yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
Franklin Perez Montevilla 107
YACHAY ADHIERE A UNA LICENCIA CREATIVE COMMONS
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BY NC
cc
DOI: 10.35319/yachay.20227652
La figura de Simón de Cirene como modelo de
servicio en tiempos de pandemia: apuntes hacia una
espiritualidad bíblica no creyente
The figure of Simon of Cyrene as a model of service
in times of pandemic: notes towards a non-believing
biblical spirituality
“obligaron a uno que pasaba…” (Mc 15, 21)1
“…echaron mano de un cierto Simón de Cirene” (Lc 23, 26)
Franklin Perez Montevilla2
Resumen
Se presenta a la figura de Simón de Cirene, presente en los evangelios
sinópticos, como un modelo de servicio compasivo, solidario,
anónimo y ético al prójimo, en el tiempo duro de la pandemia (marzo
del 2020 – marzo del 2022), en la perspectiva de una espiritualidad
no creyente.
1 biblia de Jerusalén, Bilbao 2009. A partir de ahora, a menos que se indique lo
contrario, esta será la versión castellana de referencia que usaremos para todas
las citas bíblicas del presente trabajo.
2 Presbítero. Licenciado en Teología y Filosofía y Letras por la Universidad Católica
Boliviana (UCB). Maestría en Teología Espiritual por la Facultad de Teología San
Pablo en la UCB. Maestrante en Educación Superior por la Universidad Pontificia
san Francisco Xavier de Sucre, Bolivia. Doctorando en Teología por la Facultad
de Teología San Pablo en la UCB. Ha publicado un artículo en la revista Yachay.
E-mail: fperez@ucb.edu.bo; ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8854-1618.
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La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia108
Palabras clave
Simón de Cirene – espiritualidad no creyente –pandemia –anónimo
– compasión – solidaridad – servicio
Abstract
The figure of Simon of Cyrene, present in the Synoptic Gospels, is
presented as a model of compassionate, supportive, anonymous and
ethical service towards others, in the hard times of the pandemic
(March 2020 – March 2022), in the perspective of a non-believing
spirituality.
Key words
Simon of Cyrene – non-believing spirituality –pandemic –anonymous
– compassion – solidarity – service
Introducción
Han pasado más de dos años desde el inicio de la presencia
de la pandemia en Bolivia3. Desde entonces el panorama local y
global ha sufrido transformaciones evidentes en lo económico,
político, social, cultural, religioso, etc. Algunos tientan a decir
que tras la pandemia nuestro mundo, dentro del que se incluye
a nuestro país, jamás volverá a ser el mismo, pues se ha iniciado
una nueva época, cuyas características son ahora imposibles de
predecir4. Dentro de este contexto, con la pandemia como telón
3 Cabe recordar que oficialmente, el primer caso de Covid-19 que se registró en
Bolivia, data del martes 10 de marzo del 2020. Cf. BBC News, “Coronavirus:
Bolivia confirma sus primeros dos casos de covid-19”, en https://www.bbc.com/
mundo/noticias-america-latina-51829030 (fecha de consulta 10.01.2022).
4 Cf. E. zamorano, ““La normalidad era el problema”. Así será el mundo después
del coronavirus según 99 expertos de todos los ámbitos”, en https://www.
elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2021-01-22/asi-sera-mundo-tras-el-
coronavirus-por-99-expertos_2907100/ (fecha de consulta 11.01.2022).
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de fondo, la espiritualidad, como cualquier otra disciplina, se
ve interpelada a reflexionar sobre el acontecer histórico que le
ha tocado vivir.
¿Qué tiene que decir la espiritualidad sobre la pandemia?,
¿cuáles son los temas significativos sobre los cuales debería
reflexionar hoy? O, siendo escépticos, ¿la espiritualidad tiene
algo que aportar a la realidad que vivimos, o sus contenidos
resultan insuficientes y superados? Estas son algunas de las
preguntas que nos hacemos a partir del contexto de la pandemia
en Bolivia5.
Ahora bien, queda claro que no tenemos respuestas para
ninguna de las preguntas arriba señaladas, pues consideramos
que este no es tiempo de dar respuestas sino de proponer
acercamientos, miradas o, mejor aún, lecturas de reflexión.
Así, la espiritualidad puede acercarse, mirar, leer y ofrecer
algunas luces que permitan iluminar la realidad vivida,
independientemente de cualquier afiliación política, ideológica,
cultural o religiosa. Pues la espiritualidad, como veremos
más adelante, no se limita a ninguno de los planos antes
mencionados, ya que en su sentido más elemental, y valiéndonos
de una expresión del Dalai Lama usada por Leonardo Boff, la
espiritualidad es “aquello que produce en el ser humano una
transformación interior”6.
5 Cuando se escriben las presentes líneas, en Bolivia se ha producido una
desescalada considerable de casos tras la cuarta ola de la pandemia. Sin embargo,
queda esperar las consecuencias que habrá tenido el Carnaval en los distintos
municipios del país. Cf. MiniSteriO de SAlud y depOrteS, “Covid-19: Evaluación
epidemiológica de efectos del carnaval se verá recien en dos semanas (Auza)”,
en https://www.minsalud.gob.bo/6521-covid-19-evaluacion-epidemiologica-de-
efectos-del-carnaval-se-vera-recien-en-dos-semanas-auza (fecha de consulta
03.03.2022).
6 L. boFF, Espiritualidad. Un camino de transformación, Santander 2019, 19.
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La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia110
En este sentido, en el presente texto nos proponemos
reflexionar, a partir de los presupuestos de la espiritualidad,
sobre la figura bíblica de Simón de Cirene, en quien vemos un
ejemplo lúcido de espiritualidad bíblica de servicio para todos,
pero de manera especial para aquellos que hemos denominado
en el presente texto los cireneos de nuestro tiempo. Un modelo
de servicio silencioso, compasivo, solidario y anónimo,
impuesto por las circunstancias. El viacrucis en el caso de
Simón, el contexto de la pandemia en el caso de los cireneos de
nuestro tiempo.
Ahora bien, habrá notado el lector que nuestro acercamiento
a este personaje se hará a partir de una espiritualidad de “los
alejados de la fe”7, o laica8, que nosotros denominaremos:
espiritualidad bíblica no creyente9.
Finalmente, cerraremos nuestro trabajo presentando
una lectura teológica de la figura de Simón de Cirene: un
guiño creyente del sentido ético del servicio, como punto de
convergencia ineludible entre espiritualidad bíblica no creyente
y espiritualidad cristiana, a la luz del cireneo del viacrucis, y
los ya mencionados cireneos de nuestro tiempo.
1. Notas sobre la figura de Simón de Cirene en los Evangelios
sinópticos
Simón de Cirene aparece mencionado en los tres
Evangelios sinópticos (Mt 27,32; Mc 15,21; Lc 23,26); su
7 F. aizpurúa donazar, Qué se sabe de la espiritualidad bíblica, Estella (Navarra)
2009, 65.
8 Cf. ibid., 289.
9 Desarrollaremos este concepto, con mayor precisión, en el subtítulo 2: El
concepto de espiritualidad bíblica no creyente: aclaraciones y notas.
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figura está ausente en el Evangelio de Juan. Este personaje
adquiere connotaciones significativas en el relato de la Pasión
de Jesús, si nos ponemos a considerar en detalle los datos que
nos presentan los tres primeros Evangelios.
Para estudiar con mayor detenimiento la especificidad del
personaje en cuestión, ofrecemos a continuación un cuadro en
el que presentamos los textos bíblicos paralelos en donde se
hace presente la figura del cireneo en los sinópticos. También
ofrecemos al lector el texto paralelo correspondiente del
Evangelio de Juan, en donde notamos su ausencia explícita.
En línea con lo anterior, y por razones de precisión,
presentamos en primer lugar los textos bíblicos correspondientes
en el original griego, en la versión de Nestle-Aland: Novum
Testamentum Graece10 (NTG), y los confrontamos con tres
traducciones castellanas, a saber: la de la Biblia de Jerusalén.
Nueva Edición11 (BJNE), la de la Biblia del Peregrino12 (BDP)
y la traducción del Nuevo Testamento Interlineal. Griego-
español13 (NTIGE). Finalmente, cabe señalar que las versiones
castellanas usadas en nuestro trabajo han sido elegidas como
traducciones referenciales, por lo que omitimos nuestra
valoración sobre cuál sea la más fiel al espíritu del texto original
griego.
10 Cf. e. nestle – K. aland, Novum Testamentum Graece, Stuttgart 2001.
11 Cf. biblia de Jerusalén, Bilbao 2009.
12 Cf. L. alonso sChökel, Biblia del peregrino. Tomo III, Bilbao 1996.
13 Cf. e. támez-i. truJillo, El Nuevo Testamento griego. Palabra por palabra, São
Paulo 2012.
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La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia112
TEXTOS BÍBLICOS PARALELOS EN DONDE APARECE LA FIGURA
DE SIMÓN DE CIRENE, EN LOS EVANGELIOS SINÓPTICOS.
Texto original griego, seguido del texto paralelo correspondiente del
Evangelio de Juan, según la versión de NESTLÉ-ALAND, NOVUM
TESTAMENTUM GRAECE (NTG)
Mc 15,21 Mt 27,32 Lc 23,26 Jn 19,17
καὶ
ἀγγαρεύουσιν
παράγοντά
τινα Σίμωνα
Κυρηναῖον,
ἐρχόμενον
ἀπ’ ἀγροῦ,
τὸν πατέρα
Ἀλεξάνδρου
καὶ Ῥούφου,
ἵνα ἄρῃ τὸν
σταυρὸν αὐτοῦ.
Ἐξερχόμενοι
δὲ εὗρον
ἄνθρωπον
Κυρηναῖον,
ὀνόματι
Σίμωνα· τοῦτον
ἠγγάρευσαν
ἵνα ἄρῃ τὸν
σταυρὸν αὐτοῦ.
Καὶ ὡς
ἀπήγαγον
αὐτόν,
ἐπιλαβόμενοι
Σίμωνά τινα
Κυρηναῖον
ἐρχόμενον ἀπ’
ἀγροῦ ἐπέθηκαν
αὐτῷ τὸν
σταυρὸν φέρειν
ὄπισθεν τοῦ
Ἰησοῦ.
καὶ βαστάζων
ἑαυτῷ τὸν
σταυρὸν
ἐξῆλθεν εἰς
τὸν λεγόμενον
Κρανίου
τόπον, ὃ
λέγεται
Ἑβραϊστὶ
Γολγοθᾶ.
Texto castellano, seguido del texto paralelo correspondiente del Evangelio
de Juan, según la versión de la BIBLIA DE JERUSALÉN, NUEVA
EDICIÓN (BJNE)
Mc 15,21 Mt 27,32 Lc 23,26 Jn 19,17
Simón de Cire-
ne, el padre de
Alejandro y de
Rufo, que volvía
del campo y pa-
saba por allí, fue
obligado a cargar
con su cruz.
Al salir, encontra-
ron a un hombre
de Cirene, llama-
do Simón, y le
obligaron a llevar
su cruz.
Cuando lo lle-
vaban, echaron
mano de un cierto
Simón de Cire-
ne, que venía del
campo, y le car-
garon la cruz para
que la llevara de-
trás de Jesús.
[Tomaron, pues,
a Jesús,] que,
cargando con su
cruz, salió hacia
el lugar llamado
Calvario, que en
hebreo se dice
Gólgota.
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Texto castellano, seguido del texto paralelo correspondiente del Evangelio
de Juan, según la versión de LA BIBLIA DEL PEREGRINO (BDP)
Mc 15,21 Mt 27,32 Lc 23,26 Jn 19,17
Pasaba por allí
de vuelta del
campo un tal Si-
món de Cirene
(padre de Alejan-
dro y Rufo), y lo
forzaron a cargar
con la cruz.
