yachay Año 42, nº 81, 2025, p. 11-47
Mons. Lucio Adrián Ruiz 11
YACHAY ADHIERE A UNA LICENCIA CREATIVE COMMONS
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cc
Artículos
DOI: https://doi.org/10.35319/yachay.202581161
La escucha sinodal en los ambientes digitales. Una
aproximación desde la experiencia “La Iglesia te escucha”
Synodal listening in digital environments. An approach based on
the experience of “The Church is listening to you”
Mons. Lucio Adrián Ruiz1
Resumen
Este artículo busca explorar la importancia de la escucha en los ambientes
digitales, comprendidos como una cultura que la Iglesia está llamada a habitar
para evangelizar y construir comunión. La reflexión se centra en la experiencia
pastoral de “La Iglesia te escucha”, una iniciativa desarrollada en el marco del
Sínodo de la Sinodalidad convocado por el Papa Francisco. A partir de esta
experiencia, se evidencia la necesidad de una pastoral digital que acompañe
los procesos de fe de quienes viven en esta cultura y, especialmente, que se
acerque a quienes se sienten más alejados de la Iglesia. El artículo busca
mostrar cómo la escucha activa, en el contexto de la cultura digital, no solo
fortalece la comunión eclesial, sino que también posibilita el encuentro con las
“periferias existenciales” de nuestro tiempo.
1 Secretario del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede; Pontificia Università della Santa Croce,
Roma, Italia.
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Palabras clave
Escucha sinodal – evangelización digital – Sínodo de la Sinodalidad – pastoral
digital – periferias existenciales
Abstract
This article seeks to explore the importance of listening in digital environments,
understood as a culture that the Church is called to inhabit in order to evangelize
and build communion. The reflection focuses on the pastoral experience of
“The Church is listening to you”, an initiative developed within the framework
of the Synod on Synodality convened by Pope Francis. This experience reveals
the need for a digital pastoral approach that accompanies the faith journeys
of those who live within this culture, especially those who feel distant from
the Church. The article aims to show how active listening, in the context of
digital culture, not only strengthens ecclesial communion but also enables an
encounter with the “existential peripheries” of our time.
Key words
Synodal listening – digital evangelization – Synod on Synodality – digital
pastoral care – existential peripheries
Introducción
El presente artículo tiene como objetivo presentar y contextualizar la
experiencia “La Iglesia te escucha” dentro del proceso sinodal convocado por
el Papa Francisco, subrayando su carácter innovador al integrar los ambientes
digitales como espacios legítimos de evangelización y escucha eclesial. Más
que un análisis exhaustivo del concepto de escucha activa o de una tipología
detallada de los participantes, se propone ofrecer una aproximación académico-
pastoral al modo en que esta iniciativa ha permitido visibilizar la voz del Pueblo
de Dios que habita en las redes, así como reconocer la labor de los misioneros
digitales que acompañan dichas comunidades.
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Partiendo de los principios de una “Iglesia en salida” y del llamado a
llegar a las “periferias existenciales”, se explorará cómo el proceso sinodal en
los entornos digitales ha abierto nuevos caminos de comunión, participación y
misión. La experiencia aquí presentada busca ofrecer claves para comprender
cómo la Iglesia puede habitar la cultura digital con espíritu sinodal y misionero,
reconociendo los desafíos, logros y aprendizajes surgidos de esta práctica
concreta.
El artículo se estructura en tres secciones principales. En primer lugar, se
presenta el desarrollo del proceso sinodal en su vinculación con los entornos
digitales, abordando tanto la etapa de la escucha como la etapa continental.
En cada una de ellas se consideran metodología empleada, principales
resultados obtenidos, conclusiones pastorales y experiencias. En segundo
lugar, se examina cómo esta experiencia de misión digital ha sido recogida y
explicitada en el Informe de Síntesis del Sínodo publicado en octubre de 2023.
En tercer lugar, se reflexiona sobre el tratamiento que el Documento Final
de la Asamblea Sinodal de octubre de 2024 otorga a la evangelización en el
ámbito digital, destacando su relevancia e implicancias pastorales. Finalmente,
se ofrece una conclusión que busca sintetizar el camino recorrido y esbozar
algunas proyecciones orientadas a consolidar y desarrollar una pastoral digital
misionera en el marco de una Iglesia sinodal.
1. El proceso sinodal y su impacto en el entorno digital: La iniciativa “La
Iglesia te escucha”
Dentro del proceso sinodal, las iniciativas del Sínodo Digital (Proceso
sinodal “La Iglesia te escucha”), muestran el potencial del entorno digital en
clave misionera, la creatividad y generosidad de quienes se involucran en él,
y la importancia de ofrecerles formación, acompañamiento, oportunidades
entre pares y colaboración2.
El proceso sinodal convocado por el Papa Francisco, bajo el lema “Hacia
una Iglesia Sinodal”, ha trascendido los ámbitos tradicionales de la Iglesia para
extenderse al mundo digital, dando lugar a la iniciativa “La Iglesia te escucha”.
2 XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. “Una Iglesia sinodal en misión. Informe de
síntesis”. 28 de octubre de 2023, 17.e.
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Esta propuesta se fundamenta en los principios de ser una “Iglesia en salida” y
de “llegar a las periferias existenciales”, llevando así el proceso sinodal a los
espacios y culturas digitales. Este enfoque no solo refleja la adaptación de la
Iglesia a las nuevas realidades tecnológicas, sino también su compromiso de
inclusión y diálogo con aquellos que habitan en los márgenes de la sociedad,
tanto física como digitalmente.
Es crucial precisar lo que esta iniciativa no pretendió ser: no se concibió
como un sínodo paralelo ni como una alternativa a los encuentros presenciales,
como si estos últimos hubieran fracasado. Tampoco aspiraba a convertirse
en una nueva institución o movimiento eclesial, ni a establecerse como una
estructura permanente. Por el contrario, “La Iglesia te escucha” surgió como
una iniciativa que buscó, por un lado, visibilizar y reconocer las prácticas
evangelizadoras que ya se venían desarrollando en el entorno digital desde
hace años y, por otro, unificar los esfuerzos de diversas instituciones y
personas que ya estaban comprometidas con la misión en las redes. De esta
manera, la iniciativa pretendió ofrecer una visión integrada y coherente de
estas acciones, destacando su magnitud, profundidad y alcance universal. En
esencia, “La Iglesia te escucha” se propuso como un puente de comunión entre
todos aquellos que, animados por el espíritu de una “Iglesia en salida”, buscan
encontrar “la carne sufriente de Cristo” en los caminos de la realidad digital.
El proceso contó con el respaldo de la Secretaría General del Sínodo y
el acompañamiento del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede,
surgiendo como una respuesta del Pueblo de Dios que transita por las redes
digitales al llamado del Papa Francisco a vivir el Sínodo de la Sinodalidad.
El Sínodo, en su dimensión constitutiva de “caminar juntos”, incorporó
de manera explícita los ambientes digitales, con el objetivo de que nadie
quedara excluido, incluyendo a aquellos que no participan activamente en las
instituciones eclesiales de manera presencial o que se sienten distanciados de
la Iglesia.
Dos principios centrales, inspirados en el pensamiento del Papa Francisco,
han guiado este proceso: ser una “Iglesia en salida” e ir a las “periferias
existenciales”. El primero de estos principios, ser una “Iglesia en salida”, implica
la disposición a abrirse a nuevas experiencias, incluso asumiendo el riesgo de
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cometer errores (EG 49)3, pero con un celo misionero que permita escuchar la
voz del Pueblo de Dios también en los espacios digitales. El segundo principio,
“ir a las periferias existenciales”, reconoce que en los ambientes digitales
también se manifiestan conflictos, angustias, crisis y violencias que demandan
una atención misionera. Los destinatarios principales de este proyecto han sido
aquellos que habitan en los espacios digitales, especialmente quienes no tienen
una presencia activa en las instituciones eclesiales tradicionales.
La Secretaría General del Sínodo ha planteado una pregunta orientadora
para este proceso: “¿Cómo se realiza hoy, a diversos niveles (desde el local al
universal), ese caminar juntos que permite a la Iglesia anunciar el Evangelio,
de acuerdo con la misión que le fue confiada; y qué pasos el Espíritu nos invita
a dar para crecer como Iglesia Sinodal?”. Esta pregunta ha servido como eje
rector para el desarrollo del proceso sinodal, que se ha estructurado en tres
etapas principales: la fase de la escucha, la fase continental y la fase universal.
En este artículo se presenta entonces tanto la experiencia de la etapa de la
escucha y de la etapa continental, así como también la metodología empleada
para llevar a cabo este camino sinodal en los espacios digitales durante el
período 2021-2024.
1.1. Etapa de la Escucha
“El Espíritu nos pide que nos pongamos a la escucha de las preguntas,
de los afanes, de las esperanzas de cada Iglesia, de cada pueblo y nación. Y
también a la escucha del mundo, de los desafíos y los cambios que nos pone
delante”4.
