yachay Año 41, nº 79, 2024, p. 57-94

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YACHAY ADHIERE A UNA LICENCIA CREATIVE COMMONS
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cc

DOI: https://doi.org/10.35319/yachay.202479116

Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión
del magisterio papal
Biotechnology and development. Repercussions in Papal
magisterial reflection

Iván Jesús Castro Aruzamen1

Resumen
La presente investigación revisa el debate surgido a raíz de la biotecnología y el
desarrollo, sus consecuencias en la agricultura, la economía y el desarrollo, así
como las repercusiones en la postura de la Doctrina Social de la Iglesia expresada
a través del magisterio de los papas, tomando en cuenta las preguntas, críticas
y posibilidades que ha generado la evolución y aplicación de la biotecnología,
sobre todo en la agroindustria. También se abordan algunos sustratos presentes
en el avance biotecnológico como la mixtificación religiosa, el desarrollismo
y el comercio internacional. Y frente a las mismas, la visión del Magisterio ha
mantenido un sano equilibrio sin dejar de ser crítica.
Palabras clave
Biotecnología – Doctrina Social – Razón – Desarrollo – Ciencia – Transgénicos
Abstract
This research paper reviews the debate arising from biotechnology and
development, its consequences in agriculture, economy and development,

1 Universidad Católica Boliviana, Cochabamba, Bolivia.

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as well as the repercussions for the position of the Social Doctrine of the
Church expressed through the magisterium of the Popes, taking into account
the questions, criticisms and possibilities generated by the evolution and
application of biotechnology, especially in agribusiness. Some substrates
present in biotechnological advances are also addressed, such as religious
mixtification, developmentalism and international trade. In the face of these,
the vision of the magisterium has maintained a healthy balance without ceasing
to be critical.
Key words
Biotechnology – Social Doctrine – Reason – Development – Science –
Transgenics
Introducción

La Iglesia en su caminar histórico está llamada a dar testimonio
del Reino de Dios. Realizar una lectura evangélica de los signos de los
tiempos es uno de los desafíos para poder responder adecuadamente
a las exigencias de la realidad. La Constitución Pastoral Gaudium et
spes
sobre la Iglesia en el mundo actual postuló la auscultación, el
discernimiento y la interpretación de los signos de los tiempos como
tarea de todo el Pueblo de Dios: “Es propio de todo el Pueblo de Dios,
pero principalmente de los pastores y de los teólogos, auscultar, discernir
e interpretar, con la ayuda del Espíritu Santo, las múltiples voces de
nuestro tiempo y valorarlas a la luz de la palabra divina” (GS 44). La
enseñanza social es una de las dimensiones eclesiales fundamentales
en la tarea de dar razón de la esperanza cristiana en un mundo en
constante metamorfosis, sobre todo el que deviene por la intervención
y consecuencias de la ciencia moderna. “El espíritu científico modifica
profundamente el ambiente cultural y las maneras de pensar. La técnica
con sus avances, está transformando la faz de la tierra” (GS 5). En esa
perspectiva, cuando el magisterio social de los Papas se hace eco de los

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grandes problemas que aquejan a la humanidad, realiza una lectura de
los signos de los tiempos, por eso mismo “hoy el recurso a los «signos
de los tiempos» no releva un oportunismo pastoral, sino una inteligencia
objetiva de la Palabra de Dios”2. “Parece necesario concluir, por tanto,
que también fuera de la Iglesia, en el mundo, deberá haber ciertos
«signos» del Reinado de Dios”3.

No cabe duda de que el desarrollo generado a raíz del avance
científico tecnológico es un aspecto al cual la doctrina social no puede
no prestarle la debida atención. “Es necesario recordar los signos de los
tiempos en todas las épocas, y procurar interpretarlos para saber qué
hacer en el momento actual para que se realicen los tiempos anunciados
por Jesús”4. Es así que el magisterio de la Iglesia ha tomado una postura
respecto de los avances biotecnológicos. Pero también, desde diversas
disciplinas como la medicina, la economía, el derecho, la ética, y
la teología a través de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), se han
planteado preguntas y sospechas respecto de los efectos y las causas de
tales avances.

