por CEBITEPAL y el Instituto
de Misionología de la Facultad de Teología San Pablo en la UCB,. Docente de
filosofía en la Facultad de Teología San Pablo y en la carrera de Filosofía y Letras
en la UCB, Cochabamba. Autora de varios artículos. E-mail: sguzman@ucb.edu.
bo; ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7057-4494.

2 Licenciada en Teología Pastoral por la Universidad Politécnica Salesiana de Quito.
Diploma Eclesiástico en Misionología por la Facultad de Teología San Pablo en
la Universidad Católica Boliviana (UCB), Cochabamba. Maestría en Docencia
Universitaria por Competencias, mención en asesoramiento de Proyectos de
Grado por la UCB. Maestría Internacional en Prestación de Servicios Bibliotecarios
en Educa Business School (España). Autora del libro Genio femenino: un nuevo
estilo misionero
, y de varios artículos. E-mail: lromero@ucb.edu.bo; ORCID
https://orcid.org/0000-0001-9795-3016.

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tareas para reestructurar la pastoral eclesial y discernir el modo cómo
hacerlo. Se trata de un acompañamiento que requiere escucha con
todos los sentidos y acogida con ternura y amor, al estilo de Jesús,
sin ningún tipo de exclusión, liberando de cargas que se anteponen
a la persona, devolviendo dignidad, sanando con las palabras y las
acciones.
Palabras claves
Asamblea Eclesial – Iglesia – familia – realidades diversas – escucha
– acompañamiento – acogida – encuentro
Abstract
In the listening process of the Latin America and Caribbean
Ecclesial Assembly (2021), the MUHATEC collective assumed
responsibility for Forum n° 32: Family. The aim was to welcome the
concerns, pains, hopes and dreams of the contemporary family. The
contributions presented here are valuable, profound and, above all,
leave challenges and tasks for restructuring ecclesial pastoral care
and discerning how to do it. It is an accompaniment that requires
listening with all the senses and welcoming with tenderness and love,
in the style of Jesus, without any kind of exclusion, freeing people
from burdens, restoring dignity, healing with words and actions.
Key words
Ecclesial Assembly – Church – family – diverse realities – listening
– accompaniment – welcome – encounter
Introducción

La inédita Asamblea Eclesial para América Latina y
el Caribe (AEALyC), convocada por el Papa Francisco, se
desarrolló en dos fases: un proceso amplio de escucha y un
momento presencial. Dentro del “Proceso de Escucha” llevado

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a cabo por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), se
organizaron diversos foros sincrónicos y asincrónicos, cuyo fin
era escuchar al Pueblo de Dios, principalmente a quienes están
en las periferias existenciales, eclesiales y sociales3. En cambio,
el segundo momento, la “Asamblea Presencial”, tuvo lugar en
la ciudad de México del 21 al 28 de noviembre de 20214, en el
santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, y simultáneamente
en toda la región donde estaban las/os delegadas/os5. Este texto
centra su atención sobre todo en el “Proceso de Escucha”, y
dentro de este en el foro n° 32.

En la plataforma virtual del CELAM se crearon 10 foros
y se invitó a grupos, parroquias e instituciones que pudieran
sumarse y crear otros grupos. A estos espacios se denominaron
foros de los participantes. En este marco, el colectivo Mujeres
haciendo Teología desde lo cotidiano
(MUHATEC)6 propuso y
acompañó el foro n° 32: Familia7. Las motivaciones principa-
les para generar este espacio de escucha y participación fueron:
a) “La familia, en los tiempos modernos, ha sufrido quizá como
ninguna otra institución, la acometida de las transformaciones

3 Cf. FranCisCo, “Carta encíclica Fratelli Tutti” (03.10.2020), en https://www.vatican.
va/ n° 97 (fecha de consulta 28.10.2022). En adelante: FT.

4 Para lo referente al proceso de la AEALyC ver: S. Guzmán roJas – L. M. romero
Chamba, “Asamblea Eclesial de América latina y el Caribe. De la escucha a las
proyecciones: ¿inflexión o transformación en la Iglesia?”, en: Yachay 74 (2021)
39-98.

5 Cf. humanitas, “¿En qué consiste la Asamblea Eclesial de América Latina y El
Caribe?”, en https://www.humanitas.cl/iglesia/en-que-consiste-la-asamblea-eclesial-
de-america-latina-y-el-caribe (fecha de consulta 12.12.2022).

6 Colectivo interdisciplinar, integrado por mujeres de varios países. Antes muhate.
7 asamblea eClesial de amériCa latina y el Caribe, “Proceso de escucha”, en https://

asambleaeclesial.lat/escucha/ (fecha de consulta 29.08.2021). El link ya no está
activo, el material fue descargado en aquel entonces. Ver: S. Guzmán roJas – L. M.
romero Chamba, “Asamblea Eclesial…, pie de página n° 11 y 12.

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amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura”8;
b) la “realidad de muchas familias es diversa al modelo de la
familia tradicional, y se condena fácilmente a quien no es, ni
actúa de acuerdo a ese modelo”9.

Ante la ausencia de este foro entre los propuestos por
el CELAM y siendo la familia un núcleo fundamental de la
sociedad, se hacía urgente escuchar y conocer de primera fuente
experiencial-testimonial las diferentes realidades que viven las
familias en América Latina y el Caribe.

Además de los 41 desafíos y orientaciones pastorales
resultado de la Asamblea Eclesial, se cuenta con una síntesis
narrativa del “Proceso de Escucha” y varios materiales
que recogen la vivencia y los aportes de las dos fases de la
AEALyC; sin embargo, constatamos que las contribuciones
y cuestionamientos presentados en la plataforma del foro 32
no han sido suficientemente visibilizados y dados a conocer
a quienes aportaron, como a quienes se interesan por esta
temática y a la comunidad en general. Por tal razón, nos vemos
en la responsabilidad de sistematizarlos. Cabe indicar que este
foro fue uno de los pocos con mayor participación dentro de la
plataforma10.

8 Juan pablo ii, “Exhortación Apostólica Familiaris Consortio” (22.11.1981), en
https://www.vatican.va/ n° 1 (fecha de consulta 28.10.2022). En adelante: FC.

9 Introducción al foro n° 32: Familia.
10 Se vaciaron datos recogidos a través de documentos Word, formularios Google y

entrevistas. En el proceso nos encontramos con la tarea de explicar a la mayoría
de las personas sobre la AEALyC. Esta situación reveló la falta de socialización.
Cf. S. Guzmán roJas – L. M. romero Chamba, “Asamblea Eclesial…, 48.