La primera fase del Sínodo de la Sinodalidad se ha caracterizado por
un esfuerzo deliberado por establecer un diálogo profundo y significativo
no solo dentro de la Iglesia, sino también con la sociedad en general y con
otras confesiones cristianas. Este proceso de diálogo se ha llevado a cabo a
través de experiencias diseñadas para fomentar la escucha activa y la consulta
participativa del Pueblo de Dios, promoviendo procesos eclesiales inclusivos
y colaborativos. La extensión de esta experiencia a los espacios digitales ha
3 Francisco. “Exhortación apostólica Evangelii gaudium sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual”.
4 Francisco, “Homilía para la apertura del Sínodo de los Obispos”. 10 de octubre de 2021.
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permitido ampliar significativamente el alcance del proceso sinodal, logrando
la participación de aproximadamente 150,000 personas que aceptaron ser parte
de esta iniciativa.
En este contexto, numerosas realidades eclesiales han aprovechado los
recursos disponibles en Internet para integrarse a los procesos sinodales
institucionales. Sin embargo, la originalidad de la propuesta de llevar el Sínodo
a los ambientes digitales no radica simplemente en el uso de herramientas
tecnológicas, sino en la valoración de estos espacios como un “locus” auténtico,
es decir, como un lugar habitado de manera natural y propia por las personas.
Este enfoque implica mirar la realidad digital desde la perspectiva de quienes
la habitan, reconociendo su cultura y dinámicas particulares, y valorando la
relación entre los misioneros digitales y sus comunidades en línea.
1.1.1. Metodología
El proceso sinodal digital se implementó mediante una metodología
innovadora que combinó la Inteligencia Colaborativa (IC) y la Inteligencia
Artificial (IA). Este enfoque metodológico se apoyó en plataformas especializadas
para la recolección y análisis de datos, como Delibera, Qwary, Google y Dooblo.
La metodología de base se diseñó con un equipo de inteligencia colaborativa
(delibera.com), con experiencia en recoger el pensamiento de las personas, y
en diálogo con otros grupos especializados.
El proceso inició con la identificación y contacto de influencers y redes
de misioneros digitales católicos, a quienes se les proporcionó una catequesis
sobre el Sínodo y se les encomendó una misión específica. Cada misionero
digital llevó a cabo una convocatoria entre sus seguidores, promoviendo la
participación en el proceso sinodal.
Un equipo de coordinación central impulsó el proyecto, el cual evolucionó
hasta conformar varios equipos especializados en dinamizar comunidades
de diferentes lenguas y culturas. Los datos recopilados fueron sometidos a
un análisis riguroso, culminando en la redacción de una propuesta que fue
presentada a la Secretaría del Sínodo y revisada en colaboración con los
propios evangelizadores digitales.
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La metodología mixta aplicada se estructuró en tres mecanismos
secuenciales:
• Escucha estructurada: Mediante un cuestionario basado en
el Vademécum del Sínodo, se buscó captar la situación eclesial y
sociológica de los participantes.
• Escucha focalizada: A través de las redes sociales de los influencers,
se profundizó en temas específicos, permitiendo una interacción más
directa y personalizada.
• Análisis sistemático: Utilizando herramientas de Inteligencia
Artificial, se interpretaron tendencias y se identificaron comentarios
cualitativos, lo que permitió una comprensión más profunda de las
respuestas obtenidas.
La fase de prueba del proceso de escucha digital se inició con
un proyecto piloto que involucró a tres misioneros digitales. Este piloto,
que tuvo una duración de dos meses, permitió evaluar la comprensión del
cuestionario y la accesibilidad de las plataformas utilizadas. Como resultado,
se obtuvieron 1,034 respuestas a los cuestionarios, se alcanzaron 144,728
impactos y se recibieron 6,876 respuestas directas a preguntas específicas.
A partir de estos resultados, se realizaron ajustes para mejorar la claridad de
algunas preguntas y optimizar la experiencia del usuario.
Posteriormente, en la fase de despliegue, que se extendió por dos meses y
medio, el número de misioneros digitales aumentó a 244 5, abarcando una mayor
diversidad de idiomas, como español, francés, portugués, inglés, alemán, tagalo
y malayalam.
Algunos de estos misioneros diversificaron sus plataformas de recolección
de respuestas y redujeron el número de preguntas, lo que permitió obtener un
total de 110,000 respuestas y aproximadamente 150,000 sugerencias dirigidas
a la Iglesia. Estas sugerencias se enfocaron en fomentar una mayor sinodalidad
y cercanía en la vida eclesial.
5 Vale aquí la mención de que hoy se cuenta con más de 2,500 influencers que adhieren a la iniciativa.
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En términos de alcance, los misioneros digitales llevaron a cabo la consulta
sinodal en tres de las cinco principales redes sociales (Instagram, YouTube,
Facebook, Twitter, TikTok), adaptando sus contenidos a los lenguajes y
estilos propios de cada plataforma. Este enfoque permitió llegar a un público
diverso, con diferentes sensibilidades eclesiales. Cabe destacar que la mayoría
de los misioneros digitales que participaron en el proyecto fueron laicos
comprometidos (63%), seguidos por sacerdotes (27%) y religiosas (10%).
Estos misioneros provenían de diversos continentes y representaban una
amplia variedad de edades, estilos, lenguas y temáticas, lo que contribuyó a la
riqueza y diversidad de las respuestas obtenidas.
A través de Inteligencia Artificial sobre masas de respuestas y comentarios
cualitativos, asociados a preguntas o contenidos de los influencers se logró
una analítica para identificar e interpretar tendencias. La implementación
de una metodología basada en la Inteligencia Colaborativa y la Inteligencia
Artificial ha demostrado ser una herramienta eficaz para facilitar la participación
de un número significativo de personas en el proceso sinodal. La combinación
de una escucha estructurada con una escucha focalizada permitió no solo
recopilar datos cuantitativos, sino también profundizar en las experiencias y
necesidades específicas de los participantes. Además, el uso de herramientas
de IA para el análisis de datos cualitativos ha permitido identificar tendencias
y patrones que podrían haber pasado desapercibidos en un análisis tradicional.
La participación predominante de laicos comprometidos en este proceso
subraya la importancia de la corresponsabilidad en la misión de la Iglesia,
especialmente en el ámbito digital. Asimismo, la diversidad de idiomas, culturas
y plataformas utilizadas refleja la capacidad de la Iglesia para adaptarse a las
realidades contemporáneas y llegar a personas en contextos muy diversos.
1.1.2. Principales resultados
A través del proceso sinodal “La Iglesia te Escucha”, se recopilaron
150,000 cuestionarios en 115 países y en 7 idiomas, lo que permitió obtener
una visión amplia y diversa de las percepciones, necesidades y expectativas de
los participantes en relación con la fe católica y la vida eclesial. El análisis de
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estos datos reveló la existencia de tres grandes segmentos en relación con la
fe católica:
• Creyentes practicantes (50%): Un grupo de fieles activos que, aunque
comprometidos, expresaron su deseo de una mayor integración en la
vida de la Iglesia.
• Católicos alejados (40%): Personas que participaron activamente en
la Iglesia en el pasado, pero que se han distanciado, sintiendo en
muchos casos exclusión o falta de acogida.
• Agnósticos, ateos y alejados (10%): Individuos que no buscan
regresar a la Iglesia, pero que encuentran en los misioneros digitales
católicos un espacio de cercanía y acogida6.
Los resultados del análisis de la escucha digital arrojaron datos
significativos sobre la percepción de los católicos en los espacios digitales. Un
67% de los católicos encuestados manifestó su apoyo a las iniciativas del Papa
Francisco, mientras que solo un 9% se mostró abiertamente opuesto, prefiriendo
un retorno a la tradición preconciliar. Entre las causas del alejamiento de la
Iglesia, el 26% de los creyentes no practicantes señaló sentirse juzgado y no
acogido por la comunidad eclesial. A pesar de esto, un 84% de los seguidores
de evangelizadores católicos en redes sociales afirmó haber experimentado un
encuentro personal con Dios, lo que sugiere que los espacios digitales pueden
ser un medio efectivo para facilitar experiencias espirituales significativas.
En cuanto a la relación con la Iglesia, dos tercios de los encuestados
indicaron que su vínculo con la institución eclesial se mantiene principalmente
a través de amigos creyentes. Sin embargo, los debates sobre temas
relacionados con el ejercicio de la sexualidad, como el divorcio, el nuevo
matrimonio y la homosexualidad, generaron conflictos intensos entre católicos
con distintas interpretaciones, lo que refleja la existencia de tensiones dentro
de la comunidad eclesial.
6 Los principales resultados en términos cuantitativos se encuentran en el sitio web oficial del proceso del
Sínodo digital, disponible online: https://www.sinododigital.com/espanol-fase-escucha.
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Un hallazgo particularmente relevante fue que, aunque la mayoría de los
participantes afirmó haber experimentado un encuentro personal con Dios,
incluso algunos no creyentes reportaron haber vivido esta experiencia. Esto
sugiere que los espacios digitales pueden ser un terreno fértil para el diálogo
y el encuentro espiritual, incluso con aquellos que se encuentran alejados
de la fe. No obstante, dos tercios de los encuestados reconocieron tener una
participación media o baja en la vida de la Iglesia, lo que subraya la necesidad
de fortalecer los mecanismos de inclusión y participación.