¿Cuál es el posicionamiento de la DSI frente al nuevo paradigma
científico-tecnológico, institucional y productivo en la agricultura?
¿Puede la DSI ayudar desde sus principios en la construcción de
políticas públicas que acompañen el desarrollo biotecnológico vinculado
al problema alimenticio y el modo de producción en el ámbito de la
2 Marie Dominique Chenu, «Les signes des temps», Nouvelle Revue Théologique 87, 1 (1965):

30: “Aussi le recours aujourd’hui aux «signes des temps» ne relève pas d’un opportunisme
pastoral, mais de rinteïlig’ence objective de la Parole de Dieu”.

3 Luis González-Carvajal, Los signos de los tiempos. El reino de Dios está entre nosotros…,
(Santander: Sal Terrae 1987): 44-45-

4 Josep Comblin, «Signos de los tiempos», Concilium 312 (2015): 92; Patricio Merino, La
categoría teológica signos de los tiempos. Desde el Concilio Vaticano II al Pentecostés de
Aparecida y Francisco
, (Bogotá: USTA 2014), 120-129; Virginia Raquel Azcuy, «La pobreza
de la Iglesia y los signos de los tiempos. Medellín como recepción inacabada del Vaticano II»,
Revista Teología 110 (2013): 111-138.

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Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión del magisterio papal60

agroindustria? ¿Es posible un lenguaje interdisciplinario que articule el
diálogo y permita comprender lo que está sucediendo en el campo de
la biotecnología y el desarrollo? Las interrogantes planteadas enuncian
el contenido del presente artículo, por tanto, el objetivo del mismo
es realizar un recorrido por las repercusiones que ha generado, en el
Magisterio Social de la Iglesia, el debate acerca de las consecuencias,
probadas o no de la implementación de la biotecnología y el desarrollo
en varias áreas de la vida humana.

En primer lugar, de manera resumida, se presentan las características
de la biotecnología, y dentro de la misma la referencia implícita a los
transgénicos (Organismos Modificados Genéticamente-OMG). Segundo,
se aborda la relación de los organismos modificados genéticamente y la
agroindustria, a partir de los desafíos, cuestionamientos y perspectivas
que conlleva dicha relación. Tercero, se desarrolla la visión de la Doctrina
social de la Iglesia acerca de los eventos OMG desde la perspectiva de la
dignidad humana, el bien común y la defensa de la vida. Cuarto, a partir
del desarrollo y la religiosidad, se identifica a los monocultivos como
una actividad extractivista que recurre a signos y símbolos religiosos
(fe) para justificar su actividad mercantilista. Finalmente, se establece
la relación entre la biotecnología y el comercio internacional; de igual
manera, se dialoga con la Doctrina Social de la Iglesia y su postura
al respecto, teniendo en cuenta la aguda crítica que realiza a toda
actividad extractivista como medio para modificar la naturaleza y sus
consecuencias destructivas para el medio ambiente.

1. Biotecnología y mercado
El conocimiento generado por el hombre en su relación con la

naturaleza o los objetos genera poder. Ya Sir Francis Bacon, en el
Novum Organum, sostenía: “Ciencia y poder humanos coinciden en una
misma cosa, puesto que la ignorancia de la causa defrauda el efecto.

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A la naturaleza no se la vence sino es obedeciéndola y lo que en la
observación es como causa, es como regla en la práctica”5. En ese
sentido, la ciencia está abocada al conocimiento de las formas complejas
y sencillas de la naturaleza, por lo que el conocimiento se transforma en
poder en el momento en el cual el ser humano es capaz de actuar sobre
esas formas de la naturaleza, unas veces de manera adecuada y otras con
consecuencias irreversibles.