A la salida encon-
traron un hombre
de Cirene, llama-
do Simón, y lo
forzaron a cargar
con la cruz.
Cuando lo condu-
cían, agarraron a
un tal Simón de
Cirene, que volvía
del campo, y le
pusieron encima
la cruz para que la
llevara detrás de
Jesús.
[Se lo llevaron,]
y Jesús salió car-
gado él mismo
con la cruz, ha-
cia un lugar lla-
mado La Cala-
vera (en hebreo
Gólgota).
Texto castellano interlineal, seguido del texto paralelo correspondiente
del Evangelio de Juan, según la versión del NUEVO TESTAMENTO
INTERLINEAL,
GRIEGO-ESPAÑOL (NTIGE)
Mc 15,21 Mt 27,32 Lc 23,26 Jn 19,17
Y obligan pasan-
do (=que pasa-
ba) a alguien
Simón de Cire-
ne, vinien do del
campo, el padre
de Alejandro y
de Rufo, para
que llevara la
cruz de él, [.]
saliendo, Y en-
contraron a un
hombre cireneo
de nombre Simón,
a éste obligaron
para que tomara la
cruz de él.
Y cuando lleva-
ron, lo habiendo
agarrado Simón
a cierto de Cire-
ne viniendo de el
campo pusieron
encima de él la
cruz para llevar
detrás de Jesús.
Y cargando él
mismo la cruz
salió a el siendo
llamado (=lla-
mado) de la Ca-
lavera, Lugar el
cual se dice en
hebreo Gólgota,
[.]
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La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia114
Teniendo presente que el texto del Evangelio de Marcos
es el más antiguo (70 d.C.)14, lo hemos colocado en la
columna inicial del cuadro ofrecido para compararlo con los
textos correspondientes de Mateo y Lucas. Así, en el presente
trabajo nos concentraremos de manera especial en Mc 15, 21,
puesto que, cronológicamente, nuestro personaje Simón de
Cirene (Σίμωνα Κυρηναῖον)15 aparece por primera vez en este
Evangelio. Sin embargo, constantemente nos referiremos a las
particularidades y diferencias de Mc 15, 21 respecto a Mt 27, 32
y Lc 23, 26. En este mismo sentido, también aludiremos al ya
mencionado texto paralelo de la Pasión de Jn 19, 17, en donde
la figura de Simón está ausente, para algunas apreciaciones
relacionadas con nuestra investigación.
1.1. La figura de Simón de Cirene en Mc 15, 21, respecto a
Mt 27, 32 y Lc 23, 26
Comencemos señalando que en Mc 15,21 aparece el
sustantivo, acusativo, singular masculino “Simón” (Σίμωνα, de
Σίμων), seguido inmediatamente de su gentilicio; “de Cirene”,
o más propiamente: “cireneo”, expresado en el sustantivo,
14 “Según un amplio consenso de la exégesis actual, el Evangelio de Marcos es el
más antiguo de los cuatro Evangelios canónicos. Esta valoración se fundamenta
en los análisis crítico-históricos de los tres Evangelios sinópticos llevados a
cabo en los dos últimos siglos; y aunque los resultados no dejaban de encerrar
algunas contradicciones y suscitaban algunas reservas, han sido confirmados
por numerosos investigadores en la segunda mitad del s. xx. […] Si se tiene en
cuenta un cierto lapso de tiempo para la formación y la transmisión de las pequeñas
unidades del Evangelio y, por otro lado, un distanciamiento no demasiado grande
respecto de los dos Evangelios siguientes, Mt y Lc, gana una verosimilitud adicional
la tesis de una redacción de Mc en torno al 70 d.C., es decir, en el espacio temporal
de la guerra judía y de la destrucción del templo de Jerusalén”. K. kertelGe, “Marcos,
Evangelio de”, en W. kasper (dir.), Diccionario Enciclopédico de exégesis y teología
bíblica. Tomo II. I-Z, Barcelona 2011, 1024-1030.
15 Toda alusión al texto griego del Nuevo Testamento, a menos que se indique lo
contrario, está tomado de E. nestle – K. aland, Novum Testamentum Graece,
Stuttgart 2001.
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acusativo, singular, masculino: Κυρηναῖον de Κυρηναῖος. Así
aparece también en Mt 27,32 y Lc 23,26. Nuestro personaje es
entonces “un hombre de Cirene, la Trípoli [Libia] actual, donde
hasta el fin del siglo IV a.C. existía una numerosa colonia
judía”16.
En el texto de Mc 15,21, a diferencia de Mt 27,32 y Lc
23,26, se añade un dato significativo sobre Simón: que es el
padre de Alejandro y Rufo (πατέρα Ἀλεξάνδρου καὶ Ῥούφου).
Sobre quiénes son estos personajes no existe certeza; de lo que
sí parece existir consenso es que Alejando y Rufo debieron ser
personajes conocidos para el público para quien escribe Marcos.
Algunos estudiosos ven que quizás Marcos se refiere al mismo
Rufo que aparece en Rm 16,13, pero esto no es seguro17.
El siguiente dato significativo de Mc 15,21 es que Simón
“volvía” o “venía” del campo (ἐρχόμενον ἀπ’ ἀγροῦ)18; se
entiende tácitamente a Jerusalén. El dato del regreso de Simón
aparece descrito exactamente igual en Lc 23,26 (ἐρχόμενον ἀπ’
ἀγροῦ). Esta información está ausente en el texto correspondiente
de Mt 27,32.
En cuarto lugar, llaman la atención las circunstancias en
la que es tomado Simón, relatadas en Mc 15,21. Él, según la
traducción de la BJNE, la BDP y la NTIGE, “pasaba por ahí”.
16 J. sChmid, El Evangelio de San Marcos, Barcelona 1981, 420.
17 “La mención del nombre de sus dos hijos se explica muy bien, si eran personas
conocidas de los cristianos de Roma, para quienes Marcos escribió su Evangelio.
En este caso, Rufo podría ser el que se nombra en Rom 16, 13. Por esto se ha
conservado también en la tradición el nombre del padre, quien, según la leyenda
posterior, sufrió el martirio como obispo de Bosra, en Arabia”. Ibid., 420.
18 En el texto griego aparece ἐρχόμενον, verbo presente, deponente medio, pasivo,
participio, acusativo singular, masculino del verbo ἔρχομαι que significa “venir,
llegar, aparecer, manifestarse, volver”. E. támez, Diccionario conciso griego-
español del Nuevo Testamento, Stuttgart 1978, 73.
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La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia116
En el texto griego aparece el verbo παράγω19, que especifica la
circunstancia casual de la irrupción del personaje en la escena
de la Pasión. Así, el cireneo es simplemente “alguien” (τίς)20
que estuvo en el momento preciso para recibir una encomienda
no planificada. Simón es, como señala el texto paralelo de Mt
27,32, solo “un hombre” (ἄνθρωπος) cualquiera a quien los
soldados (στρατιώτης), o cuerpo de soldados (σπεῖρα), que
aparecen descritos en Mc 15,16, imponen una tarea onerosa:
cargar (αἴρω) un peso ajeno.
El texto de Mt 27,32 conserva el verbo usado por Mc
15,21: αἴρω. Sin embargo, Lc 23,26 añade un dato descriptivo
más preciso de la situación: ἐπέθηκαν αὐτῷ τὸν σταυρὸν,
“le cargaron la cruz” (BJNE) o “le pusieron encima la cruz”
(BDP), lo cual implica que fueron otros quienes impusieron a
Simón la tarea de llevar el σταυρός, palabra griega que designa
literalmente “un poste enclavado verticalmente [y] se refiere al
medio de ejecución empleado en aquel entonces especialmente
por los romanos”21. Aparece en los tres Evangelios sinópticos,
al igual que en el texto paralelo correspondiente de Jn 19,1722.
Jesús mismo debía llevar este madero al Gólgota (Γολγοθᾶ),
lugar del “cráneo” o “calavera” (κρανίον)23, donde sería
19 En el texto griego aparece παράγοντά. El verbo está en presente activo, participio
acusativo singular, masculino.
20 En Mc 15, 21 y Lc 23, 26 aparece el pronombre enclítico indefinido τινα.
21 H. W. kuhn, “σταυρός, οῦ, ό stauros cruz ”, en H. balz – G. sChneider (eds.),
Diccionario exegético del Nuevo Testamento. II. (λ - ω), Salamanca 2002, 1477.
22 Cf. ibid., 1477-1478.
23 En Mc 15,22 y Mt 27,32 también aparece mencionado el Gólgota (Γολγοθᾶ), y
su correspondiente traducción griega: cráneo o calavera (κρανίον). Lucas por su
parte (Lc 23,33) solo usa la palabra κρανίον. Es significativo que solo Jn 19,17
mencione de manera explícita que la palabra Γολγοθᾶ viene del hebreo y significa
lugar del cráneo o calavera (λεγόμενον Κρανίου). En las traducciones castellanas
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ejecutado24. Sin embargo, aunque ninguno de los Evangelios lo
menciona explícitamente, “Jesús debía estar tan debilitado que
los soldados obligaron a un hombre, que casualmente venía del
campo, a llevar el madero de la cruz de Jesús. […] La primitiva
tradición cristiana ha conservado el nombre de ese hombre:
Simón”25.
Un dato final a esta primera parte, de profunda significación
en el episodio que involucra al cireneo, tiene que ver con la
propia travesía rumbo al Gólgota. Más propiamente sobre quién
lleva el σταυρός: ¿Simón de Cirene o Jesús? Según la versión
de Jn 19,17, es Jesús mismo quien lo hace: καὶ βαστάζων ἑαυτῷ
τὸν σταυρὸν, es decir: “[Tomaron, pues, a Jesús,] que, cargando
con su cruz” (BJNE); o, según la NTIGE: “Y cargando él
mismo la cruz”. De hecho, esta es la idea que ha quedado
establecida en la tradición del viacrucis (o vía Crucis)26, en
donde Jesús inicia su travesía (2º estación), se encuentra con
su madre (3º estación), cae por primera vez (4º estación) y solo
en la 5º estación entra en escena Simón de Cirene27. De hecho,
antes de la crucifixión, Jesús cae dos veces más con la cruz a
cuestas: 7º y 9º estación. Sin embargo, el relato del viacrucis en
los Evangelios sinópticos se torna diferente.
de Jn 19,17, que nosotros hemos usado, prevalece la palabra calavera (BDP,
NTIGE); solo la BJNE traduce: Calvario.
24 Como aparece relatado en Jn 19,16-23.
25 R. sChnaCkenburG, El Evangelio según san Marcos, Barcelona 1980, 315.
26 Nosotros usaremos la contracción viacrucis, también aceptada por la Real
Academia Española Cf. real aCademia española, Diccionario de la lengua española,
12. (terramicina - zuzón), Lima 2015, 2236.
27 Véase por ejemplo el viacrucis presidido por el papa Francisco, el viernes 2 de
abril del presente 2021: la santa sede, “Vía crucis presidido por el santo padre
francisco. Viernes santo 2 de abril de 2021. Plaza de san pedro”, en https://www.
vatican.va/news_services/liturgy/2021/documents/ns_lit_doc_20210402_via-
crucis-meditazioni_sp.html. (fecha de consulta 10.01.2022).