Aunque muchos participantes consideran a la Iglesia como una institución
solidaria, también se destacaron críticas, especialmente entre los jóvenes.
Solo una cuarta parte de los encuestados percibió que la Iglesia escucha y
dialoga adecuadamente, lo que resalta la necesidad de mejorar en este aspecto.
Además, se enfatizó la importancia de fomentar la espiritualidad, acompañar a
diversos grupos y renovar la educación y la participación digital para fortalecer
el sentido de comunidad y pertenencia.
El “factor anonimato” de los espacios digitales jugó un papel clave en
el proceso de autoexpresión, permitiendo a los participantes compartir sus
experiencias y opiniones con mayor libertad. La participación de los jóvenes,
quienes invitaron a sus coetáneos a sumarse al proceso sinodal, generó
un ambiente de confianza que facilitó la expresión sincera de inquietudes
y necesidades. Entre estas, se destacó la demanda de encontrar personas
capacitadas en la Iglesia que puedan escuchar y acompañar a los fieles en
sus procesos personales, sin juicios condenatorios, respetando sus tiempos y
ofreciendo una guía adecuada para un acercamiento a la fe.
A partir de los hallazgos, se han planteado varias sugerencias para mejorar
la acción pastoral de la Iglesia en los espacios digitales. Entre ellas, se destaca
la necesidad de concientizar sobre la importancia de la escucha activa, tanto
entre los líderes eclesiales como en la comunidad en general. Se ha propuesto
que sacerdotes y religiosos dediquen más tiempo a escuchar a los fieles, y
que se amplíen los canales y recursos destinados a este propósito. Además,
se ha subrayado la importancia de desarrollar una pastoral digital que integre
las necesidades y expectativas de quienes habitan en los espacios digitales,
promoviendo un diálogo auténtico y una mayor cercanía.
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1.1.3. Conclusiones de la primera fase
Durante la primera etapa del proceso sinodal digital, se pudo constatar
la potencialidad evangelizadora del entorno digital, evidenciada tanto por
su amplio alcance como por su capacidad para acompañar la vida de las
personas en sus contextos cotidianos. Este fenómeno se ha visto reforzado
por la presencia de numerosos evangelizadores digitales, en su mayoría laicos,
quienes han demostrado un nuevo ardor e impulso misionero a través de las
plataformas digitales. Muchos de estos evangelizadores iniciaron su labor de
manera espontánea, lo que refleja una respuesta orgánica a las necesidades
espirituales y pastorales de quienes habitan en los espacios digitales.
Una de las aportaciones más significativas del Sínodo Digital ha sido la
capacidad de escuchar y entrar en diálogo con aquellos que, aunque creen, no
se sienten parte de la Iglesia, así como con quienes se han alejado debido a
experiencias de enojo, dolor, rechazo o discriminación. Este grupo incluye a
ateos, agnósticos y personas que nunca han recibido el Anuncio del Evangelio.
Estos individuos han manifestado una atracción hacia el contenido y la
acogida ofrecida por los misioneros católicos en las redes sociales, quienes
se caracterizan por su apertura, diálogo y cercanía. Este fenómeno subraya la
importancia de los espacios digitales como un terreno fértil para el encuentro
y la evangelización, incluso con aquellos que se encuentran en las periferias
existenciales.
La etapa de escucha también reveló una necesidad transversal de
acompañamiento, tanto para los misioneros digitales como para sus comunidades
en línea. En respuesta a esta demanda, se ha propuesto que la Iglesia desarrolle
una pastoral digital de manera orgánica, sistemática e institucional. Esto
implicaría reconocer y coordinar las acciones evangelizadoras en el ámbito
digital, promoviendo la comunión entre los misioneros digitales y sus Obispos
e Iglesias locales. Asimismo, se busca fomentar la participación entre los
misioneros digitales y las comunidades presenciales, reconociendo a los
primeros como agentes activos de la misión de la Iglesia.
La pastoral digital debería enfocarse en generar un diálogo auténtico y
en llegar a las periferias existenciales mediante el uso de nuevos formatos
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y lenguajes adaptados a las dinámicas propias de los espacios digitales.
Este enfoque permitiría no solo acompañar a quienes ya forman parte de la
comunidad eclesial, sino también atraer a aquellos que se sienten alejados o
excluidos.
Esta experiencia ha permitido vislumbrar un futuro en el que la escucha
se convierta en una práctica cada vez más habitual y profunda dentro de
una eclesialidad que crece y se afianza también en los entornos digitales. La
capacidad de escuchar activamente no solo fortalece los vínculos entre los fieles
y la Iglesia, sino que también abre nuevas posibilidades para la evangelización
y el diálogo en un mundo cada vez más interconectado.
En este sentido, la escucha digital no debe ser vista como un mero
instrumento técnico, sino como una dimensión esencial de la misión de la
Iglesia en el siglo XXI. Al integrar los espacios digitales en su pastoral, la
Iglesia tiene la oportunidad de renovar su compromiso con la inclusión, la
acogida y el acompañamiento, respondiendo así a los desafíos y oportunidades
que presenta la cultura digital contemporánea.
1.1.4. Experiencias
En el marco del proceso sinodal, los misioneros digitales han manifestado
la necesidad de ser escuchados, acompañados, reconocidos e integrados en la
vida de la Iglesia. A través de su participación en el proceso sinodal “La Iglesia
te escucha”, estos agentes pastorales han descubierto un sentido de comunidad
dentro de la Iglesia Universal, caracterizado por la apertura al intercambio,
el apoyo mutuo y el sostén espiritual. Este proceso ha permitido que los
misioneros digitales se perciban no como actores aislados, sino como parte de
una red más amplia de evangelización en los espacios digitales.
La participación en el proyecto sinodal ha fortalecido el sentido de
pertenencia de los misioneros digitales, integrándolos de manera más profunda
en la misión de la Iglesia Universal. Al ser reconocidos como canales de escucha
en las redes sociales, estos evangelizadores han experimentado una renovación
y reafirmación de su vocación misionera. Este reconocimiento institucional ha
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sido fundamental para legitimar su labor y ha resaltado el apoyo que reciben
por parte de la Iglesia para llevar a cabo su misión en los entornos digitales.
Además, el proyecto ha fomentado una comunidad más unida entre los
misioneros digitales, facilitando el intercambio de iniciativas y la creación
de vínculos de comunión fraterna. Este sentido de comunidad no solo ha
fortalecido su labor individual, sino que también ha permitido una mayor
colaboración y sinergia en la evangelización digital. Asimismo, el proceso ha
brindado a los misioneros la oportunidad de conocer las inquietudes de sus
seguidores, fortaleciendo así el puente entre el Pueblo de Dios y la Iglesia
institucional.
Los misioneros digitales que participaron en el proyecto han expresado
su gratitud al percibir que la Iglesia reconoce la presencia del Pueblo de Dios
en el ambiente digital y que dirige su mirada pastoral hacia estos espacios
con un interés genuino. Este reconocimiento ha sido fundamental para validar
su labor y ha contribuido a que los misioneros se sientan parte activa de la
misión eclesial. La experiencia ha demostrado que, cuando la Iglesia asume
los espacios digitales como un ámbito legítimo de evangelización, se generan
dinámicas de comunión y pertenencia que fortalecen tanto a los evangelizadores
como a las comunidades a las que sirven.
La participación de los misioneros digitales en el proceso “La Iglesia te
escucha” ha evidenciado la importancia de integrar a estos agentes pastorales
en la vida de la Iglesia, reconociendo su labor y proporcionándoles el
acompañamiento y formación necesarios. Este proceso no solo ha fortalecido
su vocación misionera, sino que también ha permitido una mayor sinergia
entre la Iglesia institucional y las comunidades digitales. En este sentido, la
experiencia ha subrayado la necesidad de desarrollar una pastoral digital que,
de manera orgánica y sistemática, reconozca y apoye a los misioneros digitales
como agentes clave en la evangelización del siglo XXI.
1.2. Etapa Continental
Con el objetivo de profundizar en los resultados obtenidos durante la
primera fase de la escucha, recogidos en el Documento para la Etapa Continental
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(DEC), se convocó al Pueblo de Dios y a todas las Diócesis a participar en un
tiempo de discernimiento a través del método de la conversación en el Espíritu.
Esta etapa incluyó la celebración de siete Asambleas Continentales, en las que
se buscó reflexionar sobre las tensiones, divergencias y cuestiones relevantes
para cada continente, con miras a enriquecer el proceso sinodal.
Para la fase continental, la Secretaría General del Sínodo solicitó al
Dicasterio para la Comunicación que acompañara al Sínodo Digital de dos
maneras:
• Facilitar un proceso de reflexión y discernimiento sobre el DEC junto
a los 244 misioneros digitales que participaron en la fase de escucha.
• Enviar delegados representantes de la misión digital a las diversas
Asambleas Continentales, con el fin de compartir su experiencia y
aportar a la reflexión desde la perspectiva de los espacios digitales.