La biotecnología se inscribe en el marco de dicha relación. De
ahí brota la necesidad de discutir sus efectos y bondades para el ser
humano y la misma naturaleza. “La biotecnología, el nuevo fenómeno
industrial que refleja la consolidación del complejo académico industrial
de la biología molecular en el mundo desarrollado”6, es una fuente de
productos de alto valor agregado que hace de los países industrializados
centros de poder. Los países latinoamericanos se encuentran en una
situación de dependencia tecnológica respecto de la biotecnología. “Una
ciencia es subdesarrollada cuando produce resultados que carecen de
utilidad, tanto teórica como práctica. […] La aparición del subdesarrollo
científico en América Latina comenzó a mediados de la década de
los sesenta, y coincidió con la profesionalización de la actividad
científica. Hasta entonces, el investigador había sido prácticamente un
aficionado”7. Después de más de medio siglo la situación no ha variado:
aún no es posible competir en el mercado internacional con productos
de alta calidad desde una incipiente estructura científica en la región.
“Para empezar se tiene que comprender que la biotecnología es una
forma de producción
. Como descubrió Marx hace ya más de un siglo,
las diferentes épocas económicas no se caracterizan por los cambios de
las cosas producidas, sino por los cambios en la forma en que esas cosas
se producen”8.
5 Francis Bacon, Novum Organum (Buenos Aires: Losada, 1949), 74.
6 Daniel Golstein, Biotecnología, universidad y política (México: Siglo XXI, 1989), 9.
7 Golstein, Biotegnología, universidad y política, 13.
8 Golstein, Biotegnología, universidad y política, 29.

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El ser humano en su proceso de adaptación al medio natural desde
hace muchos siglos tuvo la necesidad de aplicar investigación, entendida
ésta como el medio y modo de dar respuesta a los enigmas de la naturaleza.
La investigación se desarrolló a través del ensayo y error, tanto de forma
intuitiva y experimental. La biotecnología nació recientemente, y no fue
sino apenas hace cinco décadas, pues en 1970 se fusionó la biología
molecular y la industria de la fermentación; así comenzaron las primeras
aplicaciones de la técnica del ADN recombinante en el campo de las
bacterias y las levaduras, luego aplicadas a la farmacéutica y producción
agroindustrial. “La década de 1970 abunda en avances científico-
técnicos en este campo, los descubrimientos o productos tales como la
insulina humana, el interferón, la vacuna de la hepatitis B, la hormona
del crecimiento, y las bacterias capaces de degradar el petróleo, útiles
en el ambiente de la protección ambiental”9. En la actualidad el avance
de la biotecnología y su empleo se encuentra en una tercera generación.
“En una primera etapa se aplicó en la medicina, en especial en el sector
farmacéutico; luego, en el sector químico y en la tercera etapa en la
agricultura, en particular en la transformación de los alimentos”10.

En esa dirección, hay quienes defienden los beneficios de las
tecnologías porque creen en que sólo con el transcurrir del tiempo se
pueden demostrar sus utilidades en distintas parcelas del acontecer
humano. De la misma forma, no se puede obviar el hecho de que tanto la
agricultura y la ganadería constituyen la base esencial de la alimentación
humana, hasta el día de hoy. El hombre, en la adaptación alimenticia
a sus necesidades de sobrevivencia, introdujo técnicas de selección
de semillas, o en la ganadería los ejemplares mejor dotados para la
9 Jorge Katz y Alicia Bárcena, «El advenimiento de un nuevo paradigma tecnológico. El caso

de los productos transgénicos», Los transgénicos en América Latina y el Caribe: un debate
abierto
(Santiago: Naciones Unidas-CEPAL, 2004), 23.

10 María Angélica Larach, El comercio de los productos transgénicos: el estado del debate
internacional
(Santiago: CEPAL-ECLAC, 2001), 7.

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mejora productiva. De ahí que el “avance científico y toda tecnología
asociada suscitarán siempre, al principio, incertidumbres y dudas, que
suelen disiparse cuando, al cabo de un tiempo, las tecnologías muestran
beneficios”11.