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Datos estadísticos del foro11

Dada la extensión de los aportes en plataforma, en este
trabajo se tiene en cuenta aquellos más completos y las citas
textuales con una perspectiva más amplia12. Seguiremos la
misma metodología del foro n° 32 en la plataforma:
11 Si bien fue un foro con bastante participación, en comparación con la cantidad de

habitantes de Latinoamérica y el Caribe, es pobre y reducido. Cf. S. Guzmán roJas
– L. M. romero Chamba, “Asamblea Eclesial…, 47-48 y 52.

12 En las citas textuales que así lo requieran, se hace corrección ortográfica; las
textuales mayúsculas se cambian por cursiva y se juntan algunas citaciones.

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además de identificar las diferentes realidades que viven las
familias (ver), quisiéramos que sea un espacio para dar voz,
lugar y cabida a todas las familias; un espacio para reflexionar
(iluminar), compartir ideas y experiencias que posibiliten
la acogida, encuentro, escucha y acompañamiento; y sobre
todo un espacio que nos conduzca hacia opciones concretas
(actuar), para construir juntas/os una Iglesia sinodal13.

1. La familia y sus realidades frente a la pastoral eclesial y
su acompañamiento
En este primer apartado se buscaba que quienes participaban

opinaran básicamente sobre dos temas específicos: por un lado,
identificar las realidades que viven las familias y, por otro,
especificar cuáles de esas realidades no son tomadas en cuenta
dentro de la pastoral y el acompañamiento de la Iglesia. Quizá
la segunda parte condicionó a la primera, ya que al hacer esta
relectura nos damos cuenta que no se habló sobre los gozos,
alegrías y esperanzas que viven las familias.

Nuestros pueblos latinoamericano y caribeño, a pesar de
ser pueblos sufridos llevan en su sangre la alegría de la fiesta y
del encuentro, el deseo de superación y de salir de la pobreza, la
esperanza de días mejores y la solidaridad mutua14. Son pueblos
trabajadores, emprendedores, creativos, luchadores en pro de
sus derechos. Sin embargo, en secuencia al planteamiento del
foro, concentraremos la atención en los dos puntos señalados.

13 Introducción al foro n° 32: Familia.
14 Celam, V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. Aparecida:

Documento Conclusivo (13-31.05.2007), Bogotá 2008, n° 26. En adelante: DA.

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1.1. Realidades que viven las familias
De manera general un gran porcentaje de las familias15 de

América Latina y el Caribe tienen muchas heridas comunes16
(pobreza, hambre, desempleo, desplazamiento, migración
forzada, carencia de necesidades básicas, desigualdad de
derechos…), agudizadas por la grave situación económica y
la delicada crisis de salud quebrantada más aún con la llegada
de la pandemia del COVID-1917. La experiencia de los duelos
y partidas, sobre todo de aquellas que fueron sin despedida,
ha sido una experiencia radical. Ni qué decir de “la pérdida
de un familiar por suicidio”18; así como las experiencias de
abandono, soledad, ruptura, inestabilidad, etc., afecciones que
lastiman profundamente a las familias.

Una gran mayoría de las/os participantes en el foro
identifica la violencia intrafamiliar: “Abuso sexual. Incesto.
Alcoholismo”; “Agresiones, psicológicas, físicas y malos
tratos”; “Maltrato infantil y psicológico, aborto, violaciones”;
“suicidio, […], noviazgos violentos”19, entre otros, como algo
que ha cobrado fuerza en los últimos años y hiere en lo profundo;
pues proviene precisamente de personas cercanas llamadas
a cuidar, proteger y amar a los más cercanos. Las familias

15 Para profundizar sobre la realidad de las familias, ver: FranCisCo, “Exhortación
Apostólica Amoris Laetitia”, (19.03.2016), en https://www.vatican.va/ (fecha de
consulta 28.10.2022) n° 32-49. En adelante: AL.

16 Cf. Bolivia 1. En adelante, para proteger la autoría de los aportes, se catalogará a
cada participante con el nombre de su país y un número correlativo.

17 Para profundizar sobre el COVID-19 y la realidad de las familias, ver: muJeres
haCiendo teoloGía, “Re-creando la vida en tiempos de pandemia. Oportunidad para
nuevas relaciones”, en Spiritus 242, Año 62/1 (2021) 95-113.

18 Bolivia 2; cf. Bolivia 3.
19 Venezuela 1; Bolivia 4; Bolivia 5; Bolivia 6.

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“constituyen el primer lugar en el que se viven y se transmiten
los valores del amor y de la fraternidad, de la convivencia y
del compartir, de la atención y del cuidado del otro. Ellas son
también el ámbito privilegiado para la transmisión de la fe
desde aquellos primeros simples gestos de devoción que las
madres enseñan a los hijos” (FT 114).

Seguidamente presentamos las diversas realidades de las
familias, a partir de los aspectos social, económico y espiritual,
inter-ligados entre sí al hablar de la persona integral.

En lo social, la familia concebida como papá-mamá e hijos
se ha desintegrado y se han roto los lazos que les unían. Hay
hijos que quedan al amparo de tíos, abuelos o solo uno de los
progenitores: sin autoridad, disciplina, control, cuidados; sin
valores ni objetivos, presas del alcohol y drogas. Hay niños
criados por familias sustitutas, por parientes cercanos y/o
lejanos donde ocurre la mayoría de abusos. Viven en ambientes
vulnerables junto al riesgo de ser presa fácil de la pornografía,
trata de blancas, secuestros y más20.

Los conflictos armados generan en las familias
desapariciones, zozobra, desplazamiento, desintegración,
sufrimiento, anonimato21. El olvido de los ancianos y su
abandono es algo que cuestiona a un continente cristiano como
el nuestro. Entre otras realidades hay “familias en situación
de cárcel”; “sociedades de convivencia con hijos”; “familias
adoptivas [que] deberían tener también un acompañamiento
particular”; “tráfico de los niños dentro de la misma familia”;

20 Cf. Bolivia 7; Paraguay 1.
21 Cf. Colombia 1.

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“violencia de género”22. Estas y otras situaciones son el
resultado de una sociedad materialista e individualista, pensada
solo para su propio beneficio.

Hay familias que tienen algún miembro que sufre:
enfermedad mental, depresión, dependencia de drogas,
alcoholismo, grupos ilegales. Algunas que tienen un familiar
con capacidades diferentes y otras cuyos hijos son de la
comunidad LGBT+23. La carencia de modelos en los jóvenes,
el poco diálogo intrafamiliar, la poca valoración entre la pareja,
situaciones vulnerables como la viudez y la orfandad, influyen
en la inestabilidad de todos los miembros. Es aquí, en estas
realidades controversiales, donde se siente la poca presencia
y acompañamiento por parte de la Iglesia. Ante todas estas
realidades, la convivencia familiar se torna voluble, inestable y
sin proyecciones24.