Para responder a la primera solicitud, se crearon espacios tanto virtuales
como presenciales destinados al discernimiento comunitario y la conversación
en el Espíritu entre los misioneros digitales. Estos encuentros tuvieron como
objetivo reflexionar, a la luz de la Palabra de Dios y en una actitud de oración,
sobre las siguientes preguntas:
• “¿Cuáles tensiones o divergencias sustanciales surgen como
particularmente importantes desde la perspectiva del continente?”
• “¿Cuáles son las cuestiones e interrogantes que deberían abordarse y
considerarse en las próximas fases del proceso?”
Las aportaciones generadas en estos espacios fueron recopiladas en un
documento de síntesis, el cual fue entregado a la Secretaría General del Sínodo
para ser integrado con las demás síntesis continentales. Este proceso permitió
que las voces de los misioneros digitales fueran incluidas en el discernimiento
sinodal, aportando una perspectiva única desde los espacios digitales.
En respuesta a la segunda solicitud, 15 misioneros digitales fueron enviados
como delegados a las distintas Asambleas Continentales. Su participación tuvo
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como objetivo compartir la experiencia sinodal desarrollada en los espacios
digitales y contribuir a la reflexión propia de cada continente. La distribución
de los delegados fue la siguiente: 1 delegado para Asia, 1 delegado para África,
5 delegados para Europa, 8 delegados para América Latina.
La presencia de estos misioneros digitales en las Asambleas Continentales
permitió enriquecer el diálogo sinodal con una perspectiva que integraba tanto
las realidades locales como las dinámicas propias de los entornos digitales. Su
participación fue fundamental para visibilizar la importancia de los espacios
digitales en la misión de la Iglesia y para promover una mayor integración
entre la pastoral tradicional y la pastoral digital.
La fase continental del Sínodo ha demostrado la importancia de incluir a
los misioneros digitales en los procesos de discernimiento y reflexión sinodal.
Su participación no solo ha permitido enriquecer el diálogo con una perspectiva
innovadora, sino que también ha fortalecido el sentido de pertenencia y
corresponsabilidad de estos agentes pastorales en la misión de la Iglesia.
Además, la creación de espacios de conversación en el Espíritu ha facilitado
un discernimiento comunitario que integra las voces de quienes evangelizan en
los espacios digitales, reconociendo su labor como parte esencial de la Iglesia
en salida.
Este proceso ha sentado las bases para una mayor integración de los
espacios digitales en la vida y misión de la Iglesia, subrayando la necesidad
de continuar desarrollando una pastoral digital que responda a los desafíos y
oportunidades del mundo contemporáneo.
1.2.1. Metodología
Para llevar a cabo el proceso de discernimiento comunitario, el grupo
original de 244 misioneros digitales fue organizado en 12 comunidades.
Estas, a su vez, se subdividieron en pequeñas comunidades de discernimiento
de aproximadamente 12 personas, cada una guiada por un animador. Estas
comunidades se reunieron de manera sincrónica y asincrónica, tanto en
modalidad presencial como virtual, lo que permitió una participación flexible y
adaptada a las necesidades de los participantes. Las reflexiones se centraron en
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las 12 temáticas propuestas por el Documento de la Etapa Continental (DEC),
lo que proporcionó un marco estructurado para el diálogo y el discernimiento.
Durante el proceso de discernimiento, se empleó un enfoque metodológico
mixto, que combinó elementos cualitativos y cuantitativos. La dimensión
cuantitativa permitió sintetizar y cuantificar las respuestas, complementando las
expresiones cualitativas que reflejaban realidades más complejas y subjetivas.
Este enfoque facilitó una comprensión más profunda de la percepción de los
participantes respecto a los temas del Sínodo en el contexto digital. Para ello,
se estableció un sistema de calificación en una escala de 0 a 8, que permitió
evaluar la relevancia y el impacto de cada tema.
Los resultados de la evaluación de los 12 temas relacionados con la Iglesia
en el entorno digital revelaron tendencias significativas. Los dos temas mejor
valorados fueron:
• “Mejora de la participación de las mujeres”, con una puntuación de
5.75.
• “Grado de corresponsabilidad en el entorno digital”, con una
puntuación de 5.8.
Estos resultados sugieren un reconocimiento positivo hacia la inclusión
y la corresponsabilidad dentro de la comunidad digital, aspectos que fueron
percibidos como fundamentales para el desarrollo de una Iglesia más sinodal
y participativa.
Por otro lado, los temas con menor puntuación fueron:
• “Promoción de la espiritualidad litúrgica”, con una puntuación de 4.
• “Formación y espiritualidad para el mundo digital”, también con una
puntuación de 4.
Además, temas como la “escucha de quien se siente abandonado y excluido”
y la “unidad de los cristianos en el entorno digital” obtuvieron puntuaciones
relativamente bajas (4.1 y 4.2, respectivamente). Estos resultados indican la
yachay Año 42, nº 81, 2025, p. 11-47
Mons. Lucio Adrián Ruiz 27
necesidad de fortalecer la formación espiritual y la capacidad de escucha en los
espacios digitales, así como de promover una mayor unidad entre los creyentes
en estos entornos.
El proceso de discernimiento culminó con la celebración de una Asamblea
Digital, en la que los animadores de cada comunidad compartieron los resultados
de sus reflexiones a través del método de la “conversación en el espíritu”.
Esta metodología, que sigue el mismo enfoque utilizado en las Asambleas
Continentales, permitió un diálogo profundo y respetuoso, fomentando la
comunión y el discernimiento colectivo.
Los resultados del discernimiento comunitario subrayan la importancia
de abordar temas como la inclusión, la corresponsabilidad y la formación
espiritual en los espacios digitales. Asimismo, destacan la necesidad de mejorar
la capacidad de escucha y promover la unidad entre los cristianos en estos
entornos. Estos hallazgos ofrecen valiosas orientaciones para el desarrollo
de una pastoral digital más efectiva y adaptada a las necesidades del mundo
contemporáneo.
La metodología empleada, que combina enfoques cualitativos y
cuantitativos, ha demostrado ser una herramienta eficaz para comprender las
percepciones y necesidades de los misioneros digitales y sus comunidades.
Este proceso no solo ha enriquecido el diálogo sinodal, sino que también ha
sentado las bases para una mayor integración de los espacios digitales en la
vida y misión de la Iglesia.
1.2.2. Principales resultados7
i. Convergencias
A pesar de la diversidad de edades, culturas, razas y lenguas entre los
participantes, el Sínodo Digital logró crear espacios comunes que facilitaron la
identificación de las principales fortalezas y oportunidades que los contextos
digitales ofrecen para la misión evangelizadora. Se ha evidenciado que la
7 Los principales resultados en términos cuantitativos se encuentran en el sitio web oficial del proceso del
Sínodo digital, disponible online: https://www.sinododigital.com/espanol-fase-continental
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La escucha sinodal en los ambientes digitales28
cultura digital, al carecer de límites geográficos o fronteras, revela el rostro
de una “Iglesia con las puertas abiertas”. En este entorno, los evangelizadores
han desplegado sus carismas a través de iniciativas creativas y valientes en las
redes sociales, las cuales nutren la fe de los creyentes, reavivan el interés de
quienes se han alejado y abren espacios para un diálogo sincero y abierto.
La significativa participación de los laicos en la evangelización digital
es, sin duda, una señal de esperanza para la Iglesia. Este fenómeno refuerza
la conciencia de que todos los bautizados están llamados a ser discípulos
y misioneros en las realidades temporales. En estos espacios digitales, se
evidencia un liderazgo compartido entre hombres y mujeres, bajo la premisa
de que “un solo bautismo nos incorpora a Cristo y a la misión eclesial de
evangelizar”8.
El DEC ha manifestado su preocupación por la limitada presencia de la
voz de los jóvenes en el proceso sinodal y su creciente ausencia en la vida de
la Iglesia. Sin embargo, el Sínodo Digital ofreció una perspectiva alentadora
al reconocer las iniciativas lideradas por jóvenes de diversas partes del mundo,
quienes demostraron su compromiso con la evangelización en el entorno
digital y su deseo de participar activamente en los procesos sinodales.
La riqueza vocacional y carismática de la Iglesia se refleja en las redes
a través de la presencia de numerosos sacerdotes, religiosos y personas
consagradas. Estos agentes pastorales ofrecen un testimonio auténtico de
servicio a Dios mediante la entrega generosa de sus vidas, acompañando,
iluminando y nutriendo la fe de muchos fieles que, en ocasiones, se sienten
como “ovejas sin pastor” (Mt 9,36).
El entorno digital también se presenta como una oportunidad para
escuchar y para dar voz a los más desfavorecidos, quienes encuentran en las
redes una plataforma para compartir sus vidas y experiencias, promoviendo
una cultura de inclusión y compromiso social. Además, los espacios digitales
no solo reducen las distancias físicas, sino que también fomentan el diálogo
intergeneracional, interconfesional y entre creyentes y no creyentes.