No obstante, los problemas que se desprenden ante el ritmo de
crecimiento de la población mundial, en unas zonas de manera mucho
más acelerada que en otras, requieren una especial atención de cara al
futuro de la humanidad; pues no sólo tiene que ver con la producción de
alimentos, sino que también está estrechamente asociada a la creciente
escasez de agua dulce. Se estima que por lo menos una cuarta parte de la
población mundial vive actualmente en regiones dónde la disminución
del líquido elemento constituirá un serio problema para los asentamientos
humanos. “El gran reto es encontrar el modo de aumentar la producción
sin degradar los suelos, ni contaminar el suelo y el aire. Hasta ahora, la
agricultura industrial de altos insumos ha sido capaz de satisfacer las
necesidades alimentarias del mundo, pero es indudable que degrada el
medioambiente”12. Ante este problema del deterioro del medio ambiente
y la amenaza de la vida humana en el planeta, la agrobiotecnología tiene
algunas condiciones a cumplir para poder dar respuesta y satisfacer las
necesidades alimenticias de la creciente población mundial, porque la
agricultura tradicional no será suficiente para cubrir tales requerimientos
a pesar de que es menos agresiva y destructiva con el medioambiente. Los
cuatro desafíos más urgentes que se presentan para la agrobiotecnología
son: “i) debe de incrementar significativamente los rendimientos, sin
crear con ello problemas ambientales; ii) debe ser rentable; iii) debe de
estar al alcance de todos; y iv) tiene que superar los temores que se ha
depositado en el público”13.
11 Otto T. Salbris, «Ventajas y desventajas de la agrobiotecnología», Los transgénicos en

América Latina y el Caribe: un debate abierto (Santiago: Naciones Unidas-CEPAL, 2004), 33.
12 Salbris, «Ventajas y desventajas de la agrobiotecnología», 38.
13 Salbris, «Ventajas y desventajas de la agrobiotecnología», 39.

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En último término, se debe tener presente, sin demagogias ni falsas
predicciones, estos retos mencionados para el avance y desarrollo de
la biotecnología y los desafíos que se le presentan. En el caso de la
agrobiotecnología, hay que preguntar si los cambios introducidos no
llegarán a ser una amenaza para la salud humana; asimismo, se debe
plantear el debate acerca del cuidado y preservación del medioambiente
de manera seria y responsable, más allá de intereses tecnocráticos
e ideológicos; es decir, ¿la biotecnología y sus efectos, se pueden
desarrollar en el marco del equilibrio, la sustentabilidad y el respeto de
la vida vegetal, animal y humana? Por ahora cualquiera sea la respuesta,
estará matizada de acuerdo a las posturas encontradas, hasta que se
pueda demostrar en base a estudios e investigaciones, pero más allá de
toda instrumentalización posible en pro de grupos de poder.

La biotecnología abarca un amplio espectro de productos que
encuentran un lugar cómodo en el mercado mundial. Entre los campos
de acción de la industria biotecnológica están los activadores tisulares
del plasminógeno (ATP), el estudio de las enzimas y anticuerpos,
la cristalografía de rayos X, la resonancia magnética nuclear de alta
resolución, los polímeros, las proteínas, los ácidos nucleícos, la agricultura,
la biodepuración o los combustibles alternativos. En ese panorama: “La
biotecnología es un juego caro, arriesgado donde se aspira a ganar miles
de millones de dólares. […] Está basada en la biología molecular que
crea la frontera en permanente expansión del conocimiento biológico”14.
Todo indica que esta nueva revolución tendrá un impacto irreversible en
la manera de concebir la realidad, el ser humano y la vida misma. “En
el epicentro está una revolución tecnológica sin parangón en la historia,
que tiene el poder de rehacernos y de rehacer nuestras instituciones y
nuestro mundo”15. Así la Organisation for Economic Co-Operation and
14 Golstein, Biotegnología, universidad y política, 190.
15 Jeremy Rifkin, El siglo de la biotecnología. El comercio genético y el nacimiento de un mundo

feliz (Paidós: Barcelona, 2009), 23.