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La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia118
En el relato de Marcos, los acontecimientos del viacrucis
se suceden inmediatamente: después de obligar a Simón a
llevar el σταυρός, “conducen” a Jesús al Gólgota, le “ofrecen
o dan” vino con mirra, aunque “él no lo toma”, y los soldados
–se entiende tácitamente– le “crucifican y se reparten sus
vestidos echándolos a la suerte” (Mc 16,22-24). En Mateo el
relato sigue a Marcos, aunque con algunas pequeñas variantes:
después de imponer al cireneo la tarea de llevar el σταυρός, los
participantes del viacrucis llegan al Gólgota, le dan de beber
a Jesús vino mezclado con hiel; él lo prueba, pero no lo bebe;
después lo crucifican, repartiéndose sus vestidos echándolos a
suerte (Mt 27,33-35).
Lucas, sin embargo, es el Evangelio más prolijo en ofrecer
datos del recorrido del viacrucis: después de imponer a Simón
la tarea de llevar el σταυρός, se añade un dato significativo
solo relatado por Lucas. Se nos dice que: ἐπέθηκαν αὐτῷ τὸν
σταυρὸν φέρειν ὄπισθεν τοῦ Ἰησοῦ, es decir, “le cargaron la
cruz para que la llevara detrás de Jesús” (BJNE) o “le pusieron
encima la cruz para que la llevara detrás de Jesús” (BDP).
Inmediatamente, se nos narra que le “seguía una gran multitud
del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él”
(Lc 23,27); se añade a continuación las palabras de Jesús en
respuesta a ellas (Lc 23,28-31)28. Posteriormente, el autor del
tercer Evangelio señala la presencia de “dos malhechores” que
iban a ser ejecutados “junto a él”, y que tras llegar al “Calvario”
28 “Jesús se volvió a ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad
más bien por vosotras y por vuestros hijos. Porque llegarán días en que se dirá:
¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no
criaron! Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las
colinas: ¡Sepultadnos! Porque si hacen esto con el leño verde, ¿qué no se hará
con el seco?»”.
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(recordemos que Lucas no usa la expresión Gólgota), crucifican
a Jesús junto a los malhechores, uno a su izquierda y el otro a
su derecha. Inmediatamente se añaden unas palabras de Jesús y
se narra el episodio de la repartición de sus vestiduras –al igual
que Marcos y Mateo–, echándolas a suerte (Lc 23,27-34).
Así, en las tres versiones del viacrucis narradas por los
sinópticos, no se nos indica explícitamente en ningún momento
que Jesús haya cargado el σταυρός, y aunque algunos estudiosos
hacen suposiciones para conciliar la versión de los sinópticos
con la narración del Evangelio de Juan29, los textos señalados
no indican nada más al respecto. Así, la idea de que Simón de
Cirene haya cargado el σταυρός desde el principio del viacrucis
hasta el Gólgota, según los Evangelios sinópticos, adquiere
posibilidad.
1.2. El verbo ἀγγαρεύω en Marcos y Mateo y el verbo
ἐπιλαμβάνομαι en Lucas
Tras habernos acercado a los textos bíblicos de los
Evangelios sinópticos en donde aparece la figura de Simón de
Cirene, y haber repasado brevemente algunas características
de los mismos, hemos dejado para esta parte los dos términos
griegos más significativos del texto, en cuanto al propósito de
nuestro trabajo. A saber, los verbos: ἀγγαρεύω30, que aparece en
29 Así por ejemplo Taylor: “Era costumbre que los condenados llevasen su cruz […]
Así, pues no fue normal que a Simón de Cirene se le «obligase» a prestar este
servicio. Juan omite el episodio, quizá porque no le decía nada […], quizá porque
los gnósticos afirmaban que quien había sido crucificado era Simón y no Jesús
[…] Es posible que Jesús llevase la cruz por algún tiempo y que no pudiese
continuar, aunque Marcos no lo dice”. V. taylor, Evangelio según san Marcos,
Madrid 1979, 713.
30 “obligar a alguien a prestar un servicio personal, forzar a alguien a un acto de
servidumbre Mt 5, 41; 27, 32 par. Mc 15, 21. […] es seguramente un préstamo
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La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia120
Marcos 15,21 y Mateo 27,32, y ἐπιλαμβάνομαι31, que aparece
en Lucas 23,26.
El verbo ἀγγαρεύω significa sustancialmente “obligar a
alguien a prestar un servicio”32, o “forzar a alguien a un acto de
servidumbre”33. Este término, como se ha indicado en la nota
al pie de página correspondiente, solo aparece 3 veces en el
Nuevo Testamento: una vez en Mc 15,21, aplicado al cireneo,
y dos veces en Mateo.
En primer lugar, ἀγγαρεύω aparece en Mt 5,41. El texto se
sitúa, según la BJNE, en el marco del “Discurso Evangélico”
(en el marco del “Sermón de la Montaña”), después de
las Bienaventuranzas, en donde Jesús da una serie de
recomendaciones, normas o consejos de carácter pragmático.
El texto dice: “y al que te obligue a andar una milla, vete con él
dos” (καὶ ὅστις σε ἀγγαρεύσει μίλιον ἕν, ὕπαγε μετ’ αὐτοῦ δύο.).
La BJNE traduce ἀγγαρεύσει34 como “obligación”, es decir, se
denota el carácter de imposición del verbo para el discípulo
léxico del persa […], que aparece también en la literatura rabínica […] en latín
angariare.” H. balz – G. sChneider, “ἀγγαρεύω aggareuō”, en H. balz – G. sChneider
(eds.), Diccionario exegético del Nuevo Testamento. I. (α - κ), Salamanca 2002, 37.
31 “El verbo aparece 19 veces en el NT, cinco de ellas en Lc y siete en Hech; se
construye con genitivo o acusativo de persona o de cosa: asir a alguien (por
ejemplo, para ayudarle o curarle), Mt 14,31; Mc 8 23 […] Lc 9,47; 14,4; Hech
9, 27; 17, 19; 23, 19; Heb 8, 9 (con Dios como sujeto); asir / agarrar a alguien
(con intención hostil, Hech 16,19; 18,17; 21,30; en el sentido de prender, Hech
21,33; echar mano de alguien, Lc 23,26. En sentido figurado: «sorprender a
alguien en una palabra» (literalmente: «cogerle en alguna palabra»), 20, 20 […]
.26 […] conseguir algo en el sentido de apropiárselo, 1 Tim 6, 12 […] 6, 19 […]
preocuparse de. Heb 2, 16”. Ibid., 1512.
32 E. támez, Diccionario conciso griego-español del Nuevo Testamento, Stuttgart
1978, 2.
33 sChneider Gerhard et al., Vocabulario griego del Nuevo Testamento, Salamanca
2001, 1.
34 ἀγγαρεύσει. Verbo en futuro activo, indicativo. 3º persona singular.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
Franklin Perez Montevilla 121
de Jesús. El otro lugar donde aparece ἀγγαρεύω es Mt 27,32,
aplicado al cireneo.
Así, en los tres casos, ἀγγαρεύω supone siempre un carácter
de obligatoriedad y servicio de alguien para otro “alguien”,
como es el caso del discípulo en Mt 5,41, o como aparece
aplicado a Simón de Cirene en Mt 27,32 y Mc 15,21 respecto
a Jesús.
El otro verbo, ἐπιλαμβάνομαι, aplicado al cireneo en Lc
23,26, aparece 19 veces en el Nuevo Testamento35. Puede
traducirse concisamente como “asir”36, o “tomar, agarrar,
sujetar; sorprender, coger, arrestar (Hch 21,33); ayudar,
ocuparse de o asumir la naturaleza de (He 2,16)”37.
Debido a los límites de extensión del presente trabajo,
nos limitaremos a desarrollar ahora, y brevemente, solo los
textos de la obra lucana (Lucas y Hechos de los Apóstoles), en
donde aparece 12 veces el verbo ἐπιλαμβάνομαι. Para ello nos
serviremos, nuevamente, de un cuadro en el que señalaremos,
de izquierda a derecha, la cita bíblica, el texto griego según
NestleAland, el texto castellano según la NJNE y finalmente
las circunstancias, tema y lugar del mismo. Este trabajo nos
permitirá tener el panorama de fondo de cómo es usado
ἐπιλαμβάνομαι en la obra lucana y, por ende, en el texto que
nos interesa, Lc 23,26.
35 Para mayores detalles sobre el verbo ἐπιλαμβάνομαι, en el Nuevo Testamento,
nos remitimos a la nota al pie de página número 31.
36 sChneider Gerhard et al., Vocabulario griego del Nuevo Testamento, Salamanca
2001, 67.
37 E. támez, Diccionario conciso griego-español del Nuevo Testamento, Stuttgart
1978, 69.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia122
CUADRO REFERENCIAL CON LOS TEXTOS DE LA OBRA LUCANA
EN DONDE APARECE EL VERBO ἐπιλαμβάνομαι,
CITA
BÍBILICA
TEXTO GRIEGO,
SEGÚN NESTLE-
ALAND
VERSIÓN
CASTELLANA
SEGÚN LA BJNE
CIRCUNSTANCIAS
DE TEMA, TIEMPO Y
LUGAR
Lc 9,47
ὁ δὲ Ἰησοῦς
εἰδὼς τὸν
διαλογισμὸν τῆς
καρδίας αὐτῶν,
ἐπιλαβόμενος38
παιδίου ἔστησεν
αὐτὸ παρ’
ἑαυτῷ,
Sabiendo Jesús
lo que pensaban
en su interior,
tomó a un niño,
lo puso a su
lado.
Jesús toma un niño,
tras suscitarse la dis-
cusión entre los discí-
pulos sobre quien es el
mayor.
El más pequeño será el
mayor.
Lc 14,4
οἱ δὲ
ἡσύχασαν. καὶ
ἐπιλαβόμενος
ἰάσατο αὐτὸν καὶ
ἀπέλυσεν.
Pero ellos guar-
daron silencio.
Enton ces le
tomó, le curó y
lo despidió.
Jesús cura a un hidró-
pico en sábado, frente
a los “legistas y fari-
seos” (Lc 14, 3).
Lc 20,20
Καὶ
παρατηρήσαντες
ἀπέστειλαν
ἐνκαθέτους
ὑποκρινομένους
ἑαυτοὺς δικαίους
εἶναι, ἵνα
ἐπιλάβωνται
αὐτοῦ
λόγου, ὥστε
παραδοῦναι
αὐτὸν τῇ ἀρχῇ
καὶ τῇ ἐξουσίᾳ
τοῦ ἡγεμόνος.
Mientras ellos se
quedaban al ace-
cho, le enviaron
unos espías que
fingieran ser ho-
nestos, para sor-
prenderle así en
alguna palabra y
poderle entregar
al poder y auto-
ridad del procu-
rador.
Los “escribas y los su-
mos sacerdotes” (Lc
20, 19) están al acecho
de lo que diga Jesús.
38 Hemos marcado en negrilla todas las veces que aparece el verbo ἐπιλαμβάνομαι
en el presente cuadro, para su rápida identificación en el texto griego.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
Franklin Perez Montevilla 123
Lc 20,26
καὶ οὐκ ἴσχυσαν
ἐπιλαβέσθαι
αὐτοῦ ῥήματος
ἐναντίον τοῦ
λαοῦ, καὶ
θαυμάσαντες
ἐπὶ τῇ ἀποκρίσει
αὐτοῦ ἐσίγησαν.
No pudieron
sorprenderle en
ninguna palabra
ante la gente.
Así que, mara-
villados por su
respuesta, se ca-
llaron.
Los espías enviados
por los “escribas y los
sumos sacerdotes” fra-
casan en su intento de
sorprender a Jesús.
Lc 23,26 Texto aplicado a Simón de Cirene.