8 Secretaría General del Sínodo, “El Proceso Sinodal: Documentos”, 256.
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Mons. Lucio Adrián Ruiz 29
La diversidad de realidades y el pluralismo religioso en estos nuevos
espacios se han identificado como una oportunidad para el diálogo
interreligioso y ecuménico. Este diálogo tiene el potencial de construir puentes
entre diferentes perspectivas, con el objetivo de promover el bien común, la
dignidad humana, la justicia y el cuidado del medio ambiente.
Durante la pandemia, el entorno digital demostró su capacidad para
mantener viva la experiencia litúrgica. Los medios digitales ofrecieron una
alternativa valiosa, aunque se subraya la necesidad de una normativa y una
catequesis que acompañen esta experiencia para garantizar una vivencia
adecuada y completa9.
Aunque los evangelizadores reconocen que lo digital no reemplaza lo
presencial, admiten que estos espacios contribuyen al desarrollo del sentido
de pertenencia, permiten un acercamiento y, especialmente, constituyen una
oportunidad especial para un primer Anuncio. Además, ofrecen recursos
formativos y de crecimiento espiritual que nutren la fe en la vida cotidiana.
Esto es particularmente relevante para aquellos que se han alejado de las
estructuras presenciales, ya que pueden encontrar en estos recursos una guía
para un posible y progresivo regreso.
ii. Tensiones
El discernimiento comunitario realizado entre los misioneros digitales ha
revelado diversas dificultades y amenazas en la misión evangelizadora dentro
del entorno digital. Entre las principales preocupaciones se destacó la falta
de reconocimiento y apoyo por parte de las estructuras eclesiales. Algunos
religiosos han señalado las dificultades que enfrentan en sus congregaciones
para llevar a cabo esta misión, mientras que algunos sacerdotes han expresado
los desafíos en relación con sus Obispos, quienes en ocasiones consideran lo
digital únicamente como un instrumento y no como un lugar a evangelizar.
Esta percepción puede llevar a que la presencia sacerdotal en estos espacios
sea vista como irrelevante o superficial.
9 Secretaría General del Sínodo, “El Proceso Sinodal: Documentos”, 260.
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La escucha sinodal en los ambientes digitales30
Además, se destacó el reto de superar la polarización que los algoritmos
de internet pueden intensificar, creando “burbujas” de pensamiento afín que
fortalecen la cohesión de grupos ideológicos y generan “campos de batalla” en
redes sociales, especialmente en torno a posturas políticas, socioeconómicas
y religiosas. En este contexto, se subraya la necesidad de una formación
para el diálogo, con el objetivo de construir puentes que unan, a pesar de las
diferencias.
A su vez, los conflictos y divisiones entre católicos en redes sociales
socavan el mensaje que se busca transmitir, ya que la incoherencia y la falta
de testimonio en la caridad y la unidad son factores que desacreditan la
autenticidad misionera.
Otro de los desafíos en las redes sociales es superar la tendencia al
individualismo. Aunque existen muchas iniciativas evangelizadoras personales,
aún hay pocas propuestas que fomenten la creación de redes colaborativas, lo
que permitiría a los evangelizadores sentirse parte de un todo. La cohesión y
solidaridad dentro de la comunidad digital son esenciales, ya que cuanto más
cohesionada y solidaria es una comunidad, mayor es su fuerza10.
Los participantes del Sínodo Digital también destacaron la necesidad de
una “inculturación digital” por parte de la Iglesia, tanto para conocer la cultura
propia de las redes como para “tomar el pulso” de la comunidad reunida en
estos espacios. Los habitantes de estas plataformas a menudo perciben una
diferencia entre el lenguaje utilizado en las redes y el que se emplea en las
parroquias, considerando que el lenguaje de los predicadores digitales está más
conectado con su realidad cotidiana, mientras que el de algunas parroquias
resulta más distante.
Además, los evangelizadores en redes sociales reciben muchas preguntas
de creyentes y no creyentes, pero carecen de la formación necesaria para ofrecer
el acompañamiento y las respuestas adecuadas. Por ello, es fundamental una
mayor formación teológica y doctrinal, alineada con el Magisterio, así como
10 Francisco, “Mensaje del santo padre Francisco para la 53 jornada mundial de las comunicaciones sociales”
24 de enero de 2019.
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Mons. Lucio Adrián Ruiz 31
en temas de doctrina social de la Iglesia, para abordar los desafíos sociales
desde una perspectiva cristiana.
Finalmente, se subrayó la importancia de una formación continua
en comunicación digital, que permita a los evangelizadores mantenerse
actualizados en un ámbito en constante cambio. Esto facilitará que el mensaje
del Evangelio alcance a una audiencia más amplia y tenga un impacto
significativo en la comunidad.
1.2.3. Conclusiones de la segunda fase
En la segunda fase del Sínodo, se hizo evidente la necesidad de acercar
lo distante, respondiendo al clamor de quienes se sienten alejados de la
Iglesia. Para lograrlo, fue fundamental ampliar la tienda y asegurar que todos
tuvieran un lugar dentro del proceso sinodal. Las características propias del
ámbito digital jugaron un papel crucial en este esfuerzo, permitiendo superar
las distancias geográficas y horarias, y facilitando así el discernimiento
comunitario a una escala global. Este enfoque no solo amplió los horizontes
del Sínodo, sino que también permitió abordar desafíos que, en contextos
presenciales, podrían haber sido más difíciles de resolver, como las diferencias
generacionales, culturales, de género (hombre/mujer) y entre consagrados y
laicos. El lenguaje propio de las redes digitales logró poner a todos en una
mesa común, fomentando un diálogo inclusivo y participativo.
La metodología de la conversación espiritual, adaptada al entorno digital,
resultó ser una herramienta efectiva para involucrar a los participantes de
manera profunda y significativa. Esta versión digital de la conversación
espiritual sorprendió a los participantes, quienes se sintieron profundamente
involucrados en el proceso y valorizados como miembros activos de la
Iglesia. La posibilidad de hablar y ser escuchados en un ambiente de respeto
y apertura transformó la dinámica de las relaciones entre las personas y los
grupos que participaron. Este enfoque no solo facilitó el intercambio de ideas y
experiencias, sino que también contribuyó a fortalecer el sentido de comunión
y pertenencia dentro de la comunidad eclesial.
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La escucha sinodal en los ambientes digitales32
La segunda fase del Sínodo ha demostrado que el entorno digital no es
solo un medio para superar barreras físicas, sino también un espacio donde
se pueden construir puentes entre diferentes realidades y experiencias. La
conversación espiritual en su versión digital ha permitido que personas de
diversos contextos se sientan parte activa de la Iglesia, fomentando un sentido
de corresponsabilidad y participación que es esencial para una Iglesia sinodal.
Este proceso ha subrayado la importancia de adaptar las metodologías
pastorales a las nuevas realidades digitales, reconociendo que los espacios
virtuales pueden ser un terreno fértil para el encuentro, el diálogo y la
construcción de comunidad. Al hacerlo, la Iglesia no solo responde a los
desafíos del mundo contemporáneo, sino que también se abre a nuevas formas
de vivir y compartir la fe en un contexto globalizado.
1.2.4. Experiencias
En la segunda etapa del proceso sinodal, entre los participantes en las
comunidades de reflexión sobre los temas propuestos por el Documento para
la Etapa Continental, se contó con la presencia de un 30% de personas que se
consideran alejadas de la Iglesia. La experiencia del diálogo abierto resultó
ser enriquecedora, generando espacios de intercambio tanto en modalidad
presencial como virtual. Esta diversidad de formatos permitió una participación
más amplia y accesible, facilitando la inclusión de voces que, de otro modo,
podrían haberse mantenido al margen del proceso.
Como resultado de las conversaciones llevadas a cabo, los participantes
expresaron su gratitud y valoraron positivamente el camino sinodal que la
Iglesia está recorriendo. Muchos se sintieron plenamente involucrados en
el proceso y escuchados de manera respetuosa por los demás integrantes de
sus grupos de reflexión. Este sentido de pertenencia y reconocimiento fue
fundamental para fomentar un ambiente de confianza y apertura, donde los
participantes pudieron compartir sus experiencias y perspectivas sin temor a
ser juzgados.
Sin embargo, en sus testimonios sobre la experiencia con la Iglesia,
los participantes también señalaron dificultades significativas. Una de las
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Mons. Lucio Adrián Ruiz 33
principales quejas fue la falta de apertura y comprensión por parte de algunos
miembros de la comunidad eclesial. Muchos expresaron haberse sentido
juzgados por sus opciones personales o su estilo de vida, lo que generó un
sentimiento de exclusión y desconexión. Además, se destacaron las actitudes
inconsistentes de algunos creyentes, quienes, aunque predican un mensaje
de amor, perdón y misericordia, en la práctica manifiestan críticas, juicios
temerarios y falta de acogida. Estas contradicciones entre el discurso y la
acción han contribuido a que muchas personas se sientan desilusionadas o
alejadas de la Iglesia.
En este contexto, una de las necesidades más recurrentes expresadas por
los participantes fue la de encontrar en la Iglesia personas capacitadas que
puedan escucharlos y acompañarlos en sus procesos personales y espirituales.