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Development (OECD) ha elaborado un plan de acción bieoconómico
hacia el 203016. Fin Browring, en Ciencia, semillas y cyborgs, realiza una
detenida y crítica revisión de aspectos como el DNA-centric paradigm
in molecular biology
y la industria biotecnológica, cuyo peligro es crear
un mundo cada vez menos humano17.

2. Transgénicos y agroindustria
En la base de los efectos de los alimentos transgénicos se encuentran

los nitratos. Estos son compuestos nitrogenados que se hallan en la
naturaleza y acaban siendo absorbidos por las plantas, luego trasmitidos
al ser humano a través del consumo se hortalizas y agua; sin embargo, la
alta concentración de nitrato en dichos elementos puede transformarse en
nitritos o nitrosaminas, que resultan siendo compuestos peligrosamente
tóxicos para la salud humana. El elevado nivel de nitratos en el medio
ambiente se debe a la utilización de fertilizantes nitrogenados y la
aplicación de residuos orgánicos. Las sales de nitrato y nitrito se usan
en el procesado de alimentos aditivos alimentarios para impedir el
crecimiento bacteriano18.

Para acercarnos al problema de los transgénicos y su impacto, por
medio del diálogo y discusión desde la DSI, es menester comenzar
indicando a qué se refiere cuando se habla de organismos modificados
genéticamente (OMG):

16 OECD, The Bioeconomy To 2030. Designing a Policy Agenda (OECD Publishing: Paris,
2009).

17 Fin Browring, Sciencie, seeds and cyborgs. Biotechnology and The Appropriation of Life
(Verso: New York, 2003).

18 Constantino de Miguel Fernández, Yanel Masiel Vazquez Taset, «Origen de los nitratos
(NO3) y nitritos (NO2) y su influencia en la potabilidad de las aguas subterráneas», Minería
y Geología
3- v. 22 (2006): 1-9; Mateo Londoño Pereira, Briana Davahiva Gómez Ramírez,
«Nitratos y nitritos, la doble cara de la moneda», Revista de Nutrición Clínica y Metabolismo
4 (1) (2021): 110-119.

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“El término se refiere a la manipulación genética dentro del ADN.
Moléculas que contienen información genética específica de un
organismo –llamado en la literatura general gen– se integra en el
material genético (ADN) de una planta, un animal o ser humano,
proveniente de una especie similar o diferente, para cambiar uno o
varios códigos genéticos”19.

Respecto de la masificación en el uso y comercialización de los
alimentos modificados genéticamente (AMG), se encuentran a la
vanguardia mundial EE.UU., Reino Unido y Argentina, pero cada vez
más países empiezan a introducir estas tecnologías en la producción
agrícola. Por ahora, “no se han realizado o bien publicado (lo cual
comporta que no pueden ser debidamente juzgados o contrastados),
los suficientes estudios experimentales sobre los potenciales efectos
adversos de los AMG en la salud animal ni, por supuesto, en la
humana, que puedan servir de base para justificar la seguridad de esos
productos”20. Por lo que no existe hasta el día de hoy certezas para
justificar las posiciones tanto de detractores como de defensores acerca
del consumo y comercialización a gran escala.

Los argumentos usados de personas y grupos en contra se basan
usualmente en posiciones sin fundamento ni pruebas contundentes. Entre
las posturas más conocidas están la perspectiva religiosa, sanitaria, la poca
difusión de información científica, lo económico, aunque el problema
urgente se plantea en el ámbito jurídico, centrado en la cuestión de las
patentes y la dependencia tecnológica. Por su parte las voces a favor
arguyen las ventajas, por ejemplo, la adición de genes en las plantas
19 Úrsula Oswald Spring, «Transgénicos: ¿una panacea o amenaza?», La vida en venta

(El Salvador: Ediciones Böll 2002), 43; Jesús Casquier e Rodomiro Ortiz, «Las semillas
transgénicas: ¿un debate bioético?», Derecho PUCP 69 (2012): 283.