Hch
9,27
Βαρναβᾶς δὲ
ἐπιλαβόμενος
αὐτὸν ἤγαγεν
πρὸς τοὺς
ἀποστόλους,
καὶ διηγήσατο
αὐτοῖς πῶς ἐν τῇ
ὁδῷ εἶδεν τὸν
κύριον καὶ ὅτι
ἐλάλησεν λαλέω
αὐτῷ, καὶ πῶς
ἐν Δαμασκῷ
ἐπαρρησιάσατο
ἐν τῷ ὀνόματι
Ἰησοῦ.
Entonces Ber-
nabé lo tomó
consigo y lo pre-
sentó a los após-
toles, y les contó
cómo había vis-
to al Señor en el
camino, cómo le
había hablado y
cómo había pre-
dicado con va-
lentía en Damas-
co en el nombre
de Jesús.
Bernabé toma consigo
a Saulo, en Jerusalén, y
lo presenta a los após-
toles.
Hch
16,19
ἰδόντες δὲ οἱ
κύριοι αὐτῆς
ὅτι ἐξῆλθεν
ἡ ἐλπὶς τῆς
ἐργασίας αὐτῶν
ἐπιλαβόμενοι
τὸν Παῦλον
καὶ τὸν Σιλᾶν
εἵλκυσαν εἰς τὴν
ἀγορὰν ἐπὶ τοὺς
ἄρχοντας,
Al ver sus amos
que se les había
ido su esperan-
za de ganancia,
prendieron a
Pablo y a Silas
y los arrastraron
hasta el ágora,
ante los magis-
trados.
Pablo libera, en nom-
bre de Jesucristo, a
“una esclava
poseída de un espíritu
adivino” (Hch 16, 16),
que proporcionaba mu-
cho dinero a sus amos,
a causa de sus orácu-
los.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia124
Hch
17,19
ἐπιλαβόμενοί
τε αὐτοῦ ἐπὶ
τὸν Ἄριον
πάγον ἤγαγον,
λέγοντες·
δυνάμεθα
γνῶναι τίς ἡ
καινὴ αὕτη ἡ ὑπὸ
σοῦ λαλουμένη
διδαχή;
Un día lo to-
maron consigo
y lo llevaron al
Areópago. Una
vez allí, le pre-
guntaron:
“¿Podemos sa-
ber cuál es esa
nueva doctrina
que tú expones?
[…]”.
Pablo, en Atenas, es
tomado y llevado al
Areópago, porque
“anunciaba a Jesús y
hablaba de la resurrec-
ción” (Hch 17, 18)
Hch
18,17
ἐπιλαβόμενοι
δὲ πάντες
Σωσθένην τὸν
ἀρχισυνάγωγον
ἔτυπτον
ἔμπροσθεν τοῦ
βήματος·
καὶ οὐδὲν
τούτων τῷ
Γαλλίωνι ἔμελεν.
Entonces aga-
rraron a Sóste-
nes, el jefe de la
sinagoga, y se
pusieron a gol-
pearlo ante el
tribunal, sin que
a Galión le diera
esto ningún cui-
dado.
Pablo fue entregado
por los judíos al tribu-
nal.
Galión, “procónsul de
Acaya” (Hch 17, 12),
se niega a juzgar un
asunto de judíos.
Hch
21,30
ἐκινήθη τε
ἡ πόλις ὅλη
καὶ ἐγένετο
συνδρομὴ
τοῦ λαοῦ, καὶ
ἐπιλαβόμενοι
τοῦ Παύλου
εἷλκον αὐτὸν
ἔξω τοῦ ἱεροῦ,
καὶ εὐθέως
ἐκλείσθησαν αἱ
θύραι.
La ciudad entera
se alborotó, y la
gente concurrió
de todas partes.
Se apoderaron
de Pablo y lo
arrastraron fue-
ra del Templo;
inmediatamen-
te cerraron las
puertas.
Pablo es acusado de
profa nación del tem-
plo en Jerusalén por
“los judíos venidos de
Asia” (Hch 21, 27).
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
Franklin Perez Montevilla 125
Hch
21,33
τότε ἐγγίσας
ὁ χιλίαρχος
ἐπελάβετο
αὐτοῦ καὶ
ἐκέλευσεν
δεθῆναι ἁλύσεσι
δυσί, καὶ
ἐπυνθάνετο τίς
εἴη καὶ τί ἐστιν
πεποιηκώς.
Entonces el tri-
buno se acercó
y mandó que lo
detuvieran y lo
atasen con dos
cadenas. Des-
pués empezó a
preguntar quién
era y qué había
hecho.
Tras el alboroto origi-
nado por los judíos de
Asia, el tribuno (ro-
mano), alertado por
algunos, se dirige al
lugar donde golpeaban
a Pablo y lo manda a
encadenar.
Hch
23,19
ἐπιλαβόμενος
δὲ τῆς χειρὸς
αὐτοῦ ὁ
χιλίαρχος καὶ
ἀναχωρήσας
κατ’ ἰδίαν
ἐπυνθάνετο,
τί ἐστιν ὃ ἔχεις
ἀπαγγεῖλαί μοι;
El tribuno le
tomó de la
mano, lo llevó
aparte y le pre-
guntó: “¿Qué
tienes que con-
tarme?”
El “hijo de la herma-
na de Pablo” (Hch 23,
16), se entera de un
complot para asesinar a
Pablo y avisa al tribuno
de la “cohorte” de Je-
rusalén (Hch 21, 31),
sobre las intenciones
de los judíos. Este, en-
tonces, lo lleva a aparte
y le interroga.
Se puede observar, en el cuadro presentado, que de las
cinco veces que aparece el verbo ἐπιλαμβάνομαι en el Evangelio
de Lucas, Jesús mismo en dos ocasiones, es el responsable
directo de la acción en la que se utiliza este término: él “toma”
(ἐπιλαβόμενος) a un niño para ponerlo como ejemplo (Lc
9,47); él “toma” (ἐπιλαβόμενος) a un hidrópico para sanarlo
(Lc 14,4). En otras dos ocasiones el verbo ἐπιλαμβάνομαι
es usado en acciones directas referidas a los “escribas y los
sumos sacerdotes” (Lc 20,19), quienes envían espías a Jesús
para “sorprenderle” (ἐπιλάβωνται) en sus palabras (Lc 20,20),
y al no poder “sorprenderle” (ἐπιλαβέσθαι), “maravillados” se
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia126
“callan” (Lc 20,26). El otro texto de Lucas en donde aparece
ἐπιλαμβάνομαι, es Lc 23,26, aplicado a Simón de Cirene.
De las siete veces que aparece el verbo ἐπιλαμβάνομαι en
los Hechos de los Apóstoles, en cinco ocasiones es usado en
situaciones que involucran directamente a Pablo. En Hch 9,27
Bernabé “toma” (ἐπιλαβόμενος) a Pablo, y lo lleva a los apóstoles.
En Hch 16,19, los amos de “una esclava poseída de un espíritu
adivino” (Hch 16,16) “prendieron” (ἐπιλαβόμενοι) a Pablo y
a Silas para presentarlos ante “el ágora” y los “magistrados”.
En Hch 17,19, en Atenas, algunos “tomaron” (ἐπιλαβόμενοί) a
Pablo y lo llevaron al Areópago para que presentara “esa nueva
doctrina”. Asimismo, en Hch 21,30-33 el verbo ἐπιλαμβάνομαι
aparece dos veces en circunstancias dramáticas y violentas
para Pablo, pues unos “judíos venidos de Asia” provocan un
“alboroto” en Jerusalén (Hch 21,27) contra el propio Pablo,
y se “apoderaron” (ἐπιλαβόμενοι) de su persona para “darle
muerte” (Hch 21,31); en estas circunstancias debe intervenir
el tribuno, quien mandó que lo “detuvieran” (ἐπελάβετο) y lo
atasen con cadenas.
Los otros dos textos restantes de los Hechos, en
donde aparece el verbo ἐπιλαμβάνομαι también involucran
indirectamente a Pablo. Así, en Hch 18,17, los judíos que
“actuaron de común acuerdo en contra de Pablo”; tras la negativa
de Galión, “procónsul de Acaya” (Hch 18,12), de intervenir en
asuntos judíos, “agarraron” (ἐπιλαβόμενοι) a Sóstenes, “jefe de
la sinagoga”, y lo golpearon “ante el tribunal”. Finalmente, en
Hch 23,19 el tribuno de la “cohorte” de Jerusalén (Hch 21,31)
“tomó” (ἐπιλαβόμενος) de la mano al “hijo de la hermana de
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
Franklin Perez Montevilla 127
Pablo” (Hch 23,16), quien le informa al tribuno del complot
para asesinar a Pablo urdido por los judíos (Hch 23,12).
Tras todo lo anterior, podemos constatar que, en la obra
lucana, el verbo ἐπιλαμβάνομαι, a excepción de Lc 20,20 y
20,26, siempre adquiere el sentido de coacción, en donde
un sujeto o sujetos activos “toma”, “prende”, “agarra” o se
“apodera” de otro sujeto o sujetos pasivos, ya sea de manera
ejemplificadora, para hacerle un bien, obligarle a hacer algo,
causarle violencia o interrogarlo. Así, en relación a Lc 23,26,
Simón de Cirene se convierte en el sujeto pasivo a quien se
le impone la tarea de llevar el σταυρός por parte de otros
sujetos activos: la “muchedumbre” de los “sumos sacerdotes”
(ἀρχιερεῖς), los magistrados (ἄρχοντας) o el pueblo (λαός) (Lc
23,13), y no así los soldados romanos39.
Finalmente, y tras habernos acercado a la figura de Simón
de Cirene en los Evangelios sinópticos, presentamos en el
siguiente subtítulo algunas propuestas de cómo este personaje
puede convertirse en un modelo de espiritualidad bíblica para
nuestro tiempo marcado por la pandemia. Pero no cualquier
39 La BJNE traduce la primera parte de Lc 23,18 de la siguiente manera: “Toda
la muchedumbre se puso a gritar”. En el texto griego aparece: “ἀνέκραγον δὲ
παμπληθεὶ”. Así, en el texto griego, no aparece el sustantivo πλῆθος que significa
“multitud; cantidad, gran número; gente; población, congregación; asamblea” (E.
támez, Diccionario conciso griego-español del Nuevo Testamento, Stuttgart 1978,
143), sino el adverbio παμπληθεί, que significa “todos juntos”. Ibid., 129. En lo
que interesa a nuestro caso, el tercer evangelista en Lc 23,25 señala que Pilato
entregó a Jesús al “deseo” (θέλημα) de la “multitud”, constituida por los sumos
sacerdotes, magistrados y pueblo. De todo lo anterior podemos inferir que, en
el Evangelio de Lucas, son estos personajes (sumos sacerdotes, magistrados y
pueblo) quienes “obligan” (ἐπιλαμβάνομαι) a Simón de Cirene a llevar la cruz; no
así los soldados romanos, como aparece en el relato de la Pasión narrada por
Marcos y Mateo. En la narración de la Pasión del Evangelio de Juan (Jn 19, 15-
18), se sugiere la misma idea que aparece en Lucas.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia128
espiritualidad bíblica, sino una espiritualidad bíblica no
creyente.
2. El concepto de espiritualidad bíblica no creyente:
aclaraciones y notas
Como punto de partida, queremos aclarar algunos términos
significativos usados en el presente subtítulo y ofrecer al lector
algunas “notas” o “apuntes” sobre los mismos.
Primero, el presente artículo se inscribe en el marco de
la espiritualidad cristiana, en la que lo específico “desde el
principio es esencialmente la referencia a la vida nueva en
Cristo bajo la guía y el dinamismo de su Espíritu, que ha puesto
su morada en nosotros haciéndose realmente presente”40. Sin
embargo, en la perspectiva contemporánea, no podemos olvidar
que el concepto de espiritualidad trasciende lo puramente
cristiano, incluso lo religioso.