Este acompañamiento debería caracterizarse por el respeto a sus tiempos, la
comprensión de sus historias y la oferta de una guía adecuada que les permita
acercarse a la fe de manera gradual y significativa. Los participantes subrayaron
la importancia de que este acompañamiento sea libre de juicios y condenas, y
que se base en un enfoque de acogida y misericordia.
La segunda etapa del Sínodo ha puesto de manifiesto la importancia de
fomentar un diálogo auténtico y respetuoso dentro de la Iglesia, especialmente
con aquellos que se sienten alejados o marginados. Las experiencias compartidas
por los participantes revelan la necesidad de una pastoral más inclusiva y
compasiva, que sea capaz de responder a las inquietudes y necesidades de las
personas en sus contextos específicos.
Además, los resultados de esta etapa subrayan la urgencia de formar
agentes pastorales que estén capacitados para acompañar a las personas en sus
procesos de fe, ofreciendo un espacio seguro donde puedan ser escuchados y
acompañados sin temor a ser juzgados. Solo a través de un enfoque de escucha
activa y acompañamiento integral la Iglesia podrá responder de manera efectiva
a los desafíos planteados por quienes se sienten alejados, reconstruyendo así
los puentes de comunión y pertenencia.
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La escucha sinodal en los ambientes digitales34
2. Informe de Síntesis de 2023. Aportes desde el capítulo 17: “Misioneros
en el ambiente digital”
El Informe de Síntesis “Una Iglesia sinodal en misión”, publicado en
octubre de 2023, recopila en 20 capítulos los temas que la Primera Sesión
de la Asamblea Sinodal consideró más relevantes para continuar la reflexión
hasta la Segunda Sesión, prevista para octubre de 2024. Entre estos temas, el
capítulo 17 se dedica específicamente a los misioneros en el ambiente digital,
destacando la importancia de la evangelización en los espacios virtuales como
un aspecto clave de la misión de la Iglesia en el siglo XXI.
Además, en marzo de 2024, el Papa Francisco propuso a la Secretaría
del Sínodo que se profundizara en 10 temas específicos dentro del camino
del Sínodo de la Sinodalidad. El tercer tema de esta lista es la misión en el
entorno digital, lo que refuerza la relevancia y actualidad de este asunto en
el contexto de la sinodalidad. Este enfoque refleja la necesidad de abordar de
manera sistemática y profunda los desafíos y oportunidades que presenta la
evangelización en los espacios digitales.
El capítulo 17 del Informe de Síntesis se destaca por su enfoque en los
misioneros digitales, es decir, los sujetos activos en el proceso de evangelización
en los entornos virtuales. El documento comienza por reconocer que lo digital
no es simplemente una herramienta, sino un “ambiente”, un espacio a ser
habitado y evangelizado. Este enfoque subraya la importancia de comprender
la cultura digital como un ámbito donde las personas viven, se relacionan y
buscan sentido, lo que exige una presencia activa y significativa de la Iglesia.
El Informe utiliza una metodología tríptica para abordar cada tema,
estructurando su análisis en tres ejes: convergencias, cuestiones que afrontar y
propuestas. A continuación, se presentan los puntos centrales del capítulo 17:
Convergencias
• La cultura digital y su influencia: El Informe reconoce la realidad
de la cultura digital y su impacto en la vida diaria de las personas,
especialmente entre los jóvenes, pero también en adultos, individuos
yachay Año 42, nº 81, 2025, p. 11-47
Mons. Lucio Adrián Ruiz 35
y comunidades. Se subraya la importancia de vincular esta realidad
con el proceso de sinodalidad, entendiendo que los espacios digitales
son un lugar donde la Iglesia debe estar presente de manera activa y
propositiva.
• Revalorización de la misión digital: Se destaca la misión digital
como una continuación de los procesos misioneros que la Iglesia
ha llevado a cabo a lo largo de su historia. Este enfoque reconoce
que la evangelización en los espacios digitales no es algo nuevo,
sino una extensión natural de la misión de la Iglesia en el mundo
contemporáneo.
• El proceso sinodal “La Iglesia te escucha”: Se resalta la labor del
proyecto “La Iglesia te escucha” como una iniciativa pionera en
la escucha y el diálogo en los entornos digitales. Este proyecto ha
demostrado la capacidad de la Iglesia para llegar a las periferias
existenciales a través de las redes sociales y otras plataformas
digitales.
Cuestiones que afrontar: El Informe también identifica varios riesgos y
desafíos asociados con la misión digital:
• Riesgos en el entorno digital: Se mencionan problemas como el
cyberbullying, la dependencia digital y otros desafíos propios de los
espacios virtuales.
• Riesgos internos: Se advierte sobre los peligros de que los propios
católicos caigan en actitudes como el odio, la desinformación y la
polarización en las redes sociales.
• Presencialidad vs. virtualidad: Se subraya la importancia de mantener
un equilibrio entre la presencialidad física y la virtualidad, evitando
el riesgo de encerrarse en un mundo exclusivamente digital.
Propuestas: El Informe propone varias acciones concretas para fortalecer
la misión digital:
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La escucha sinodal en los ambientes digitales36
• Reconocimiento, formación y acompañamiento: Se solicita que
se ofrezca reconocimiento institucional, formación adecuada y
acompañamiento pastoral a los misioneros digitales, facilitando
instancias de encuentro y diálogo.
• Redes de colaboración: Se sugiere crear redes de colaboración
entre misioneros digitales e influencers, incluso aquellos que no
necesariamente son católicos, para transmitir valores en causas
comunes como la defensa de la persona humana y el cuidado de la
Casa Común.
Tanto el capítulo 17 del Informe de Síntesis como la inclusión de la
misión digital entre los temas prioritarios propuestos por el Papa Francisco
representan un paso decisivo en el camino sinodal. Estos documentos reflejan
una constatación clara de la realidad existente: la cultura digital es un espacio
que demanda atención, reflexión y compromiso por parte de la Iglesia.
La misión digital no es un tema marginal, sino una dimensión esencial
de la evangelización en el mundo contemporáneo. Al asumir este desafío, la
Iglesia busca acercarse especialmente a los más alejados y a quienes habitan
en los espacios digitales, ofreciendo un mensaje de esperanza y comunión en
un mundo cada vez más interconectado.
2.1. Aprendizajes y propuestas
En este momento, resulta crucial destacar que el proceso sinodal “La Iglesia
te escucha” ha constituido una experiencia auténtica de sinodalidad dentro de
la cultura y el ambiente digitales. Este espacio de misión ha permitido que
los misioneros digitales salgan al encuentro de los más alejados, los jóvenes,
y aquellos que buscan hacerse oír, pero, sobre todo, de quienes necesitan ser
escuchados. La combinación de escucha, sinodalidad y misión ha demostrado
ser un servicio esencial para la Iglesia, que también habita y se desarrolla en
la digitalidad.
Para analizar esta experiencia de manera estructurada, se utilizará el
tríptico metodológico propuesto por los informes del Sínodo, organizando la
yachay Año 42, nº 81, 2025, p. 11-47
Mons. Lucio Adrián Ruiz 37
reflexión en tres ejes: convergencias, cuestiones que afrontar y propuestas.
Este enfoque permitirá una comprensión más profunda de los logros, desafíos
y oportunidades que surgen de la misión digital.
2.1.1. Convergencias
En primer lugar, dado que el tema de la misión digital ha sido abordado
por el proceso sinodal, es esencial comprender esta realidad de manera integral
y con claridad conceptual. Como se ha desarrollado en la primera parte de este
artículo, es necesario definir y distinguir conceptos clave que han surgido como
realidades existenciales antes de ser plenamente comprendidos y asimilados
tanto por la teología como por la vida y misión cotidianas de la Iglesia. Entre
estos conceptos destacan: escucha sinodal digital, cultura digital, ámbitos
digitales y misioneros digitales.
En segundo lugar, a partir de la realidad vital de la Iglesia, surge la
pregunta fundamental sobre la misión en los ambientes digitales: ¿Cómo se
lleva a cabo esta misión? ¿Qué aspectos incluye y cuáles excluye? De esta
pregunta se desprenden dos cuestiones centrales: ¿Qué significa escuchar en
los ambientes digitales y cómo se realiza? ¿Cuál es el rol del misionero digital
en el proceso de escucha sinodal?
En tercer lugar, se evidencia una valorización de los destinatarios de la
misión: aquellos que necesitan ser escuchados, quienes son el objetivo de
quienes actúan como prójimos y practican el “samaritanear”. Entre estos
destinatarios se encuentran los jóvenes, los más alejados y todos aquellos que
habitan en los ambientes digitales y pueden recibir la Buena Nueva. Se trata de
encontrar a cada persona en su contexto específico, considerando sus lenguas,
culturas, inquietudes, dones y tareas, así como las necesidades vitales de sus
comunidades, donde el Reino de Dios debe estar presente y crecer.