En lo económico, la mayoría de las familias viven
en inestabilidad laboral y al día, sin poder satisfacer sus
necesidades básicas; con mucho sufrimiento y sin tiempo para
la convivencia familiar. Esta realidad pone en riesgo y conflicto
la vida emocional de los hijos, causándoles depresión y en
algunos casos tendencia al suicidio25.

En diversas situaciones y por la separación de las parejas,
las mujeres asumen sacar adelante solas a sus hijos, llevando
sobre sus hombros la sobrecarga laboral y doméstica; por esta
situación, algunas incluso se ven obligadas a la explotación y
22 Perú 1; Bolivia 8; México 1; Bolivia 9; Bolivia 10; Bolivia 11.
23 Cf. Colombia 2; Bolivia 12; Colombia 3; Bolivia 13.
24 Cf. Argentina 1.
25 Cf. Bolivia 14; Ecuador; Brasil 1.

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al trabajo sexual. Muchas de ellas, inmersas en un ambiente
machista, son víctimas de violencia y hasta de feminicidios;
la consecuencia la pagan los niños que quedan en desamparo
total. Todo lo señalado afecta también la vida espiritual de las
personas y familias26.

En lo espiritual, la sociedad contemporánea inmersa
en una sociedad capitalista y consumista, presa de las redes
sociales y de la tecnología moderna, dedica más tiempo a
lo material que a lo espiritual. Los hijos no reciben de sus
padres una referencia de vida cristiana por diversas razones27.
Hay familias que “ya no acuden a la Iglesia para pedir ayuda
(del tipo que sea), salvo raras excepciones. ¿Han perdido la
confianza, tienen vergüenza, no se sienten atraídas? […] están
desprovistas de una espiritualidad que les ayude a construir un
hogar cristiano. La fe […] se ha reducido al cumplimiento de
algunas prácticas religiosas. […] no gozan de un proyecto de
vida en común”28.

Sin embargo, hay que reconocer que dentro de las
parroquias falta crear espacios “para las familias, y sobre todo
para los niños y jóvenes, donde puedan vivir y compartir su
espiritualidad, no solamente para la catequesis”29. Se percibe
que las nuevas generaciones de padres acompañan poco a
sus hijos en cuanto a enseñanza de vida cristiana, pues en su
mayoría carecen de subsidios orientativos. Entonces, mientras
no hayan “nuevas metodologías de enseñanza o maneras de
atraer a esa generación, todo esto condiciona negativamente a
26 Cf. Bolivia 15; Bolivia 16; Paraguay 1; Bolivia 17; Bolivia 18; Bolivia 19.
27 Cf. Colombia 4; Bolivia 20; Bolivia 19.
28 Bolivia 21.
29 Bolivia 22.

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la transmisión de la fe dentro de las familias”30. Faltan espacios
pastorales “para visitar, escuchar, aconsejar y enseñar”31. Es
más, existe “una desproporción entre la escucha necesaria y la
enseñanza complementaria”32.

La pastoral de la Iglesia realiza muchas veces acciones
sueltas y momentáneas, y con ello cree lograr impactar en
las situaciones que viven las familias. A esto se suma que, en
algunos casos, en la catequesis matrimonial se refuerzan ideas
que implican cargas más pesadas para la mujer; aun hace falta
trabajar en una concepción de familia equipo33.

A manera de síntesis de este apartado, presentamos citas
textuales que definen las realidades y tipos de familias presentes
hoy en los diversos espacios sociales:

1) Divorciados y vueltos a casar. 2) Hijos de padres
divorciados. 3) Hijos que no son criados por ninguno de sus
padres. 4) Hijos drogadictos, alcohólicos y homosexuales.
5) Embarazos prematuros. 6) Pésima o ninguna educación
afectiva y sexual. Pésima o ninguna educación moral o de
valores que brinda la fe católica. 7) Consolidación entre
católicos de concubinatos en desmedro del sacramento.
8) Deficiente o ninguna preparación prematrimonial. 9)
Libertinaje sexual. 10) Crisis económica que tiene relación
causal con muchos problemas familiares. 11) Cultura
del egoísmo machista. 12) Violencia familiar silenciosa
que termina en FEMINICIDIOS que a mi juicio son
parejacidios, pues se presenta entre parejas o ex parejas34.

30 Bolivia 23.
31 Colombia 5.
32 Bolivia 24.
33 Cf. Colombia 6; Bolivia 22.
34 Bolivia 25; Bolivia 18; México 2.

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Podemos seguir enumerando: “1. Familia Patchwork. 2.
Familia Mono­parental. 3. Familia Homo­parental. 4. Familia
que no tiene como base el lazo consanguíneo”35. Todas estas
son formas y modos de vivencias-convivencias, que muchas
veces pasan desapercibidas pero que son reales. Hablar de
bisexualidad y de la comunidad LGBT+ aún es un tabú, pues
hay rechazo e intolerancia no solo en el ámbito eclesial36.
1.2. Realidades no tomadas en cuenta en la pastoral y el

acompañamiento de la Iglesia
Se parte del presupuesto que “no hay familias perfectas,

todas tienen sus defectos y virtudes; y una familia Tradicional
no es más que una familia No Tradicional y viceversa. Ambas
requieren acompañamiento y sentir que son parte de una Iglesia
inclusiva, comprensiva, tolerante, que transmita esperanza,
seguridad, etc.”37. En esta misma línea, según la Exhortación
apostólica Amoris Laetitia: “no queda un estereotipo de la
familia ideal, sino un interpelante «collage» formado por tantas
realidades diferentes, colmadas de gozos, dramas y sueños”
(AL 57).

Por un lado, el Magisterio de la Iglesia reconoce la pluri-
diversidad de familias y, por otro, en el foro se habla de que
precisamente hay muchas realidades no consideradas en el
acompañamiento pastoral. Pues si “bien hay la catequesis fa-
miliar […]. Muchas veces como Iglesia no nos preocupamos
por la familia que pasa dificultades y no sabemos acompañar u

35 Bolivia 26.
36 Cf. Bolivia 27; Bolivia 28.
37 Bolivia 29.

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orientar”38. Una de las conversiones pastorales en este aspecto
sería “acoger e integrar a las familias que se sienten lejos de la
Iglesia o se sienten marcadas por diferentes circunstancias y no
encuentran en la Iglesia ese hogar que los espera”39. Como se
puede observar, hogar y familia “son dos cosas que se reclaman
mutuamente” (AL 44). Las familias reclaman que la Iglesia sea
un espacio seguro de escucha, encuentro, sanación, recono-
cimiento, aceptación; un espacio donde todas ellas se sientan
queridas y redescubran su hogar, un hogar40. La Iglesia como
familia­hogar debería ser el “lugar al que se desea pertenecer y
al que se desea volver”41 siempre.