La espiritualidad se identifica con una determinada actitud
del hombre al afrontar la finitud y la radicalidad de la
existencia humana, refiriéndose a ciertos valores profundos
y vitales que lo animan a pensar, a sentir y a actuar. Incluso
este modo de afrontar la vida podría contraponerse al mundo
religioso y alejarse de las religiones conocidas como socio-
históricas. […] En este sentido, hablar de espiritualidad no
significa necesariamente hablar de religión o de Dios, sea
cual fuere el nombre que se le dé, sino entrar inevitablemente
en una discusión de fondo sobre nuestro modo de vivir y de
pensar con o sin referencia al ser absoluto41.
40 J. M. GarCía, Manual de Teología Espiritual. Epistemología e interdisciplinariedad,
Salamanca 2015, 53.
41 Ibid., 48-50.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
Franklin Perez Montevilla 129
Segundo, teniendo presente lo anterior, queremos
acercarnos ahora al concepto de espiritualidad bíblica según
Aizpurúa Donazar.
No es fácil, a priori, describir el perímetro de los contenidos
de la espiritualidad bíblica y que, como toda espiritualidad,
tiene un cierto componente de inasibilidad, de evanescencia
[y que más] que conceptos precisos, lo que verdaderamente
interesa es aclarar perspectivas para poder luego leer la
Palabra con ojos nuevos, con deseos activados, con pasión
alimentada42.
Tercero, en línea con lo arriba mencionado, si bien
podemos arriesgarnos con Lona a delimitar el concepto de
espiritualidad bíblica “a todas aquellas concreciones de vida
cristiana que se encuentran inspiradas por palabras de la
Sagrada Escritura”43, debe quedar claro que este intento es de
carácter orientativo, puesto que “no existe una espiritualidad
bíblica, sino múltiples formas de ella que reflejan, por una
parte, la diversidad histórica, literaria y teológica de la Sagrada
Escritura, y, por otra, la situación irrepetible de aquel que
lee o escucha la palabra y la aplica a su propia historia”44.
Además, retomando a Aizpurúa Donazar, no podemos olvidar
que la “Biblia no es patrimonio exclusivo de nadie, sino parte
importante del tesoro de la humanidad. Por eso mismo, el
derecho a leerla desde el lado de la increencia es legítimo”45,
42 F. aizpurúa donazar, Qué se sabe de la espiritualidad bíblica, Navarra 2009, 25.
43 H. lona, ¿Qué es la espiritualidad bíblica?, Buenos Aires 2006, 14 (cursiva en el
original).
44 Ibid.,14.
45 F. aizpurúa donazar, Qué se sabe de la espiritualidad bíblica, Navarra 2009, 67.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia130
es decir, que no se necesita ser creyente (cristiano), para “leer y
apreciar la Biblia”46, puesto que:
hasta ahora, y siguiendo un camino bíblico que creemos
debe ser olvidado, la lectura de la Biblia había llevado a una
cerrazón en la burbuja religiosa de judeocristianismo. Pero
otra lectura de la Palabra, aquella que la entiende como
oferta a la vida de cualquier persona, nos está haciendo
ver que, sin dejar de valorar la Palabra, la posibilidad de
diálogo y entronque con otras religiones y con cualquier
filosofía humanista no creyente es grande, siempre que
nos descabalguemos de prejuicios y de tesis ideológicas
irrenunciables. Si la Palabra es diálogo de Dios con la
historia, quien la lee habría de ser adalid del diálogo y de
la concertación47.
Por lo anterior, el concepto de espiritualidad bíblica que
usaremos, en el presente trabajo, estará ceñido a esta pers-
pectiva: la de la increencia, o mejor aún, la del “laicismo o
secularismo”48. Así, nos acercaremos ahora a la figura de Simón
46 Ibid., 289.
47 Ibid., 305.
48 Y. N. harari, 21 lecciones para el siglo XXI, Buenos Aires 2018, 227. Para
completar la idea propuesta por Harari: “¿Qué significa ser laico, secular o
seglar? La laicidad se define a veces como la negación de la religión y, por tanto,
a las personas laicas se las caracteriza por lo que no creen y no hacen. Según
esta definición, las personas seculares no creen en dioses ni en ángeles, no van a
iglesias ni a templos y no realizan ritos ni rituales. De esta manera, el mundo laico
parece vacío, nihilista y amoral: una caja vacía a la espera de ser llenada con
algo. Pocas personas adoptarían una identidad tan negativa. Quienes se profesan
laicos consideran el laicismo o secularismo de una manera muy diferente. Para
ellos, el secularismo es una visión del mundo muy positiva y activa, que se define
por un código de valores coherente y no por oposición a esta o a aquella religión.
En realidad, varias tradiciones religiosas comparten muchos de los valores laicos.
A diferencia de algunas sectas que insisten en que tienen el monopolio de toda
la sabiduría y la bondad, una de las principales características de las personas
laicas es que no reclaman dicho monopolio. No creen que la moral y la sabiduría
bajen de los cielos en un lugar y momento determinados. Más bien, la moral y la
sabiduría son la herencia natural de todos los humanos. De ahí que solo quepa
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
Franklin Perez Montevilla 131
de Cirene, desde la perspectiva de una espiritualidad bíblica no
creyente.
Cuarto, por otro lado, la presente reflexión está hecha en
el marco de la pandemia provocada por el Covid-19. Por ello,
será precisamente la pandemia el telón de fondo del presente
texto, fondo que además quedaría incompleto sin un escenario
concreto, que en nuestro caso es el boliviano. Así, cabe decir
que nuestro acercamiento a la figura de Simón de Cirene, a
partir de una espiritualidad bíblica no creyente, se circunscribe
a la realidad boliviana.
Quinto, queremos finalmente indicar al lector que las notas
exegéticas desarrolladas en el primer subtítulo nos ayudarán
como claves de lectura literaria y hermenéutica para acercarnos
al tema en cuestión. Por ello, y dada la intencionalidad de
nuestro trabajo, hemos evitado y evitaremos hasta el último
subtítulo49 interpolaciones de carácter teológico, a no ser que
sea estrictamente necesario.
3. La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio,
en la perspectiva de una espiritualidad bíblica no
creyente, en tiempos de pandemia
En el presente subtítulo, desarrollaremos algunas pro-
puestas de cómo la figura de Simón de Cirene puede convertirse
en un ejemplo de espiritualidad bíblica para los no creyentes.
esperar que al menos algunos valores surjan en las sociedades humanas por
todo el mundo, y que sean comunes a musulmanes, cristianos, hindúes y ateos”.
Ibid., 227.
49 Que titula: 3.5. El sentido ético del servicio. Un guiño creyente a la espiritualidad
bíblica no creyente, en la perspectiva de los cireneos de nuestro tiempo.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia132
Pero antes, presentaremos a continuación algunas notas sobre
el contexto a partir del cual desarrollamos nuestra reflexión:
Bolivia en la cuarta ola de la pandemia.
3.1. El contexto: Bolivia en la cuarta ola y los cireneos de
nuestro tiempo
Según las fuentes oficiales, Bolivia va superando la escalada
de contagios de la cuarta ola de la pandemia50. Si bien la primera
ola fue la más dura, debido al confinamiento obligatorio de la
población que no tuviera una labor esencial en el país, en lo
que se denominó la “cuarentena rígida”51, no es menos cierto
que las otras tres olas tuvieron fuerte impacto en gran parte de
la población del país52. Lo anterior se debió sobre todo a las
consecuencias generadas por el elevado número de contagios
causados por el virus, así como por las diferentes medidas,
acertadas o no, de las autoridades gubernamentales, sumado
a las precarias condiciones del sistema de salud boliviano y
la respuesta de una población que no siempre colaboró o no
quiso colaborar con las medidas de prevención establecidas por
dichas autoridades53.
50 Cf. ministerio de salud y deportes, “Bolivia presenta en la octava semana
epidemiológica la más baja cantidad de contagios del año con 3.712 casos
en total”, en https://www.minsalud.gob.bo/6517-bolivia-presenta-en-la-octava-
semana-epidemiologica-la-mas-baja-cantidad-de-contagios-del-ano-con-3-712-
casos-en-total (fecha de consulta 06.03.2022).
51 Cf. GaCeta oFiCial. estado plurinaCional de boliVia, “Decreto Supremo 4199”, en
http://www.gacetaoficialdebolivia.gob.bo/normas/buscar/4199 (fecha de consulta
20.10.2021).
52 Cf. K. Vásquez, “Cuarta ola provoca 14 contagios por hora y prevén 3 mil en la
semana”, en https://www.lostiempos.com/actualidad/cochabamba/20220103/cuarta-
ola-provoca-14-contagios-horapreven-3-mil-semana (fecha de consulta 03.01.2022).
53 Cf. A. cAzAS, “86% asegura que el país no está preparado para enfrentar el
virus”, en https://www.paginasiete.bo/nacional/2020/8/19/86-asegura-que-el-
pais-no-esta-preparado-para-enfrentar-elvirus-265010.html (fecha de consulta
20.01.2022).
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
Franklin Perez Montevilla 133
Ahora bien, si buena parte de la población, después de
iniciarse el periodo de vacunación masiva en febrero del 202154,
ha podido superar el miedo e incertidumbre de la primera ola,
la preocupación sigue latente por el temor de que se inicie,
próximamente, una “quinta ola”, como ya ha sucedido en otros
países55. Así, la situación de Bolivia todavía se torna delicada
debido a esta amenaza sumada a la conformación de grupos
“antivacunas”56, que no solo postulan ideas controversiales,
sino que causan dificultades y confusión en el manejo adecuado
de esta crisis57 que, según vaticinan entes reconocidos en el
tema, el 2022 “puede marcar el fin de la situación pandémica,
pero esto no es sinónimo de erradicar el coronavirus”58.
En este escenario, con la pandemia como omnipresente telón
de fondo, queremos presentar ahora algunas propuestas de cómo
54 Cf. ministerio de salud y deportes, “Gobierno inicia proceso de vacunación masiva
contra la covid-19 inmunizando a personas con enfermedades de base”, en
https://www.minsalud.gob.bo/5323-gobierno-inicia-proceso-de-vacunacion-
masiva-contra-la-covid-19-inmunizando-a-personas-con-enfermedades-
debase#:~:text=Santa%20Cruz%2C%2025%20feb%20(UC,inmunizadores%20
que%20arribaron%20de%20China. (fecha de consulta 28.11.2021).
55 Cf. P. linde, “Las muertes de la quinta ola de covid empiezan a dibujar una lenta
caída”, en https://elpais.com/sociedad/2021-09-04/las-muertes-de-la-quinta-
ola-de-covid-empiezan-a-dibujar-una-lenta-c aida.html (fecha de consulta
30.11.2021).
56 Cf. ministerio de salud y deportes, “Auza exhorta a grupos antivacunas a deponer
intransigencias tras suspensión de presentación de carnet de inmunización”, en https://
www.minsalud.gob.bo/6423-auza-exhorta-a-grupos-antivacunas-a-deponer-
intransigencias-tras-suspension-de-presentacion-de-carnet-deInmunizacion (fecha
de consulta 29.11.2021).
57 Cf. N. peredo, “Gobierno advierte que no permitirá agresiones de los grupos
antivacunas”, en https://www.lostiempos.com/actualidad/pais/20211229/gobierno-
advierte-que-permitira-agresiones-grupos-antivacunas (fecha de consulta
29.11.2021).
58 A. biernath, “Covid ¿Pasará o empeorará? Los escenarios de la pandemia en
2022”, en https://www.bbc.com/mundo/noticias-59871637 (fecha de consulta
18.01.2022).