2.1.2. Cuestiones que afrontar
La pastoral digital, asumida como una misión específica para habitar los
ambientes digitales según las culturas digitales, enfrenta una serie de desafíos
significativos:
yachay Año 42, nº 81, 2025, p. 11-47
La escucha sinodal en los ambientes digitales38
La digitalidad como realidad existencial: El acceso a internet, las nuevas
tecnologías y la información son, en sí mismos, aspectos que requieren atención
en la misión digital. Es necesario estudiar en profundidad las inequidades
ecológicas e integrales, las barreras de acceso a las tecnologías y los conflictos
sociales, políticos y económicos que estas realidades conllevan. Escuchar el
clamor de los pueblos implica comprender sus realidades vitales y asegurar
que no sean excluidos de la evangelización digital.
Riesgos en los ámbitos digitales: Los misioneros digitales enfrentan
desafíos como la reproducción de desinformación, fake news, divisiones,
comentarios de odio y diversas formas de violencia. Estos riesgos no solo
surgen entre diferentes posturas políticas o sociales, sino también entre
diversas confesiones cristianas, religiones e, incluso, dentro de la misma Iglesia
Católica. Esto puede generar divisiones, conflictos y una falta de unidad en el
Pueblo de Dios. Ser misionero digital implica superar estas barreras, evitando
caer en la tentación de reproducir información errónea o tendenciosa que
genere inequidades, injusticias o violencias. Un misionero digital debe ser,
ante todo, un mensajero de la paz.
Conocimiento de las culturas y herramientas digitales: Asumir una tarea
misionera en el entorno digital requiere un conocimiento profundo tanto de las
culturas a las que se dirige como de las herramientas, recursos y medios digitales
disponibles. Esto implica aprender sobre los usos, costumbres, lenguajes y
temas de actualidad propios de estos espacios. Además, es fundamental contar
con recursos materiales suficientes y el apoyo de comunidades e instituciones
eclesiales que acompañen, promuevan y sostengan estas iniciativas. Es
necesario fortalecer la relación entre episcopados, parroquias, instituciones y
movimientos para apoyar a los misioneros digitales, lo que implica reflexionar
continuamente sobre el envío misionero.
Formación integral de los misioneros digitales: La formación de los
misioneros digitales no debe limitarse a lo técnico o al manejo de herramientas
digitales, sino que debe incluir una sólida base en contenidos doctrinales,
teológicos y espirituales. Evangelizar es compartir una experiencia de
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Mons. Lucio Adrián Ruiz 39
encuentro con Cristo que da una dirección radical a la vida (DCE 1)11. Esta
transmisión debe estar respaldada por un conocimiento doctrinal y teológico
adecuado, integrando los aportes magisteriales actualizados y una espiritualidad
encarnada en las culturas digitales.
2.1.3. Propuestas
A partir de la experiencia de “La Iglesia te escucha”, así como de las
convergencias y dificultades identificadas, se pueden plantear las siguientes
propuestas para avanzar en la evangelización digital:
Conversión sinodal permanente: Es necesaria una conversión sinodal
constante orientada a la misión, que implique una disposición particular a
la escucha y al “samaritanear”, llegando a todos los que habitan los ámbitos
digitales, especialmente a los más alejados de la Iglesia.
Formación integral de los misioneros digitales: La formación debe abarcar
tanto el uso de herramientas digitales como el contenido doctrinal, teológico y
espiritual adecuado para el contexto digital. Esto asegurará que los misioneros
estén preparados para transmitir el mensaje del Evangelio de manera efectiva
y auténtica.
Aporte y acompañamiento de las comunidades eclesiales: El apoyo de
las comunidades e instituciones eclesiales es fundamental para fomentar y
sostener la misión digital. Es necesario promover una mayor colaboración
entre episcopados, parroquias, instituciones y movimientos para fortalecer el
trabajo de los misioneros digitales.
Redes de colaboración e influencers: Se deben propiciar encuentros
y conexiones entre misioneros digitales e influencers, incluso de otras
confesiones cristianas, religiones y no católicos, para concientizar en las redes
sociales sobre problemáticas sociales y ambientales, especialmente cuando la
dignidad humana se ve más vulnerada.
11 Benedicto XVI. “Carta encíclica Deus caritas est sobre el amor cristiano”.
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La escucha sinodal en los ambientes digitales40
Interrelación entre lo digital y lo presencial: Es crucial generar una mayor
conciencia sobre la relación entre la evangelización digital y los espacios físicos
de la vida y la misión de la Iglesia. Ambas dimensiones deben enriquecerse
mutuamente en la construcción cotidiana del Pueblo de Dios.
3. Documento Final - XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los
Obispos, octubre 2024
Tras finalizar la segunda sesión de la Asamblea sinodal, se presentó el
Documento final: Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión
(DF)12. Este texto recoge los frutos de un proceso marcado por la escucha del
Pueblo de Dios y el discernimiento de los pastores, siendo un testimonio de
lo vivido y un impulso para la renovación misionera. Con su publicación,
se inició la etapa de implementación del camino sinodal, abriendo un nuevo
tiempo de discernimiento para activar nuevas formas de ministerialidad y
acción misionera.
El renovado impulso misionero, fruto de un proceso de escucha y
discernimiento, define un marco eclesial clave para la misión digital. La
“activación creativa de la acción misionera” sustenta la presencia evangelizadora
de los cristianos en los espacios digitales. El Documento subraya que todo
bautizado es protagonista de la misión, convirtiendo la misión digital en
una expresión viva del seguimiento de Jesús. Esta labor no solo fortalece la
evangelización en el mundo digital, sino que también promueve la conversión
misionera de toda la Iglesia, como se resalta en el proceso sinodal.
Antes de examinar los numerales sobre la misión digital en el Documento
final, es esencial destacar un punto central: los misioneros digitales proclaman
y dan testimonio de la Buena Nueva, “viviendo en y para el mundo, caminando
junto a todos los pueblos, dialogando con sus culturas y religiones, reconociendo
en ellas las semillas de la Palabra y avanzando hacia el Reino” (DF 17). En
los entornos digitales, cada misionero refleja el “rostro misericordioso de una
Iglesia que enseña caminando, escucha y responde, enriqueciéndose con las
historias y culturas” (DF 25). Este compartir de caminos y sueños genera “una
12 Francisco. XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. “Documento final. Por una Iglesia
sinodal: comunión, participación, misión”, 26 de octubre 2024.
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Mons. Lucio Adrián Ruiz 41
energía misionera que se irradia como servicio” (DF 44). Sobre la misión
digital, el primer numeral del Documento final se ubica en la parte II, “En la
barca, juntos. La conversión de las relaciones”, dentro del apartado “carismas,
vocaciones y ministerios para la misión”.
La Asamblea sinodal destaca que “cada bautizado responde a las
exigencias de la misión en los contextos en los que vive y trabaja desde sus
propias inclinaciones y capacidades, manifestando así la libertad del Espíritu
en la concesión de sus dones” (DF 58). Esto permite descubrir nuevos ámbitos
y formas de compromiso misionero. El Documento final reconoce que,
impulsados por el Espíritu, muchos bautizados contribuyen a desarrollar una
cultura inspirada en el Evangelio, como en la evangelización del ámbito digital.
Los misioneros digitales, sostenidos por los dones del Espíritu, “recorren los
caminos del mundo y anuncian el Evangelio en sus entornos” (DF 58). La
Asamblea sinodal plantea tres peticiones relevantes para la misión digital,
que ya se esbozaron en el Informe de Síntesis de la primera sesión y que el
Documento final desarrolla con mayor profundidad.
Piden a la Iglesia que no les deje solos, sino que se sientan enviados y
apoyados. Piden alimentarse del pan de la Palabra y de la Eucaristía, así
como de los lazos fraternos de la comunidad. Piden que se reconozca su
compromiso como lo que es: una acción de la Iglesia en favor del Evangelio,
y no una opción privada. Por último, piden que la comunidad acompañe a
quienes, por su testimonio, se han sentido atraídos por el Evangelio (DF 59).
Estas peticiones también se encuentran presentes en los entornos
digitales, donde numerosos misioneros y misioneras anhelan ser reconocidos,
acompañados, escuchados y enviados. Estas solicitudes se entienden mejor
a la luz de la corresponsabilidad de todos los bautizados en la misión y,
por ello, asumen con seriedad la consigna del Documento final, que afirma
que “la misión implica a todos los bautizados” (DF 66). Tenerlas presente
“permitiría un verdadero intercambio de dones con vistas a la misión” (DF
72). En cualquier caso, los cristianos y cristianas que testimonian el Evangelio
en los ambientes digitales “muestran que todos los fieles, de diversas maneras,
participan en la misión a través de sus dones y carismas” (DF 76) y “se
corresponden y se integran en el modo de vivir la misión de la Iglesia en el
mundo contemporáneo” (DF 48).