20 José L. Domingo Roig e Mercedes Gómez Arnaiz, «Riesgos sobre la salud de los alimentos
modificados genéticamente: una revisión bibliográfica», Rev. Esp. Salud Pública 3 (2000):
259.

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para generar resistencia a insectos y plagas, de modo tal que se pueda
disminuir el uso de insecticidas o agroquímicos. Otra razón referida
es el aprovechamiento de suelos afectados por el estrés acuífero, y así
grandes extensiones podrían ser usadas para cultivos de transgénicos.
También se hace mención a la ausencia de estudios que sustenten los
efectos negativos para la salud humana, por tanto, se sostiene que los
AMG no son dañinos para el consumo humano. “El debate internacional
incluye controversias sobre los beneficios y peligros que resultan del
empleo de la nueva biotecnología en el sector agrícola. En el debate
intervienen diferentes actores con puntos de vista no coincidentes sobre
la manera de identificar y controlar el riesgo”21.

Frente a estas posiciones antagónicas, la bioética ofrece un espacio
de reflexión pertinente desde el cual se pueda dilucidar aspectos que
ensombrecen el problema. Un principio que arroja luz sobre el mismo
es el de autonomía, que es la capacidad que el hombre tiene para actuar
con conocimiento y libertad; en razón de este principio las personas
21 María Angélica Larach, El comercio de los productos transgénicos: el estado del debate

internacional (Santiago: CEPAL-ECLAC 2001), 8; Sandro Triana, Fernando Cobos, Juan
Gomez e Iris Perez, «Perspectivas de los cultivos transgénicos y su aporte en la agricultura»,
Journal of Science and Research 1. Vol. 9 (2024): 65-79; Maiara Leticia Libâneo do
Nascimento, Nátalie Christine de Carvalho Ruivo e Mércia Tancredo, «Alimentos embutidos,
nitrosaminas y aumento del riesgo de cáncer colorretal», Revista Observatorio de la
Economía Latinoamericana
2 (2024): 1-24.; Pedro Rocha, «Negocios de la bioeconomía
a partir de aplicaciones biotecnológicas (bioinsumos, transgénicos, entre otras)», Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA, Informe de situación y perspectivas
de la bioeconomía en América Latina y el Caribe
(IICA: San José-Costa Rica, 2024): 107-114.;
Leandro Emanuel Duarte, Florencia Delgado, Néstor Cristian Di Leo, Carola Leticia Bertone,
María Franci Alvarez, Sergio Montico e Alejandro Oliva1, «Mortalidad por cáncer, arsénico y
nitratos en aguas de consumo y superficies sembradas en Argentina», Rev. Panam Salud
Publica
46 (2022): 1-8.; César Gramaglia, «Mitos y realidades sobre la producción de papas
libres de agroquímicos y fertilizantes artificiales. Resultados productivos y económicos»
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (2023): 1-8.; Cecy Pereira Figuereira Da Silva
Neta Mello, Implicações jurídicas na utilização de organismos geneticamente modificados:
os alimentos trangênicos. Tese de doutorado
, (Universidade Federal de Goiás: Goiás,
2020); Romel Dario Brabo Abril, Neydy Estefanía Urgiles Tapia e Patricia Elizabeth Vanegas
Izquierdo, « Los alimentos transgénicos como disruptores endocrinos: revisión bibliográfica»,
Journal Scientific MQRInvestigar 2-vol. 8 (2024): 46-75.

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pueden tomar decisiones de manera libre para recibir información veraz
y adecuada, que sustente su decisión de consumir o no un determinado
producto. Por su parte el principio de beneficencia ilumina el proceder
humano, ya que sitúa al ser humano en la obligación de hacer el bien, o
el principio de no maleficencia, es decir, a no producir daño alguno en
los sujetos o sujeto de investigación.