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia134
la figura de Simón de Cirene puede convertirse en un modelo
de espiritualidad bíblica no creyente, para aquellos que nosotros
denominaremos desde ahora los cireneos de nuestro tiempo.
Pero ¿quiénes son los cireneos de nuestro tiempo? Nosotros
consideramos cireneos de nuestro tiempo a todos los hombres
y mujeres que hicieron y hacen parte del personal esencial
de trabajo y servicio ciudadano del país y del mundo, entre
los que se encuentran el personal de limpieza de la ciudad,
trabajadores de supermercados y farmacias, personal militar y
policial, comunicadores sociales, conductores que transportan
diariamente los insumos y recursos imprescindibles para la vida,
los trabajadores del aparato administrativo gubernamental,
voluntarios y voluntarias que salen a repartir alimentos y
víveres a aquellos que más lo necesitaban, entre muchos otros.
Sin embargo, asumimos que el gran protagonista, el gran
cireneo por excelencia de nuestro tiempo, fue y es el personal
sanitario de los diferentes centros hospitalarios públicos y
privados del país y del mundo. Entre médicos, enfermeras,
personal administrativo y sanitario, quienes de manera directa
tuvieron que, literalmente, cargar con la cruz de sus prójimos,
condicionados por las exigencias de su profesión y sentido de
deber. Sirvieron a condenados que llegaban a raudales a centros
de salud colapsados debido a las circunstancias causadas por la
pandemia, y a las ya mencionadas precarias condiciones del
sistema de salud de nuestro territorio59.
59 L. benaVides, “Bolivia es el segundo país de Latinoamérica con un mal sistema de
salud”, en https://www.bolivia.com/actualidad/nacionales/bolivia-mal-sistema-de-
salud-266528#:~:text=Recordando%2 0que%20Bolivia%20tiene%20en,esa%20
situaci%C3%B3n%20comienza%20a%20revertirse. (fecha de consulta
30.10.2021).
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
Franklin Perez Montevilla 135
Finalmente, si tenemos presente lo desarrollado en el
primer subtítulo según los relatos de los Evangelios sinópticos,
Simón de Cirene era un ciudadano cualquiera que retornaba del
campo a la ciudad. En este contexto, es “tomado” y “obligado”
por las circunstancias de su tiempo a “ayudar” y “servir” a un
condenado llamado Jesús. Gracias a este hecho, pudo ganarse
un lugar en la memoria de la pequeña y primitiva comunidad
cristiana que empezó a componer sus Evangelios, unos 40 años
después de los sucesos acontecidos en el viacrucis. Del mismo
modo, los cireneos de nuestro tiempo fueron y son ciudadanos
y ciudadanas que, obligados por las circunstancias, tuvieron
que servir a tantos otros condenados de hoy y no solo servirles
pues, en muchos casos, los cireneos terminaron convirtiéndose
en nuevos condenados, esperando que otros cireneos les
ayuden a llevar la cruz de la pandemia60. Ellos tampoco deben
ser olvidados; a ellos les dedicamos las siguientes páginas.
3.2. Simón de Cirene y la problemática de los obligados a
servir
Un aspecto de suma significación para nuestra reflexión,
en relación a la figura de Simón de Cirene, tiene que ver con la
problemática y dilema moral de la obligación a servir a los otros
a costa de la propia voluntad. Es decir: “ser obligado a servir”,
a cumplir un deber impuesto por las circunstancias del tiempo
y el momento. Las circunstancias del viacrucis, en el caso del
cireneo, y las circunstancias generadas por la pandemia, en el
caso de los cireneos de nuestro tiempo.
60 Cf. P. Flores, “Bolivia: unos 400 trabajadores de salud murieron de COVID-19”,
en https://apnews.com /art icle/595153c450c385e7e738ed2b4c51811a (fecha de
consulta 22.11.2021).
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia136
Así, bajo el contexto arriba mencionado, nos hacemos
algunas preguntas, por ejemplo: ¿en qué condiciones personales
los cireneos de nuestro tiempo afrontaron y afrontan la realidad
impuesta, el servicio obligado, el deber condicionado y
circunstancial que les ha tocado vivir? Además, a diferencia
de Simón, que debió ayudar a cargar la cruz de otro condenado
solo una vez, los cireneos de nuestro tiempo debieron y deben
hacerlo diariamente: ¿qué les motiva a hacerlo? Y lo más
importante para nosotros: ¿Qué pueden enseñarnos con su
ejemplo? Estas son las interrogantes que orientan la perspectiva
de fondo del presente subtítulo.
Nosotros podemos aprender de Simón y los cireneos de
nuestro tiempo, no tenemos su experiencia, pero sí su testimonio
y podemos encontrar en su servicio ejemplos de espiritualidad,
de una espiritualidad bíblica que no necesita ser creyente para
ser legítima. Podemos aprender, por ejemplo, de su silencio, de
su particular silencio operante, compasivo y solidario.
3.3. La espiritualidad de los que sirven en silencio compasivo
y solidario
Atendiendo a la figura de Simón de Cirene, notamos que en
los relatos de los Evangelios sinópticos correspondientes (Mt
27,32; Mc 15,21; Lc 23,26), solo se mencionan las circunstancias
de su accionar. Así, “tras los azotes, Jesús no está en condiciones
de cargar con el pesado travesaño de la cruz, [y] los soldados
ejercitan su prerrogativa de obligar a un transeúnte a prestar
un servicio para que lo lleve por él”61. Según Marcos y Lucas,
61 Farmer William – leVoratti Armando – mCeVenue Sean – dunGan David (dirs.),
Comentario bíblico internacional. Comentario católico y ecuménico para el siglo
XXI, Navarra 1999, 1206.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
Franklin Perez Montevilla 137
Simón “volvía” o “venía” del “campo”, lo que implica que
tenía trazado un trayecto de origen y destino para ese día,
hasta que le aconteció lo inesperado: “fue obligado” a llevar la
cruz de Jesús. No se dice nada más al respecto, a no ser lo que
anota Lucas: que llevó la cruz “detrás de Jesús” (Lc 23,26). La
ausencia de detalles, sumado al silencio del cireneo, es el que
nos lleva a preguntarnos: ¿qué habrá dicho o pensado Simón
cuando supo que debía llevar la cruz de un condenado a muerte
que no conocía?
Si consideramos que Simón de Cirene fue un personaje
histórico, solo los romanos, las autoridades políticas, religiosas
y civiles que acompañaban el lamentable cortejo del viacrucis,
como sugiere Lucas (Lc 23, 27), y probablemente algunos
curiosos, habrán podido escuchar la voz y las posibles palabras
del cireneo en el trayecto, a no ser que este haya sido mudo,
o que haya decidido guardar un silencio intencional, debido a
la sorpresa por la carga impuesta, durante todo el tiempo que
duró su participación en el camino al Calvario. Nosotros no
conocemos ninguna palabra del cireneo; solo contamos con
el hecho narrado: Simón, “obligado”, cargó con la cruz en
silencio.
Ahora bien, la realidad vivida por Simón se repite en los
cireneos de nuestro tiempo. Partamos del hecho de que ellos
no eligieron cargar cruces ajenas. Si bien no hubo soldados o
muchedumbre que los obligara, fueron tomados y condicionados
por las circunstancias generadas por la pandemia, que de
manera abrupta ocasionó la aparición de nuevos condenados
que tampoco podían, solos, llevar sus cruces.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia138
Los cireneos de nuestro tiempo, al igual que Simón, debieron
tener sus propios planes, hasta que les aconteció lo inesperado,
y aunque su entorno más cercano conoce o conoció62 sus voces,
nosotros solo podemos imaginarlas. Sin embargo, al igual que
con Simón, también somos testigos de su labor, de su trabajo
silencioso para con otros condenados.
En este contexto encontramos un primer elemento de
espiritualidad bíblica, en relación a la figura del cireneo: la
espiritualidad del que sirve desde el silencio, cuya voz no
hemos podido escuchar, aunque sí fuimos y somos testigos de
su trabajo, de su labor, de su accionar; el silencio operante y
laborioso, el trabajo silencioso, la actividad muda que socorre,
el silencio del que carga la cruz sin ruido aparente, la del que
camina junto al condenado y lo acompaña hasta la meta de su
viacrucis. Aunque esta sea la del Gólgota.
Sin embargo, el silencio de Simón y el de los cireneos
de nuestro tiempo podría ser interpretado como el silencio de
la resignación, de aquellos que no tuvieron otra opción más
que servir. Nosotros queremos dar una lectura diferente y ver
en su servicio la labor desinteresada de los que trabajan en
un silencio compasivo y solidario. Pues cabe preguntarnos:
¿acaso habrá sido así con Simón y los cireneos de hoy, habrán
sido solamente actores pasivos heroicos y circunstanciales del
hecho, viviéndolo en un silencio estoico, cargando las cruces
de otros sin sentir nada, como simples máquinas de carga? No
es verosímil humanamente hablando.
62 En el caso de los cireneos que también se convirtieron en condenados a muerte.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
Franklin Perez Montevilla 139
No olvidemos que, aunque Simón no cruza palabra con
Jesús, él “iba detrás”, como apunta Lucas, o como es posible
inferirlo del hecho, pues de seguro debió ir cerca de Jesús y
su vista cruzarse, en algún momento, con la figura maltratada
y sufriente del galileo condenado. Y ¿qué habrá pensado o
sentido Simón por aquel personaje que iba rumbo a una muerte
segura? Si el cireneo no era alguien totalmente insensible,
probablemente sintiera “compasión activa” por Jesús. Al
respecto, es significativo lo que apunta Boff:
La compasión anula estas diferencias [la ideología, la
religión o el status social y cultural de las personas] y nos
hace tender las manos a las víctimas. Quedarnos cínicamente
indiferentes indica una suprema deshumanización, que nos
transforma en enemigos de nuestra propia humanidad.
Ante la desgracia del otro no podemos por menos de ser los
samaritanos compasivos de la parábola bíblica.
La compasión implica asumir la pasión del otro. Y ponerse
en el lugar del otro para estar junto a él, para sufrir con él,
para llorar con él, para sentir con él el corazón despedazado.
Quizá no tengamos nada que podamos darle y hasta las
palabras se nos mueran en la garganta. Quizá solo lloremos
lágrimas de profundo dolor. Pero lo importante es estar
junto a él y jamás permitir que sufra solo. […]
La compasión tiene algo de singular: no exige ninguna
reflexión previa, ni argumento que la fundamente.
Simplemente se nos impone porque somos esencialmente
seres compasivos.
La compasión refuta por sí la noción del gen egoísta que
mantiene el biólogo Richard Dawkins. O el supuesto previo
de Charles Darwin de que la competición y el triunfo del
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia140
más fuerte regirían la dinámica de la evolución. Por el
contrario, no existen genes solitarios, sino que todos están
inter-retro-conectados, y los humanos estamos envueltos
en incontables redes de relaciones que nos hacen seres de
cooperación y solidaridad. […]
En la compasión se da el encuentro de todas las religiones,
de Oriente y de Occidente, de todas las éticas, de todas
las filosofías y de todas las culturas. En el centro están la
dignidad y la autoridad de los que sufren, que provocan en
nosotros la compasión activa63.
Cabe preguntarnos ahora: ¿No habrán experimentado algo
similar los cireneos de nuestro tiempo, donde el lenguaje del
sufrimiento habla por sí mismo? La respuesta queda abierta.
Sin embargo, notemos que Boff, al hablar de la compasión,
le da un calificativo significativo: debe ser: “activa”, es decir
debe implicar una actividad específica y concreta. Al respecto
continúa Boff:
La segunda actitud, afín a la compasión, es la solidaridad.