En lo sacramental, son varias las realidades que no están
siendo consideradas: por un lado, las familias disfuncionales
que en algunos casos son producto de la crisis económica y
sanitaria vivida los últimos años; por otro, las familias con
hijos homosexuales o lesbianas y los matrimonios compuestos
por personas del mismo sexo, quienes sufren denigración y
rechazo; todas ellas siguen relegadas y estigmatizadas en la
vivencia sacramental y comunitaria eclesial, causándoles un
dolor profundo42.

Hay familias (parejas) que viven en unión libre; madres
solteras juzgadas por quienes asisten a la Iglesia; padres y madres
38 Bolivia 30.
39 Bolivia 31.
40 Cf. Bolivia 32.
41 seCretaría Generalis synodi, Ensancha el espacio de tu tienda (Is 54,2), Documento

de trabajo para la etapa continental del Sínodo sobre la Sinodalidad, 2021-2024,
Ciudad del Vaticano 24.10.2022, #29, en https://www.conferenciaepiscopal.es/
wp-content/uploads/2022/10/Documento-de-trabajo-para-la-Etapa-Continental-
del-Sinodo.pdf (fecha de consulta 24.11.2022).

42 Cf. Bolivia 33; Bolivia 34.

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divorciados, marginados tanto de actividades sociales como
eclesiales, impedidos de comulgar porque están en pecado43. Y
nos preguntamos, a pesar de estas realidades, ¿cómo hacer para
que la Iglesia no sea una de las instituciones que margina a la
persona y a las familias en situaciones complejas?

“El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto
modo, con todo hombre” (GS 22). Creemos que él conoce y se
abaja a la realidad de cada persona. Él es el Cristo que luego de
acoger con amor, ternura y misericordia, no juzga ni condena,
sino que invita a no pecar más (cf. Jn 8, 11). Esa misma actitud
deberá ser el camino evangelizador de sus seguidores y no
emitir juicios de valor sobre las familias que no viven según
los estándares morales44. Hace falta salir a la periferia, acoger,
ser atentos y respetuosos en cada caso; acercarse y no solo
ofrecer ayuda material. La pastoral sigue “teniendo un enfoque
altamente asistencialista en la atención a las familias (entrega
de víveres, insumos, dinero) y poca gestión de empoderamiento
y autogestión, mucho más beneficiosa y acorde a los valores
evangélicos”45.

Hay familias divididas por las creencias religiosas diversas,
faltan espacios para el diálogo ecuménico e interreligioso; para
ello se requiere agentes pastorales con una formación específica
capaz de ser testimonio en medio de un mundo fragmentado46.
En este sentido, una Iglesia en salida que deja el confort y su
apego, abierta a las nuevas realidades, proyectada con planes

43 Cf. Bolivia 35; México 3.
44 Cf. México 4; Brasil 2.
45 Bolivia 33.
46 seCretaría Generalis synodi, Ensancha el espacio…, #49.

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pastorales coherentes, puede generar espacios de encuentro,
comunión y dar cabida al más necesitado47.

Si bien la Iglesia reconoce una situación de vulnerabilidad
de la mujer y los niños y adolescentes al interior de las
familias, poco o nada realiza como intervención directa,
entendiendo que posiblemente no es su querer sino que
en el caso boliviano, las leyes nacionales impiden dicha
situación, dejando el ámbito privado desprotegido, puesto
que si bien una persona puede denunciar, la mayoría de las
personas no continúan los procesos, por amedrentamiento
desde la familia del agresor o porque simplemente se
revictimiza a la persona en las diferentes instancias de
denuncia y proceso legal48.

Sintetizamos este párrafo, haciendo notar que la mayoría
de las realidades presentadas no están siendo acompañadas
pastoralmente o adecuadamente; sobre todo en el campo espiri-
tual que es donde debería poner mayor atención y empeño, pero
no el único49.
2. El trato de Jesús y actitudes que ayuden a sostener a las

familias en crisis
Después de haber identificado las diversas realidades que

preocupan y adolecen las familias, este segundo momento está
enfocado a discernir aquellas situaciones, a la luz del evangelio
y del Magisterio de la Iglesia, a partir de los mismos aportes
del foro. Nos centramos en dos aspectos: el trato de Jesús y las
actitudes para sostener a las familias en crisis.
47 Cf. Bolivia 36; Bolivia 14.
48 Bolivia 33.
49 Muchas realidades no son atendidas “debidamente, quizá por principios

doctrinales y por posición personal”, Bolivia 35.

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2.1. El trato de Jesús a las personas que estaban “fuera de
las enseñanzas de la Ley judía”
La razón de ser de la Iglesia es transmitir la Buena Nueva

y proceder según las enseñanzas de Jesús. Él “NUNCA fue
excluyente, ni rechazó a ningún ser humano. Él mismo venció
sus prejuicios religiosos y aceptó relacionarse y sanar a quienes
sufrían rechazo. Se conmovió y actuó en consecuencia”. Para
Jesús, la dignidad de la persona está por encima de todo, la
pone “al centro, aunque eso implicara romper las normas
y criterios reinantes en la sociedad de su época”. Trató “con
mucha misericordia, escuchó, miró a los ojos”; “levanta las
personas, les da la oportunidad por la conversión de vida, [las]
integra en la comunidad”. Se acercó y las llenó de esperanza.
Las trató con amor, y ese amor “transforma todo y [a] todos”.
Fue transparente, dialogante, empático, respetuoso; se dejó
tocar por la realidad del/a otro/a, y buscó “encontrar caminos a
sus situaciones e inquietudes. Sin recetas ni sermones”50.

Esta actitud de Jesús de hacer prevalecer la condición
humana “como un todo, con todas sus dimensiones, grandezas
y limitaciones”51, es algo que debemos aprender cada día.
“Jesús nos mostró un Dios que dignifica, que libera, que pone
al ser humano por encima de la ley, de la norma. Un Dios
que acoge y trata con cariño a las personas angustiadas, que
sufren o están excluidas de algún grupo «formal»
”52.

50 Bolivia 34; México 5; cf. Bolivia 14; Bolivia 37; Brasil 3; Bolivia 38; Colombia 4;
Colombia 1; Brasil 2; México 5.

51 Bolivia 24.
52 Bolivia 22 (las cursivas son del texto); cf. Bolivia 4.

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Si de salvar a la humanidad caída se trataba, Jesús “vino
con la medicina del amor, del perdón y misericordia para
los enfermos y para volver al camino verdadero a la oveja
descarriada”; “acogió (a paganos) y los liberó de sus cargas
sociales (marginación)”; “acompañó y ayudó también a las
personas fuera del pueblo judío”. Mostró el rostro de “un Dios
amoroso, tierno y que defendía al indefenso”, respetuoso y
que trata privilegiadamente a sus hijos. Jesús “escuchaba,
sin juzgar, acompañaba y animaba”; además “fue una
persona tan inteligente que usó cada angustia, cada pérdida,
cada contrariedad como una oportunidad para enriquecer su
comprensión humana. Cristo poseía una inteligencia […], que
fue capaz de provocar la inteligencia de todos”53.