“Hoy en día no se puede separar los intereses económicos, políticos
y sociales. Es por eso que debemos buscar el equilibrio y la armonía
entre la ciencia y la moral. El ser humano tiene esta obligación porque
es el único ser vivo consciente de sus acciones y, al hacer uso de esta
conciencia, puede reflexionar acerca de su relación con el ambiente
en el que vive”22.

En cuanto al uso y comercialización de productos que contengan
o deriven de organismos genéticamente modificados, en los países
latinoamericanos23 de alguna manera están regulados constitucionalmente,
22 Jesús Casquier e Rodomiro Ortiz, «Las semillas transgénicas: ¿un debate bioético?»,

Derecho PUCP 69 (2012): 299.
23 En Bolivia, el Decreto Supremo n° 2452 (2015) del Gobierno de Evo Morales Ayma estableció

la obligatoriedad del etiquetado de todos los productos comercializados en el territorio
nacional, tanto los de producción interna como importados a que contengan o deriven de
organismo genéticamente modificados. En Argentina, la autorización para la comercialización
de un cultivo transgénico está a cargo de las autoridades de la Secretaría de Alimentos,
Bioeconomía y Desarrollo Regional del Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca, y se
basa en los informes técnicos elaborados por tres Direcciones y sus Comisiones Asesoras.
Se evalúa que los cultivos transgénicos y sus productos sean seguros para el consumo,
tanto humano como animal, que sean seguros para el ambiente, y que no tengan un
potencial impacto negativo en las exportaciones. El primer cultivo transgénico fue la soja
tolerante a glifosato, esta se aprobó, y sembró por primera vez, en 1996, «Los cultivos
transgénicos en Argentina», ArgenBio, acceso el 22 de octubre 2023, https://argenbio.org/
cultivos-transgenicos. En Brasil entre 1998 y 2019 se aprobaron 152 productos modificados
genéticamente, entre ellos, plantas, vacunas, medicamentos, microorganismos e incluso
insectos, como en el caso de un mosquito transgénico para ayudar a combatir la propagación
de los vectores del dengue; un cuerpo colegiado integrado por 54 expertos de diferentes
disciplinas como bioseguridad, biología, medicina, veterinaria y medio ambiente, integran
la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio), que está a cargo de regular el
uso de los productos modificados genéticamente, establecer normas para la investigación
científica y deliberar al respecto de la comercialización de los transgénicos en el país «Los

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y en otros a través de organismos especializados pero dependientes del
Estado. De forma general existen algunos filtros de control, aunque
todavía limitados; por lo mismo en todos los países de la región no se
cuentan con estudios que determinen los impactos o no para la salud
humana y el medioambiente.