Esta obedece a la misma lógica de la compasión. Vamos
al encuentro del otro para salvarle la vida, traerle agua,
alimentos, abrigo y, sobre todo, calor humano. Sabemos
por la antropogénesis que nos hicimos humanos cuando
superamos la fase de la búsqueda individual de los medios
de subsistencia y empezamos a buscarlos colectivamente y
a distribuirlos cooperativamente entre todos.
Lo que nos humanizó entonces nos humanizará también
ahora. Por eso es tan conmovedor asistir a cómo tantos
y tantas se movilizan en todas partes para ayudar a las
víctimas y, por solidaridad, darles lo que precisan y, sobre
63 L. boFF, Derechos del corazón. Una inteligencia cordial, Madrid 2015, 80-82.
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Franklin Perez Montevilla 141
todo, la esperanza de que, a pesar de la desgracia, todavía
vale la pena vivir.
Lo que más hace sufrir al ser humano no es tanto el dolor
como la soledad en el dolor, la ausencia de alguien que se
compadezca, que diga una palabra de ánimo y que ofrezca
un hombro para caminar juntos64.
Así, Simón de Cirene va detrás de Jesús, en silencio,
ayudando a cargar su cruz, acompañando su soledad, ofreciendo
su hombro para aliviar el dolor del condenado. Todo en el
marco de un silencio “compasivo y solidario”. ¿No han hecho
y siguen haciendo lo mismo los cireneos de nuestro tiempo?
Finalmente, notemos que a pesar del protagonismo
silencioso, compasivo y solidario que Simón tuvo en la escena
completa del viacrucis, al igual que los cireneos de nuestro
tiempo, este protagonismo se da en el anonimato, en el singular
anonimato “nominal”.
3.4. La espiritualidad del servicio anónimo-nominal
Como ya indicamos en el primer subtítulo, en los Evangelios
de Mateo y Lucas, Simón es presentado, según la traducción
de la BJNE, como: “un hombre de Cirene” (Mt 27,32), o un
“cierto Simón de Cirene” (Lc 23,26), o según la BDP: “un tal
Simón de Cirene” (Mc 15,21 y Lc 23,26), todas traducciones
posibles del pronombre griego: τίς/τινα, que también podría
significar simplemente “alguien”65. Nosotros, podríamos decir
64 Ibid., 82.
65 Como ya indicamos en el primer subtítulo.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia142
que Simón66 fue un “fulano”67 circunstancial ya que, según
Taylor: “Simón sólo aparece para desaparecer inmediatamente
[ya que todo el interés del relato del viacrucis] se centra en la
persona de Jesús”68.
Así, si bien tenemos algunos datos externos del personaje
(nombre, lugar de procedencia e incluso el nombre de sus
dos hijos), este no deja de ser un “anónimo”69 para nosotros,
un anónimo con nombre, un anónimo-nominal, aunque en la
historia del cristianismo primitivo se le hayan dado elementos
hagiográficos de dudosa historicidad. Por ejemplo: “la leyenda
lo convirtió más tarde en obispo de Bosra (Arabia) y mártir”70.
Consideramos que el fenómeno arriba descrito se repite
también con los cireneos de nuestro tiempo. Probablemente
conocemos o hemos escuchado los nombres de algunos
cireneos mediáticos en los medios de comunicación; quizás
sabemos algunos lugares de procedencia, o algunos datos
circunstanciales de sus vidas, como su estado civil o el nombre
de sus familiares, pero ¿qué más sabemos de ellos? También se
66 También sabemos que, en tiempos de Jesús, Simón era un nombre “popular tanto
entre los judíos como entre los griegos” G. sChneider, “Σίμων, ός, Simōn Simón”,
en H. balz – G. sChneider (eds.), Diccionario exegético del Nuevo Testamento. II.
(λ - ω), Salamanca 2002, 1406.
67 De las tres acepciones ofrecidas por el diccionario de la RAE, asumimos la tercera:
“referencia a una persona determinada, u. en sent. despect. [uso en sentido
despectivo]”. Real Academia Española, Diccionario de la lengua española. 6.
(escombra - grupeto), Lima 2015, 1066.
68 V. taylor, Evangelio según san Marcos, Madrid 1979, 711.
69 De las cinco acepciones ofrecidas por el diccionario de la RAE, nosotros
asumimos la tercera: “Indiferenciado, que no destaca de la generlaidad”. Real
Academia Española, Diccionario de la lengua española. 2. (anglicista-bretón),
Lima 2015, 154.
70 E. mally, “Evangelio según san Marcos”, en R. E. brown – J. A. Fitzmyer – R.
E. murphy R. (dirs.), Comentario Bíblico «San Jerónimo». Tomo III. Nuevo
Testamento I, Madrid 1972, 152.
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Franklin Perez Montevilla 143
convierten, para nosotros, en anónimos nominales. Además, ¿y
el resto?, ¿qué hay de aquellos cireneos cuyos nombres jamás
hemos escuchado en los medios? Ellos sirvieron y siguen
sirviendo desde el anonimato y sin reconocimiento alguno.
Vivimos tiempos donde la “urgencia de alcanzar el
reconocimiento social es evidente en todo el mundo [donde]
el impulso de sobresalir tiende a estar orientado a la celebridad
[para] disfrutar una dosis pasajera de fama”71. En este contexto,
nosotros nos encontramos con personajes anónimos que trabajan
de manera sacrificada por otros, sin tener el protagonismo de
otras figuras del momento, sin tener sus “«15 minutos de fama»,
como dice la célebre frase de Andy Warhol”72. Ellos deben
servir desde el anonimato, al igual que Simón, hasta llegar a
sus propios Gólgotas, ya que ningún viacrucis es eterno.
Este, consideramos, es otro ejemplo de espiritualidad
bíblica que se desprende de la figura de Simón de Cirene y que
puede identificarse con los cireneos de nuestro tiempo: ayudar,
llevar sobre los hombros las desgracias de otros sin exigir
reconocimiento. Además, no sería ético recibirlo a condición
del dolor ajeno. Servir como cireneo desde el anonimato
nominal significaría, entonces, una labor circunstancial en la
que se avanza sin parafernalia hasta el final del viacrucis que ha
sido impuesto. Sin vanidad ni vanagloria y, como ya indicamos
en el anterior subtítulo, desde el silencio.
71 la naCión, “Por qué tanta gente se desvive por ser famosa”, en https://www.
lanacion.com.ar/ciencia/por -que-tanta-gente-se-desvive-por-ser-famosanid839
0 20/ (fecha de consulta 03.09.2021).
72 Ibid.
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La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia144
Una espiritualidad de servicio desde el anonimato, con la
grandeza de espíritu que solo poseen los cireneos auténticos,
que encuentran en sí mismos el sentido y la recompensa de
su accionar y que hacen realidad el profundo sentido de hacer
el bien propuesto por Lao Tse: “El bien, al caminar, no deja
huellas. / El bien, al hablar, no deja rastros. / El bien, al sumar,
no usa signos”73. Así, a los cireneos no les importa ni les hace
falta el reconocimiento mediático, que no le agregará nada a su
servicio personal de entrega sacrificada para con los condenados
que se les han cruzado en el camino. Pero, ¡qué bueno sería que
alguien recuerde sus nombres, como en el caso de Simón, y
les dé la recompensa justa que merecen, por servir y ayudar a
los condenados de todos los tiempos, por el solo hecho de ser
sus prójimos! Quizás haya un Otro, con mayúscula, que pueda
hacerlo.
Hasta aquí hemos presentado algunos elementos de
espiritualidad bíblica no creyente, inspirados en la figura de
Simón de Cirene. Queremos ahora finalizar presentando lo
que nosotros llamaremos un “guiño” creyente a los cireneos
de nuestro tiempo que completará nuestra reflexión. Se refiere
al sentido teológico del servicio ético, como el presupuesto
ineludible para la salvación al final de los tiempos, según la
espiritualidad cristiana.
73 lao tse, Tao Te Ching, Madrid 2019, 77.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
Franklin Perez Montevilla 145
3.5. El sentido ético del servicio. Un guiño creyente a la
espiritualidad bíblica no creyente en la perspectiva de
los cireneos de nuestro tiempo
Con este subtítulo cerramos el presente trabajo. El mismo
tiene como objetivo señalar un punto de convergencia entre
la espiritualidad cristiana y la espiritualidad no creyente o
laica. A saber, la ética. Para ello nos basaremos esencialmente
en las ideas propuestas por José María Castillo, en la parte
final del capítulo sexto de su libro La humanidad de Dios74.
Posteriormente ofreceremos algunas relecturas de las ideas
propuestas en dicho texto y su relación con la figura de Simón
de Cirene y los cireneos de nuestro tiempo.
Partamos señalando que existe una estrecha conexión entre
espiritualidad y ética creyente o no creyente. Así, en relación
al cristianismo primitivo, es evidente que “desde la comunidad
de Marcos hasta la Iglesia a la que se dirige el Evangelio de
Juan, existía una convicción muy firme, en el sentido de que
los comportamientos humanos, de unos seres con otros, son,
en definitiva, comportamientos que tenemos con Jesús y, en
última instancia, con Dios”75. Siguiendo a Castillo, podemos
señalar que “sin duda alguna, el texto del Evangelio en el que
este convencimiento del cristianismo primitivo adquiere mayor
densidad es la «descripción del juicio» final o juicio definitivo
que Cristo, exaltado a la gloria […], hará de la humanidad
entera”76. Dicho texto se refiere a Mt 25,3146. Para Castillo
este texto
74 Cf. J. M. Castillo, La humanidad de Dios, Madrid 2012.
75 Ibid., 76.
76 Ibid., 77.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia146
en su conjunto presenta otra forma de entender y vivir la
religión. Tal es, en efecto, el problema más fuerte que ha
de afrontar quien se pone a leer este discurso de Jesús. Si
es que se pone a leerlo sin prejuicios ni miedos dogmáticos
que puedan bloquear la mente o limitar la libertad de pensar.
Porque, en realidad, lo que en este texto plantea Jesús es que
lo central y determinante de la religión no es la fe, sino la
ética. No se trata, en modo alguno, de que la fe se opone a
la ética. Lo que en este pasaje afirma el Evangelio consiste
en que la ética es la realización fundamental y determinante
de la fe. Por eso se comprende, si nos atenemos al texto,
que Jesús no le va a preguntar a nadie por sus creencias,
sus ideas religiosas, sus dudas o sus oscuridades teológicas,
sus fidelidades o infidelidades a la doctrina de la fe. Es más,
nadie va a tener que responder de su agnosticismo o incluso
de su ateísmo. Y, por supuesto, nadie tendrá que explicar
por qué fue progresista o conservador, de derechas o de
izquierdas, ortodoxo o heterodoxo77.
Así, el aspecto ético se convierte en el centro de una
auténtica espiritualidad, ya sea creyente o no creyente. Es decir,
en el sentido ético de la espiritualidad se puede construir lo que
Küng denomina “un proyecto de ética mundial”, en el que todos
los seres humanos, creyentes o no, pueden ir construyendo la
utopía de un mundo más solidario, más comprometido con los
problemas de su tiempo y, sobre todo, más abiertos a la realidad
del otro78.
Ahora bien, es cierto que las razones éticas por las que obra
un cristiano son distintas a las razones que tendría, para obrar,
un no creyente. Así, si bien los cristianos, en el marco de Mt
25, 31-46, estarían motivados ética y espiritualmente a ayudar
77 Ibid., 77.
78 Cf., H. künG, Proyecto de una ética mundial, Madrid 2006, 43-53.
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Franklin Perez Montevilla 147
a los otros porque esto les implicaría lo que Castillo denomina
la “salvación”, es también cierto que esta salvación se referiría
a la actuación concreta y directa de servicio y entrega hacia los
otros, y no así la preocupación por la propia salvación.