En el caso de la mujer, tanto en el tiempo de Jesús como
en la actualidad, ella está en desventaja e inequidad. Hay
muchas normas, leyes y sobre todo prejuicios que la oprimen.
Conociendo esta realidad y sabiendo que este modo de proceder
no es de su Reino, Jesús no solo criticó y evidenció estas
injusticias, sino que enseñó con el ejemplo.

En los relatos de los Evangelios encontramos a Jesús
siempre con una actitud misericordiosa respecto de la
mujer. Así lo podemos apreciar ante la consideración
que hace el fariseo Simón de la mujer pecadora, Jesús a
la vista de todos los invitados acoge a la mujer y, ante el
asombro de los presentes elogia su actitud afirmándoles
que sus pecados le son perdonados (Lc 7, 36-50). En otro
pasaje bíblico Jesús se encuentra frente al trato violento y
humillante que dan los acusadores a una mujer que había
sido sorprendida en adulterio; con su accionar deja en

53 Bolivia 39; Ecuador 2; Bolivia 40; Bolivia 30; Ecuador 3; cf. Bolivia 5; Bolivia 41.

La familia en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe

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evidencia la condición humana de la mujer por encima de
su condición de pecadora, y no la condena por su actitud
(Jn 8, 2-11)54.

Al contrario, su actitud para con ellas fue de escucha,
acogida, elogio, “con amor y con admiración de fe”55; las trató
con compasión, misericordia y ofreciéndoles la oportunidad de
la conversión56; les dio “posibilidad de expresar su situación
como la sirofenicia”. Ellas le hacen dar cuenta que su mensaje
tiene que ir más allá de su cultura: ¿acaso los perritos no comen
las migajas que dejan caer sus amos? (cf. Mc 7, 24-30). Entonces,
si esa es la actitud del Maestro con quienes estaban en pecado y
“fuera de la ley judía”, ¿quiénes somos nosotros para hacer lo
contrario? De modo que las familias en situaciones complejas
no se sentirían excluidas y juzgadas. “Debemos dejar de ser una
Iglesia legalista para ser Iglesia de pueblo, donde sintamos al
buen pastor que da su vida por sus ovejas”57. Basta profundizar
en los evangelios para darnos cuenta de que

Jesús es presentado en el Segundo Testamento libre de
prejuicios. En los diálogos que presenta el evangelio de
Juan, los interlocutores de Jesús son aquellas personas
quienes menos se esperaba: el magistrado Nicodemo (Jn 3);
la mujer samaritana y los samaritanos (Jn 4); el funcionario
real (Jn 4); la mujer adúltera (Jn 8). Con estas personas
Jesús dialoga58.

54 Bolivia 35.
55 Bolivia 22.
56 Cf. Colombia 7; Bolivia 31.
57 Bolivia 2; Bolivia 43.
58 Bolivia 26.

Silvia Guzmán Rojas - Luz María Romero Chamba

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Es más, continúa la misma autora de la cita, “Jesús no
solamente «da» sino también «recibe», por ejemplo, en el caso
de la mujer samaritana, cuando Jesús estaba cansado de tanto
andar le dice a ella: «Dame de beber» (Jn 4,7)”. Ser plenamente
humano es una de las características de Jesús, así comprende el
sufrimiento que vive el pueblo a causa del pecado, la pobreza
y la exclusión; él mismo vive en carne propia el rechazo de
personas e instituciones; de allí que, critica enérgicamente a la
sociedad de su tiempo y opta por la liberación de los pobres y
excluidos en cumplimiento de su misión (cf. Lc 18-19).
2.2. Actitudes para sostener a las familias en crisis

Un primer presupuesto es que Jesús se preocupó por todo ser
humano como tal; lo más importante no era el credo religioso,
el sexo, el cargo institucional o el lugar de procedencia. En ese
sentido “nosotros como buenos samaritanos debemos ayudar
a todos […], entendiendo la realidad de cada uno con sus
particularidades”59; en este caso hablamos de la familia en sus
diversas realidades y heridas.

Un buen inicio pastoral tendrá en cuenta el acercamiento
“con amor, con una mirada de misericordia, de compasión,
limpia de prejuicios. Somos instrumentos en las manos de Dios
y no jueces. Buscando el diálogo inclusivo. Poniendo el oído
para escuchar lo que tiene para contarnos, sin ánimo de juzgar.
Preguntándonos qué haría Jesús en nuestro lugar” 60. Estas
actitudes deben primar no solo en la pastoral, sino en todos los

59 Bolivia 23.
60 Argentina 1.

La familia en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe

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ámbitos de nuestras relaciones, aún con quienes no creen ni
piensan igual que nosotros61.

Entre las actitudes que como personas y cristianos/as
debemos cultivar, rescatar y potenciar, para que el mundo
crea en Jesús en el envío que nos ha hecho (cf. Jn 17, 21),
y para acompañar a las familias en situaciones complejas, el
foro señala: escucha, acogida, acompañamiento, comprensión,
perdón, benevolencia, ternura, solidaridad, amor, misericordia,
diálogo, respeto, compasión, etc. En definitiva, se trata de
cultivar una actitud de cercanía, haciendo sentir al/a otro/a que
no está solo/a, que Jesús camina a su lado devolviéndole la
dignidad e incluyéndolo en el Proyecto del Reino62.

Podríamos seguir enumerando un sinnúmero de actitudes
que nos hagan más humanos/a-cristianos/as y nos ayuden
a acercarnos pastoralmente a las familias que no se sienten
incluidas dentro de la Iglesia. Pero también podemos unir estos
desafíos actitudinales a los que las realidades contemporáneas
y emergentes exigen de la Iglesia. Pues hay quien cree que no
es que las familias “estén en crisis, lo que está en crisis [es] la
actitud cerrada de la iglesia”63. Obviamente no podremos ser
radicales en ninguna de estas posturas.

Así como en “las familias todos contribuyen al proyecto
común, todos trabajan por el bien común, pero sin anular al
individuo; al contrario, lo sostienen, lo promueven” (FT
230); así también, en relación con ellas, la Iglesia debe tomar
la iniciativa y suscitar espacios para el encuentro, diálogo,
61 Cf. Bolivia 19.
62 Bolivia 1; Bolivia 9; Perú 2; Bolivia 44; Bolivia 30; Bolivia 25.
63 Chile 1.