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La escucha sinodal en los ambientes digitales42
Será necesario llegar hasta la cuarta parte del documento, titulada “Una
pesca abundante. La conversión de los vínculos”, para identificar otro aspecto
relevante sobre la misión digital que es retomado en el Documento final. En la
sección “Arraigado y peregrino”, la asamblea recuerda que “la Iglesia no puede
entenderse sin estar enraizada en un territorio concreto, en un espacio y en un
tiempo donde se forma una experiencia compartida de encuentro con Dios que
salva” (DF 110). En este sentido, el anuncio del Evangelio que suscita la fe
en el corazón de los hombres y las mujeres lleva consigo la encarnación de la
Iglesia en ese lugar particular. Sin embargo, el texto advierte:
La experiencia del enraizamiento debe hacer frente a profundos cambios
socioculturales que están modificando la percepción de los lugares. El
concepto de lugar ya no puede ser entendido en términos puramente
geográficos y espaciales, sino que en nuestra época evoca la pertenencia
a una red de relaciones y a una cultura cuyas raíces territoriales son más
dinámicas y flexibles que nunca (DF 111).
En este sentido, el proceso sinodal ha permitido reconocer no solamente el
lugar “geográfico y espacial” sino también el lugar “relacional y existencial” en
el que se desarrolla la propia vida. Con esto, la noción de lugar se amplia y se
comprende como espacio-tiempo donde se forma una experiencia compartida
de encuentro con Dios y como “realidad histórica en la que toma forma la
experiencia humana” (DF 113). Por lo tanto, no sorprende que sea en este
contexto en el que el documento hable sobre la cultura digital, en la medida
en que
la difusión de la cultura digital, especialmente evidente entre los jóvenes,
está transformando profundamente la percepción del espacio y del
tiempo, impactando las actividades cotidianas, las comunicaciones y las
relaciones interpersonales, incluida la fe. Las posibilidades que ofrece la
red reconfiguran las relaciones, los vínculos y las fronteras (DF 113).
El lugar que supone la cultura digital con sus relaciones, vínculos y
fronteras, es decir, el ambiente digital es una realidad que requiere la decisión
de dedicar recursos para que sea un lugar profético para la misión y el anuncio.
En este sentido, si se considera que “las redes sociales pueden ser utilizadas
por quienes tienen intereses económicos y políticos que, manipulando a las
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personas, difunden ideologías y generan polarizaciones agresivas” (DF 113), la
Iglesia debe “animar, apoyar y acompañar a quienes se dedican a la misión en
el ambiente digital” (DF 113); mientras que las comunidades digitales que ya
existen deben “reflexionar sobre el modo cómo crean vínculos de pertenencia,
a promover el encuentro y el diálogo, a ofrecer formación entre iguales y
desarrollar un modo sinodal de ser Iglesia” (DF 113). Finalmente, la parte
V del documento, “También yo los envío. Formar un pueblo de discípulos
misioneros”, vuelve sobre la misión digital:
En la formación del Pueblo de Dios a la sinodalidad, es necesario considerar
también algunos ámbitos específicos, a los que el proceso sinodal ha llamado
insistentemente la atención. El primero se refiere al impacto del ambiente
digital en los procesos de aprendizaje, en la capacidad de concentración,
en la percepción de sí mismo y del mundo, y en la construcción de las
relaciones interpersonales. La cultura digital constituye una dimensión
crucial del testimonio de la Iglesia en la cultura contemporánea, así como
un campo misionero emergente. Por eso es necesario cuidar que el mensaje
cristiano esté presente en la red de formas fiables que no distorsionen su
contenido de forma ideológica. Aunque lo digital tiene un gran potencial
para mejorar nuestras vidas, también puede causar daños y perjuicios, a
través del acoso, la desinformación, la explotación sexual y la adicción. Es
importante que las instituciones educativas de la Iglesia ayuden a niños y
adultos a desarrollar habilidades críticas para navegar con seguridad por la
red (DF 149).
El Documento Final de la Segunda Sesión del Sínodo presenta el desafío
de ser una “Iglesia en salida” en los contextos cotidianos, especialmente donde
los jóvenes se desenvuelven, adaptándose a sus formas de vida. Como se ha
señalado, los clamores de la humanidad también resuenan en los espacios
digitales, convirtiéndolos en un ámbito privilegiado para la evangelización
y para ser “prójimos”, como el buen samaritano, de quienes sufren en esos
entornos. El texto no ignora los conflictos y desafíos de la cultura digital, pero
ofrece una llamada profética y esperanzadora. Los misioneros digitales están
llamados a construir el Reino en estos espacios, sanando heridas, creando
ambientes seguros y promoviendo la justicia y la paz. El Documento subraya
que todos los cristianos están inmersos en esta realidad y deben asumir su
responsabilidad. Esto implica no solo una formación que conecte el Mensaje
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La escucha sinodal en los ambientes digitales44
con el lenguaje digital, sino también el reconocimiento de quienes llevan a
cabo esta misión.
Las iglesias locales deben animar, apoyar y acompañar a quienes se dedican
a la misión en el ambiente digital. Las comunidades y grupos digitales de
inspiración cristiana, especialmente de jóvenes, también están llamados a
reflexionar sobre el modo cómo crean vínculos de pertenencia, a promover
el encuentro y el diálogo, a ofrecer formación entre iguales y desarrollar
un modo sinodal de ser Iglesia. La red, constituida por conexiones, ofrece
nuevas oportunidades para vivir mejor la dimensión sinodal de la Iglesia
(DF 113).
Tratándose de una misión que llega a tanta cantidad de personas (un
ministerio), el documento indica la necesidad de estudiar este acompañamiento,
su implicancia, relación y comunión con los Obispos y las iglesias locales. Se
deja manifiesto que cada iglesia local, parroquia y otras estructuras eclesiales
deberán reflexionar sobre su pastoral digital, sus misioneros digitales, el envío,
la promoción, el acompañamiento y el sostenimiento.
Conclusión
A lo largo de este artículo, se ha explorado la importancia de la escucha
activa en los ambientes digitales como herramienta fundamental para la
evangelización y la construcción de una Iglesia más sinodal y samaritana,
tomando como referencia la experiencia del proceso sinodal “La Iglesia
te escucha”. Esta indagación ha permitido apreciar que la escucha en el
entorno digital fortalece la comunión eclesial y posibilita llegar a “periferias
existenciales”, especialmente a aquellos que se sienten alejados de la Iglesia.
La pastoral digital puede ser una misión efectiva para acompañar a quienes
habitan esos ambientes en sus procesos de fe y, sobre todo, un ámbito para
salir al encuentro de quienes atraviesan dificultades o se sienten más alejados.
“La Iglesia te escucha”, en su actuación durante el Sínodo, ha subrayado
la importancia de reconocer y apoyar a los misioneros digitales, quienes, desde
su labor en las redes sociales, han logrado generar espacios de encuentro y
diálogo, facilitando experiencias espirituales significativas. Por otro lado, se
han sentado bases para una pastoral digital más orgánica y sistemática, que
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integre las necesidades y expectativas de quienes habitan en los espacios
digitales.
La experiencia ha mostrado que, cuando la Iglesia asume los ambientes
digitales como un ámbito legítimo de evangelización, se generan dinámicas
de comunión y pertenencia que fortalecen tanto a los evangelizadores como
a las comunidades a las que sirven. Sin embargo, también se han identificado
desafíos significativos, como la necesidad de una formación integral para los
misioneros digitales, el reconocimiento institucional de su labor y la creación
de redes de colaboración que fomenten la unidad y la corresponsabilidad en la
misión.
La escucha sinodal en los ambientes digitales no debe ser vista como un
mero instrumento técnico, sino como una dimensión esencial de la misión de
la Iglesia en el mundo contemporáneo. Al integrar los espacios digitales en
su pastoral, la Iglesia tiene la oportunidad de renovar su compromiso con la
inclusión, la acogida y el acompañamiento, respondiendo así a los desafíos y
oportunidades que presenta la cultura digital.
Este proceso no solo fortalece los vínculos entre los miembros del Pueblo
de Dios, sino que también abre nuevas posibilidades para la evangelización y
el diálogo en un mundo cada vez más interconectado. La experiencia de “La
Iglesia te escucha” ha mostrado que la escucha activa es un servicio esencial
para construir una Iglesia más sinodal, samaritana y en salida, capaz de anunciar
el Evangelio en las periferias existenciales de nuestro tiempo.
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Artículo presentado en 04.04.2025 y aprobado en 06.05.2025.
Mons. Lucio Adrián Ruiz, argentino, es el Secretario del Dicasterio para la
Comunicación de la Santa Sede. Licenciado en Teología Dogmática por la Universidad
de la Santa Croce; Magister en Administración de Empresas y Doctor en Ingeniería
Biomédica por la Universidad Politécnica de Madrid. Ha desempeñado los siguientes
cargos: Asesor en informática en Argentina; Responsable de Sistemas del CELAM
(Bogotá); Coordinador Técnico de la RIIAL para América Latina; Presidente del
Centro de Desarrollo NSG; Miembro del Foro de Teólogos de la Comunicación de
la Universidad Gregoriana; Profesor del ITEPAL; Oficial de la Congregación para el
Clero; Jefe de la Oficina de Servicios de Internet del Vaticano. Actualmente es profesor
en la Universidad de la Santa Croce, miembro del grupo de Inteligencia Artificial de la
Pontificia Academia para la Vida y del grupo Minerva.
E-mail: lucio.ruiz@spc.va; ORCID: https://orcid.org/0009-0000-7607-483X.