Lo más notable es que, en el juicio de Dios, no se va a
tomar en cuenta cómo ha gestionado cada cual sus asuntos
propios, sino los asuntos de los demás. Lo que equivale a
una conclusión sorprendente: si el Evangelio tiene razón,
lo que del anuncio del juicio final se deduce es esto: lo que
a Dios le importa no es lo que cada cual hace por su propia
salvación, sino lo que hace por la felicidad y el bienestar de
las personas con las que cada cual se encuentra en la vida79.
Teniendo presente lo anterior, si en la ética cristiana está
implícita la tesis: sirvo, ayudo o trabajo en favor de los demás,
porque en los demás, en el prójimo, encuentro a Cristo, que es
la salvación, y puesto que en la ética no creyente no aparece el
presupuesto de Cristo ni una salvación supraterrena, entonces:
¿por qué servir al otro?, ¿por qué ayudar al prójimo?, y, en
relación a la problemática del servicio que suscita en nosotros
el cireneo: ¿qué puede motivar a alguien a cargar la cruz de los
demás, si no está presente el presupuesto de una recompensa
futura? La motivación sin más, según Harari, será seguir lo que
él llama: “un código ético seglar”.
A diferencia de algunas sectas que insisten en que tienen
el monopolio de toda la sabiduría y la bondad, una de las
principales características de las personas laicas es que
no reclaman dicho monopolio. No creen que la moral y
la sabiduría bajen de los cielos en un lugar y momento
determinados. Más bien, la moral y la sabiduría son la
herencia natural de todos los humanos. De ahí que solo
79 J. M. Castillo, La humanidad de Dios, Madrid 2012, 78.
yachay Año 39, nº 76, 2022, p. 107-159
La figura de Simón de Cirene como modelo de servicio en tiempos de pandemia148
quepa esperar que al menos algunos valores surjan en
las sociedades humanas por todo el mundo, y que sean
comunes a musulmanes, cristianos, hindúes y ateos. […]
En lo que concierne al laicismo, uno puede considerarse
musulmán y continuar orando a Alá, […] pero también
ser un buen miembro de la sociedad seglar, mientras se
acepte el código ético seglar. Este código ético (que, de
hecho, es aceptado por millones de musulmanes, cristianos
e hindúes así como por los ateos), consagra los valores de
la verdad, la compasión, la igualdad, la libertad, el valor y
la responsabilidad80.
De los seis valores fundamentales nombrados por Harari
en relación a la problemática del servicio, nos interesan dos.
El primero es la compasión, que consiste en que la “ética
laica se basa no en la obediencia de los edictos de este o aquel
dios, sino en una profunda comprensión del sufrimiento”81,
pero ¿sufrimiento de quién? Del prójimo, o en su sentido más
secular: del otro. Por ello, y siguiendo a Ortega Ruiz, podemos
afirmar que para “la ética de la compasión no es la invocación
a principios éticos universales la que nos mueve a respetar y
defender la vida del otro”82. Será más bien la toma de conciencia
del otro, del “prójimo”, la que según Levinas
no me concierne porque sea reconocido como perteneciente
al mismo género que yo; al contrario, es precisamente
otro. La comunidad con él comienza en mi obligación a
su vista. El prójimo es hermano. Fraternidad que no puede
abrogarse, asignación irrecusable, la proximidad es una
imposibilidad de alejarse sin la torsión de un complejo, sin
80 Y. N. harari, 21 lecciones para el siglo XXI, Buenos Aires 2018, 227-228.
81 Ibid., 229.
82 P. orteGa ruiz, “La ética de la compasión en la pedagogía de la alteridad”, en
Revista española de pedagogía 264 (2016) 244.
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“alienación” o sin falta. […] En el acercamiento yo soy de
golpe servidor del prójimo, siempre ya demasiado tarde y
culpable de este retraso83.
El segundo valor fundamental que nos interesa, propuesto
por Harari, es el de la responsabilidad, ya que:
las personas laicas [no] creen en ningún poder superior que
se encargue del mundo, castigue a los malos, recompense
a los justos y nos proteja del hambre, la peste o la guerra.
De ahí que nosotros, mortales de carne y hueso, hemos de
aceptar la responsabilidad por lo que sea que hagamos o no
hagamos. Si el mundo está lleno de desgracia, es nuestro
deber encontrar soluciones. […] No necesitamos atribuir
a ningún protector divino estos logros: son el resultado de
humanos que desarrollaron su propio saber y compasión.
Pero, justo por la misma razón, debemos aceptar toda
la responsabilidad por los crímenes y fracasos de la
modernidad, desde los genocidios hasta la degradación
ecológica. En lugar de rezar para que ocurran milagros,
necesitamos preguntar qué podemos hacer nosotros para
ayudar84.
Así pues, compasión y responsabilidad para con el
otro serían las dos motivaciones del “código ético seglar” que
pueden convertirse en el presupuesto, la razón y el catalizador
que impulsa al no creyente a servir y ayudar al otro, que es
también su prójimo.
Ahora bien, ya sea que el cristiano sirva esperando la
salvación, en el juicio final, ya sea que el no creyente sirva
83 E. leVinas, De otro modo que ser, o más allá de la esencia, Salamanca 1987, 148.
84 Y. N. harari, 21 lecciones para el siglo XXI, Buenos Aires 2018, 234.
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motivado únicamente por la compasión y la responsabilidad,
o por cualquier otro motivo, lo importante es que dichas
motivaciones tengan un impacto real en la vida y se concreten
en una espiritualidad activa, que obra a pesar de las diferencias.
Así, ya sea que en este mundo existan cireneos cristianos o
creyentes, ya sea que existan cireneos laicos no creyentes, lo
importante es que, en relación al servicio, ayuden a llevar la
cruz de los otros, condenados e incapaces de hacerse cargo de
sí mismos. Además, retomando a Castillo, en una perspectiva
creyente, es significativo que
tal como Jesús anuncia el juicio final, está claro también
que lo determinante para la salvación no es lo sagrado,
sino lo profano. Y por eso también, lo que decide nuestra
salvación, a juicio de Jesús, no es lo religioso, sino lo laico.
Porque es evidente que la lista de cosas que van a decidir
la salvación o la perdición en el juicio último pertenecen
todas ellas a lo que hoy calificaríamos como “problemas
humanos” o “asuntos sociales”; en ningún caso cuestiones
que se han de gestionar en la parroquia o en la diócesis. […]
lo significativo y lo elocuente en este relato [Mt 25, 3146],
tal como está redactado, es que ninguno de los temas, que
presenta Jesús, se refiere directamente a asuntos religiosos.
Todos ellos son problemas que preocupan a cualquier ser
humano, tenga las creencias que tenga; o, aunque no tenga
creencia religiosa alguna85.
Entonces, lo determinante de la espiritualidad bíblica,
creyente o no creyente, será la capacidad ética de servir al otro
en este mundo. Lo cual, en la perspectiva del “Juicio Final”86,
supone que Simón y los cireneos de nuestro tiempo, sirvieron
85 J. M. Castillo, La humanidad de Dios, Madrid 2012, 78.
86 Título que la BJNE da a la perícopa evangélica de Mt 25,31-46.
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y sirven, sin querer y sin saberlo al “Rey” que es el “Señor”
de todo lo que existe. Notemos que hay extrañeza y sorpresa
auténticos, por parte de los situados a la diestra y a la siniestra,
en el diálogo con el Rey. No se trata de la sorpresa retórica de
ninguno de los dos bandos. Los de la derecha, que sirvieron y
ayudaron a cargar cruces, están desconcertados al igual que los
de la izquierda.
Así, siguiendo el texto de Mt 25,31-46, las palabras
del Rey dirigidas a los de su diestra les calza muy bien87. La
respuesta de estos al Rey, bajo nuestra perspectiva, es igualmente
significativa (Mt 25,3739)88. Parafraseando el texto, en el
marco del servicio impuesto, los de la derecha bien podrían
decir al Rey: ¿cuándo te ayudamos a llevar tu cruz? Pregunta a
la cual respondería el Rey: les aseguro que cuando ayudaron a
cargar la cruz de estos hermanos míos más pequeños, a mí me
ayudaron, a mí me sirvieron89. En resumen, el texto de Mateo
parece indicar que solo la dimensión ética de la espiritualidad
puede salvar o dar sentido a la vida del ser humano.
Conclusiones
Tras todo lo desarrollado, podemos concluir el presente
trabajo señalando lo siguiente:
87 “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para
vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de
comer, tuve sed y me disteis de beber, era forastero y me acogisteis, estaba
desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y acudisteis a mí.”
(Mt 25,34-36)
88 “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos
de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te acogimos, o desnudo y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y acudimos a ti?”
89 Cf. Mt 25,30.
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Primero, si bien la figura de Simón de Cirene aparece
mencionada fugazmente en los Evangelios sinópticos (Mc
15,21, Mt 27,32 y Lc 23,26), las circunstancias de su aparición
en la escena del viacrucis son significativas. Si nos ponemos
a considerar los detalles que se mencionan en los textos
correspondientes, sabemos el lugar de procedencia de Simón:
Cirene, y conocemos el nombre de sus hijos (Alejandro y
Rufo). Además, si atendemos a los sinópticos, incluso queda
abierta la posibilidad de que haya sido Simón y no Jesús quien
haya llevado la cruz en el trayecto del viacrucis.
Segundo, y en lo que nos interesa a nosotros, hemos podido
constatar que en los sinópticos se usan dos verbos (ἀγγαρεύω
en Marcos y Mateo y el verbo ἐπιλαμβάνομαι en Lucas) que
denotan las circunstancias coercitivas en las que tuvo que entrar
en escena Simón: fue “tomado” y literalmente “obligado” a
ayudar a Jesús. Así, su servicio fue impuesto, aunque no por
eso menos relevante en la escena del viacrucis.
Tercero, pudimos constatar brevemente que el concepto de
espiritualidad bíblica puede ser justificado desde la increencia.
y no solo eso, sino que es legítimo hablar de espiritualidad
bíblica no creyente, según los autores que hemos mencionado.
Cuarto, pudimos ver que Simón de Cirene, al ayudar a
Jesús a llevar la cruz, obligado por las circunstancias de su
tiempo, puede convertirse en un ejemplo de espiritualidad
bíblica no creyente para los que hemos denominado: cireneos
de nuestro tiempo, tiempo marcado por la pandemia e inserto
en la realidad boliviana.
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Quinto, de los elementos bíblicos de espiritualidad que
pueden desprenderse de la figura de Simón de Cirene, hemos
asumido dos en la perspectiva de los cireneos de nuestro tiempo:
la del servicio silencioso, compasivo y solidario, y la del servicio
anónimo y circunstancial, que no busca reconocimiento a costa
del otro y que carece de vanidad o vanagloria.
Finalmente, terminábamos nuestro desarrollo señalando
que, gracias a Simón y los cireneos de nuestro tiempo,
podemos comprender mejor en qué consiste el sentido ético
de la espiritualidad del servicio, ya sea creyente o no, para con
los condenados de nuestro tiempo, llámese otro o simplemente
prójimo. Además, pudimos reflexionar junto a Castillo el texto
de Mt 25,31-46, en donde la salvación del ser humano está
estrechamente conectada, desde la perspectiva evangélica,
con el servicio ético para con el otro, pues se convertiría en un
servicio directo para con el Otro, con mayúscula, que es Dios.
Al final, si el Evangelio es cierto, frente al Rey y Señor de todo,
en el juicio final, tanto cireneos creyentes como no creyentes
recibirán la “herencia del Reino” (Mt 25,34), por haber servido
a tantos condenados y condenadas de todos los tiempos.
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