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apoyo y enriquecimiento mutuo. Las difíciles situaciones
que viven las familias “exigen un atento discernimiento y un
acompañamiento con gran respeto, evitando todo lenguaje y
actitud que las haga sentir discriminadas, y promoviendo su
participación en la vida de la comunidad” (AL 243; cf. AL 49).
El papa Francisco, entre otros muchos calificativos, propone
una Iglesia en salida, desinstalada, con olor a oveja, samaritana,
misericordiosa, sinodal… a esto no se llega sino con la gracia y
ayuda del Espíritu. Una vida mediocre, materializada, instalada
en el poder y en las estructuras nos ha llevado a alejarnos y a
alejar a otras/os de los caminos de Cristo.

La conversión personal despierta la capacidad de someterlo
todo al servicio de la instauración del Reino de vida.
Obispos, presbíteros, diáconos permanentes, consagrados
y consagradas, laicos y laicas, estamos llamados a asumir
una actitud de permanente conversión pastoral, que implica
escuchar con atención y discernir “lo que el Espíritu está
diciendo a las Iglesias” (Ap 2, 29) a través de los signos de
los tiempos en los que Dios se manifiesta (DA 366).

La Palabra de Dios, la Doctrina de la Iglesia y el
Magisterio tienen mucho para reconducir los destinos de las
personas, familias y humanidad. Es “cuestión de visibilizar y
misericordiar esta realidad”, a partir del “alimento espiritual,
[… y] de la oración”. “No olvidarse de Dios, sino que debe
ser el centro de la familia, orar juntos”; tener presente que
“Jesús jamás dejó de amar a las personas, vinieran de donde
vinieran. A veces, solo el acompañar sin decir ni una sola
palabra es suficiente para ayudar a salir de un problema”. Se
trata de acoger “a las personas, familias con dificultades. No
solo de palabra como lo hacemos, sino con hechos, proyectos,

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misiones efectivas”. Jesús es el camino para tratar a todas “las
personas, y más a aquellos que se encuentran en las fronteras,
lejos de las categorías que tradicionalmente se han establecido
sobre «familia ideal»”64.

Cada familia tiene su proceso, su historia, carga con sus
propias decisiones, y aunque de pronto –a nuestro parecer– no
fueran las más adecuadas, nuestra actitud pastoral como Iglesia
no debe ser la de jueces sino la de compañeros que llevan luz.
Esa Luz que es el mismo Cristo: Camino, Verdad y Vida (cf.
Jn 14,6). Así lo expresa el Sínodo de la Familia: la “Iglesia,
experta en humanidad y fiel a su misión, anuncia con profunda
convicción el «Evangelio de la familia» que le fue encomendado
con la revelación de Jesucristo e ininterrumpidamente enseñado
por los Padres, los Maestros de espiritualidad y el Magisterio
de la Iglesia”65. Entonces, como Iglesia debemos ser más
consecuentes con aquello que ha sido inspirado en el Evangelio
y asumido por el Magisterio eclesial.
3. Acciones para el acompañamiento a las familias

En esta tercera parte presentamos los aportes que se
compartieron para acompañar las diversas realidades que vive
la familia, a fin de que sean incluidos dentro de la pastoral
eclesial. Estos valiosos aportes vienen directamente de nuestra
misma gente que adolece tales situaciones, y es esencial que
sean acogidos con mucha gratitud y muevan la estructura de
los planes pastorales, con la intención de que cada iglesia
64 Colombia 1; Italia 1; cf. Bolivia 45; Bolivia 14; Costa Rica 1; Bolivia 46; Bolivia 18.
65 sínodo de los obispos, “Lineamenta para el IV Asamblea General Ordinaria: La

vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo” #2,
en https://www.vatican.va/ (fecha de consulta 24.11.2022).

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local ofrezca un acompañamiento adecuado y acorde a los
gritos expresados. Este apartado tiene dos momentos: acciones
esporádicas y acciones permanentes.
3.1. Acciones esporádicas

Como acciones esporádicas para acercarse a las realidades
de la familia están los encuentros espontáneos, la escucha, las
visitas domiciliarias, los encuentros deportivos y actividades
comunes que se desarrollan en el diario vivir de los pueblos.
Abrir espacios para la amistad, ganarse la confianza, no hacer
prejuicios… son actitudes que abren la puerta al acercamiento.
Por tanto, el/a pastoralista será alguien con disponibilidad para
entrar en esos ámbitos66. Hay que resaltar que la escucha es una
de las actitudes que más reclaman los fieles.

Se sugiere además realizar encuentros “semestrales y
anuales de Familias con características comunes como grupos
de autoayuda”, por ejemplo: terapia de grupos, talleres,
herramientas de convivencia, compartir experiencias y sobre
todo hacerles sentir que no están solos. Se recomienda que,
aunque sean acciones esporádicas, tengan seguimiento hasta
que se pueda consolidar procesos. Ayudarse por las “asambleas
familiares, escuelas de padres para evaluar los procesos y mirar
cómo están caminando las familias, y darnos cuenta si hay
resultados positivos, estancamientos o retrocesos”67, y de ese
modo reforzar o poder plantear otras estrategias y acciones en
el acompañamiento.

66 Por la escasez “de agentes de pastoral se dificulta la escucha a la comunidad
y a las familias”, ConFerenCia episCopal boliViana, “Sistematización Nacional del
Proceso de escucha ¡Bolivia en camino!” (23.08.2022) pdf, p. 2.

67 Bolivia 18; Cf. Bolivia 12; Colombia 7.

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3.2. Acciones permanentes
Estas acciones tendrán mejores resultados si son parte

del proceso de acercamiento esporádico descrito antes. Para
mantener cierto orden, los aportes estarán organizados en
pequeñas temáticas.

Matrimonios: Se enfatiza que el “acompañamiento a las
parejas que se casan” debe ser una acción permanente de la
pastoral de nuestra Iglesia, pues de ese modo se acompaña de
manera integral y en cada proceso particular a las familias. Se
debería pensar en una “pastoral de parejas”, “para que adquieran
herramientas para criar a los hijos en valores”. Como Iglesia,
hay que “acercarnos, buscar, entender la realidad familiar
actual de matrimonios jóvenes”. “Ayudar a pasar del acto
social del matrimonio, a la vivencia del sacramento”68. Debe
haber un acompañamiento que implique diversas actividades
de encuentros y ocio, principalmente retiros y grupos donde
se pueda compartir la fe y la vida cotidiana, generando otros
espacios de encuentro y convivencia a la par de la catequesis y
la Eucaristía69.

Jóvenes y niños: Al igual que las parejas, los jóvenes
también necesitan sus espacios para compartir, contribuir y
dialogar. Donde “puedan vivir y compartir su espiritualidad,
no solamente para la catequesis”. Se espera que con el
acompañamiento y escucha, “los niños, jóvenes y adultos vean,
sientan y vivan su espiritualidad en tolerancia, respeto y amor”.
En este sentido, es importante “adecuar nuestros espacios y

68 Costa Rica 2; Bolivia 18; Colombia 8; Panamá 1; Bolivia 47.
69 Cf. Costa Rica 3; Argentina 2; Bolivia 48.

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formas de evangelización”70 para ellos. Una parte de este grupo
social, por la pandemia, se ha visto afectada por la separación
o muerte de algún ser querido y es importante que la pastoral
pueda asistirles social y psicológicamente, acompañarlos,
sostenerlos y ser parte de una formación sin violencia, no solo
en el ámbito moral o psicológico, sino también académico71.

Así también se les puede ofrecer actividades de orientación
vocacional, retiros, excursiones misioneras, etc., buscando
que los momentos de encuentro con Dios sean más amenos
y profundos. Por otro lado, es importante que junto con los
jóvenes se programe visitas a obras sociales de la Iglesia u
otros grupos que necesiten no solo de ayuda material, sino de
escucha y compartir72.

Familias integrales: En la misma línea, se puntualiza
que varias personas y grupos de las parroquias entienden que
ayudar a las familias es solamente dar alimentos o vestimentas.
La propuesta es organizar grupos para ir a visitarlas73. Así
también lo entienden y comparten los jóvenes:

Consideramos que en la fraternidad intentamos incluir y
compartir con las diferentes realidades, pero aún nos falta
muchísima apertura, sobre todo de algunos hermanos.
Acompañamos a los niños, adolescentes y jóvenes
considerando a la familia como primera e indispensable
educadora. Hoy la realidad de la familia ha cambiado, la
Iglesia debe llegar a una conversión para abrir los brazos
a la familia de hoy […] ser Iglesia de puertas abiertas, lo

70 Bolivia 22 y 29.
71 Cf. Colombia 5; Paraguay 1; Bolivia 45.
72 Cf. Bolivia 49; 23 y 6.
73 Cf. Bolivia 10.

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que no significa juzgar ni condenar sino compartir la vida
evangélica en la realidad de cada uno. Discernir desde la
oración y decidir siempre junto al otro. Escuchar y dialogar,
llevando a la riqueza de nuestra fe. Teniendo como modelo
la Sagrada Familia74.

Discernir, decidir junto al otro, escuchar, dialogar, acoger
sin prejuicios, salir al encuentro, tomar la iniciativa, son
algunos elementos esenciales de una vivencia sinodal75, que
deben ser asumidos por la pastoral. “Ya va siendo hora de
abrir la Iglesia de Dios para todxs, una Iglesia de acogida, una
Iglesia horizontal, no patriarcal ni gerontocrática, una iglesia de
jóvenes, una Iglesia que lea la realidad de las familias diversas
de hoy, una Iglesia de puertas abiertas”76, que enfoque su
catequesis y acompañamiento no solo para ser “buenos” sino
santos, al estilo de la familia de Nazaret, con sencillez, cercanía
y en lo cotidiano77.

En esa misma línea, los desafíos de la AEALyC en relación
al acompañamiento a las familias enfatizan que este tema debe
ser abordado como eje transversal en la pastoral, de manera que
acoja a la familia con sus nuevas expresiones, complejidades y
diversidades78.

Plan de formación para la familia: Entre otras actividades,
se sugiere que las parroquias hagan un diagnóstico sobre la
realidad que viven las familias, y que organicen asambleas
74 Argentina 2.
75 Cf. Bolivia 50 y 51.
76 Bolivia 52.
77 Cf. Guatemala 1.
78 Cf. Celam, “41-Desafíos-Asamblea-Eclesial-1-1.pdf”, en https://www.amerindiaenlared.

org/uploads/adjuntos/202202/1645828517_BRsIxSSj.pdf (fecha de consulta 28.10.2022)
n° 21 y 24.

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dirigidas a la formación de las familias, actividades para las
familias en dificultades económicas y espirituales. Lo más
sobresaliente de esta propuesta es la escucha, el acompañamiento
y la ayuda solidaria. La formación debe ir acompañada de una
buena información y motivación para acercar a las familias, de
manera que se sientan acogidas y no juzgadas79. “Difundir por
los medios sociales temas de reflexión” que sean parte de “una
pastoral de escucha, que comparte el pan espiritual y material.
Una Iglesia en que caminamos juntos y construimos el Reino
de Dios”80.

Dentro de los planes pastorales, tomar en cuenta “la
creación de espacios de convivencia desde lo virtual, hasta la
acción en el barrio”81, pues los encuentros fortalecen relaciones,
iniciativas y sobre todo el espíritu comunitario.

Pastoral de la sanación y duelos: Cada vez se hace más
urgente que las parroquias trabajen con equipos interdisciplinares
y acompañen la formación integral, brindando apoyo: espiritual,
jurídico, sociológico, psicológico…82. “Junto a estas familias
elaborar programas concretos que luchen contra la violencia
intrafamiliar”. Son de vital importancia “retiros grupales y
compartir fraterno, apoyo psicológico, sensibilización sobre
los instrumentos que la pastoral puede ofrecer”, y hay que
integrarlas en la oración, “sacramentos, Eucaristía, palabra de
Dios […] y visitas”83.

79 Cf. Colombia 3; Bolivia 26; Bolivia 19; Bolivia 39.
80 Bolivia 27 y 14.
81 Bolivia 53.
82 Cf. Colombia 1; Bolivia 54; Cf. Perú 3; Bolivia 37.
83 Bolivia 26; Italia 1; Colombia 4.

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Otra acción que produce sanación y pertenencia es
estar atento a los aniversarios de matrimonios, cumpleaños,
fallecimientos u otros acontecimientos significativos de las
familias, y aprovechar las eucaristías para mencionarlos84.
Todas estas acciones podrán ayudar a curar heridas y fortalecer
la pastoral del duelo, no solo ante la muerte de alguien, sino
para ayudar a cicatrizar las diferentes realidades y partidas que
enfrentan las familias85.

Mujeres: “Ampliar la opción por los pobres y alejados
desde la perspectiva de las mujeres”86 es un gran desafío que
conlleva atender con prioridad la violencia cultural contra ellas,
haciendo visible su participación en todos los espacios, en
especial donde se toman decisiones importantes (cf. EG 103)87.

Así también, nuestras parroquias deben contar con un
espacio y equipo para acoger a las mujeres que sufren violencia
y acompañarlas psicológica y jurídicamente88. Para esto, se
deberá apoyar las “campañas de sensibilización y toma de
conciencia, para reducir la violencia y feminicidios”. Además,
se deberá desarrollar una sensibilización enfocada “al desarrollo
de hábitos de autocuidado y de corresponsabilidad en el
trabajo doméstico, desde las unidades educativas y educación
superior de la Iglesia”89. Las mujeres de pueblos originarios,
afrodescendientes y campesinas requieren un espacio para
84 Cf. Bolivia 55.
85 Argentina 1; Bolivia 9.
86 México 6.
87 Cf. FranCisCo, “Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium” (24.11.2013), en http://

w2.vatican.va/ (fecha de consulta 28.10.2022). En adelante: EG.
88 Cf. Bolivia 1.
89 Bolivia 16.

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“compartir sus conocimientos experiencias y prácticas en
diversos ámbitos eclesiales”90; esta es una deuda con ellas.

Formar a los agentes de Pastoral: Finalmente, ante la
demanda de aspectos que se deben atender desde la pastoral,
urge que los agentes estén preparados, reconozcan y acojan el
aporte de diversas disciplinas. Así lo indica la sistematización
del proceso de escucha en Bolivia cuando alude a que una
formación integral del sacerdote/agente de pastoral que le dará
herramientas para hacer presencia en los diversos espacios
sociales y en el acompañamiento al Pueblo de Dios91. En todo
caso, los equipos interdisciplinares con laicos voluntarios serían
de gran ayuda92. Urge que haya agentes de pastoral capacitados
en lenguaje de señas93 y que valoren la interculturalidad94.
Pues un “elemento esencial de la sinodalidad, en el que todavía
hay que profundizar y comprender mejor, es la llamada a un
enfoque intercultural más decidido”95.

Formar a la familia misionera: Después de todo, este es
uno de los mayores desafíos. Quién más puede hablar desde
dentro, desde su realidad, desde su crisis, desde su experiencia
de conversión, sino la misma familia. Ella que ha sobrevivido a
los embates del tiempo, puede como Iglesia misma llegar a sus
pares y acompañarlos en las realidades diversas.

90 Celam, “41-Desafíos-Asamblea-Eclesial-1-1…”, Orientaciones pastorales para el
desafío n° 22.

91 ConFerenCia episCopal boliViana, “Sistematización Nacional…”, p. 4.
92 Cf. Bolivia 39.
93 Cf. Bolivia 13.
94 Cf. Bolivia 56.
95 seCretaría Generalis synodi, Ensancha el espacio…, #53.

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La familia de los bautizados es por su naturaleza misionera
y acrece su fe dándosela a los demás, primero de todo a
los propios hijos. El hecho mismo de vivir la comunión
familiar es su primera forma de anuncio. De hecho, la
evangelización comienza en la familia, en la que no sólo se
transmite la vida física, sino también la vida espiritual. […].
De esta forma la familia se convierte en sujeto de la acción
pastoral mediante el anuncio explícito del Evangelio y el
legado de múltiples formas de testimonio, entre las cuales:
la solidaridad con los pobres, la apertura a la diversidad
de las personas, la custodia de la creación, la solidaridad
moral y material hacia las otras familias sobre todo hacia
las más necesitadas, el compromiso con la promoción
del bien común, incluso mediante la transformación de
las estructuras sociales [y eclesiales] injustas, a partir del
territorio en el cual la familia vive, practicando las obras de
misericordia corporal y espiritual96.

Es así como el Sínodo de la Familia sintetiza en este
numeral todo lo que concierne a la misión de esta célula social:
misión ad intra y ad extra, capaz de armonizar lo humano,
divino y cósmico.
Conclusión

Solo una escucha atenta y un acompañamiento al estilo
de Jesús, descalzos de prejuicios, incondicionados por normas
y estructuras históricas, podrán conducir a la apertura y
respeto para intentar comprender las nuevas concepciones-
constituciones de familia que se generan actualmente en
nuestras sociedades. Como “miembros de la comunidad
cristiana la escucha al otro debería ser una acción permanente,
96 sínodo de los obispos, “Lineamenta para el IV Asamblea General Ordinaria: La

vocación y la misión…”, #93.

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la escucha con todo nuestro ser, la escucha desde los oídos,
desde los ojos desde el corazón”97.

Se torna urgente reflexionar sobre las realidades de
la familia contemporánea, para no lastimar y vivir junto a
ellas la misión en el aquí y ahora. Acoger y amar no implica
precisamente estar de acuerdo en todo y compartir las mismas
visiones; significa respeto, comprensión, diálogo, y sobre todo
escucha. Escucha que acompaña y sostiene.

Los pasos de la metodología ver, iluminar y actuar han
permitido que los aportes en el Foro Familia sean elaborados
de una forma organizada: pues al identificar la realidad, era
posible ponerla a la luz del Evangelio y proponer acciones
sentidas y ejecutables para la pastoral de la Iglesia.

Toda familia, sea cual sea su situación, tiene el derecho
a ser acompañada en todas sus etapas, sin ningún tipo de
discriminación. “Para un trabajo pastoral con las familias es
importante su vinculación con la experiencia de las comunidades
eclesiales de base, así como los movimientos de acción social
que tengan carácter o acción en relación a las familias y las
realidades que viven”98.

Estamos llamados/as a abrir “las puertas a los seres humanos
diversos, trabajar por el cambio de mentalidad patriarcal y
machista. Promover el respeto y desarrollo de toda persona con
orientación sexual diversa o con alguna situación distinta, física
o mental”99, tal como dice la orientación pastoral del desafío
n° 24 de la Asamblea Eclesial: “Integrando con misericordia y
97 Bolivia 57.
98 Perú 4.
99 Bolivia 34.

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ternura a las diversas modalidades de familias: monoparentales,
uniones de hecho y con diversidad de orientación sexual”.

Finalmente, hoy más que nunca, cuando tenemos muchos
subsidios para la formación, necesitamos dejarnos guiar por
el Espíritu, vivir en apertura, en camino sinodal, abiertos a la
esperanza y en comunión con la Iglesia universal. Los nuevos
vientos eclesiales nos desafían de cara a una experiencia
profunda y a un estilo de vida más cercano a la realidad de
quien sufre. Por ahora este caminar hacia el Sínodo sobre la
Sinodalidad debe involucrarnos a todos/as, y junto a Jesús
resucitado que se hace compañero de camino, ensanchar el
horizonte de la fe para ser una Iglesia que cree, espera y ama
sin condiciones. Una Iglesia que abre las puertas a las familias,
para que ellas desde su experiencia de fe, y por qué no desde
sus crisis, den testimonio de que es posible sostenerse juntos en
común-unidad y defender toda vida.
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