transgénicos bajo la lupa», Pesquisa FAPESP, acceso el 22 de octubre 2023, https://acortar.
link/a1aBR2. En Colombia el estado controla el uso de transgénicos: “El Estado regulará
el ingreso al país y la salida de él de los recursos genéticos, y su utilización, de acuerdo
con el interés nacional” (Art. 81); en la actualidad cursa en el Congreso de la República
el proyecto de Acto Legislativo 04, que buscan modificar el artículo 81 de la Constitución
e incorporar la prohibición del ingreso, la producción, comercialización y exportación de
semillas genéticamente modificadas, conocidas como transgénicas, «Transgénicos en
Colombia: más regulación y menos prohibición», Agencia UNAL, acceso el 22 de octubre
2023, https://acortar.link/rq1FzY. En Chile: “La única normativa específica en Chile respecto a
transgénicos se encuentra en una Resolución del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) sobre
Normas y Regulación de Liberación de Transgénicos. Según este decreto, sólo se autoriza
en Chile la entrada de semillas transgénicas para multiplicación con fines de exportación.
No se permite liberación de transgénicos para consumo. Las normas de bioseguridad
sólo se refieren a cumplir una cuarentena fitosanitaria, sin considerar el impacto de estos
cultivos sobre la biodiversidad y el medio ambiente. Una Comisión Asesora de Liberación de
Transgénicos (CALT), presidida por el SAG, establece los requerimientos de bioseguridad
para los cultivos transgénicos en Chile. Esta comisión no está abierta a la participación de
organizaciones ciudadanas” (María Isabel Manzur, «Transgénicos en Chile: la situación de
los cultivos de alimentos», Biodivesidad 21 (1999): 11). En Ecuador: Luego de cinco años
de espera, la Corte Constitucional del Ecuador declaró la inconstitucionalidad del Artículo 56
de la Ley de Semillas, Agrobiodiversidad y Agricultura Sustentable (más conocida como “Ley
de Semillas”), que permitía el ingreso de semillas y cultivos transgénicos al territorio nacional
para ser utilizados con fines de investigación. El Artículo 56 había sido impugnado a través
de seis demandas de inconstitucionalidad en 2017, después de que el presidente Rafael
Correa vetara el artículo original y añadiera el permiso de ingreso de semillas transgénicas
con fines de investigación, «La Corte Constitucional ratificó que Ecuador es un país libre
de transgénicos», Tierra viva. Agencia de noticias, acceso el 22 de octubre 2023, https://
acortar.link/kJsTps. En Uruguay el uso de transgénicos se encuentra regulado por normas
específicas, siendo el Gabinete Nacional de Bioseguridad la estructura orgánica a través de la
cual se canalizan las solicitudes de autorización. El objetivo principal de esta autoridad radica
en evitar los riesgos para la salud humana y la conservación del medio ambiente, derivados
de su utilización, «Alimentos transgénicos-Etiquetado obligatorio en Montevideo», acceso el
22 de octubre 2023, https://acortar.link/EntGeR. En Paraguay: El primer evento transgénico
aprobado data del año 2001; Paraguay cuenta con 41 variedades de transgénicos aprobados
convirtiéndose en el quinto país con mayor cantidad de transgénicos aprobados para su
cultivo -detrás de Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina- y manteniéndose en el sexto
lugar en materia de extensión territorial de los cultivos OGM con 3.8 millones de hectáreas,
«Gobierno aprueba el mayor paquete de transgénicos de la historia», BASE. Investigaciones
sociales, acceso el 22 de octubre 2023, https://acortar.link/BO7IVx.

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Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión del magisterio papal70

3. Doctrina Social de la Iglesia. Una visión equilibrada
3.1. Puntos clave en la DSI desde Pablo VI a Francisco

Pablo VI, en 1967 en su Carta Encíclica Populorum progessio,
manifestaba la atención de la Iglesia al desarrollo de los pueblos por
mejoras en las condiciones de vida de sus miembros:

El desarrollo de los pueblos y muy especialmente el de aquellos
que se esfuerzan por escapar del hambre, de la miseria, de las
enfermedades endémicas, de la ignorancia; que buscan una más
amplia participación en los frutos de la civilización, una valoración
más activa de sus cualidades humanas; que se orientan con decisión
hacia el pleno desarrollo (PP 1).

Siguiendo esta preocupación del magisterio papal, Juan Pablo
II, en su discurso de 1981 en la Pontifica Academia de las Ciencias,
expresaba su satisfacción ante el interés de los académicos en el estudio
y preocupación por los temas científicos: “Estimo las ventajas que
resultan –y que aún pueden resultar– del estudio y de las aplicaciones de
la biotecnología molecular, completada con otras disciplinas, como la
genética, y su aplicación tecnológica en la agricultura y en la industria”24.
Asimismo, manifestaba el Papa su confianza en la comunidad científica
porque su reflexión

debe iluminar a la humanidad acerca de las consecuencias –buenas y
malas– de la investigación científica y en especial de la que concierne
al hombre, a fin de que, por una parte, no se sitúe en posiciones
anticulturales que retarden el progreso de la humanidad y, por otra,
no cauce perjuicio a lo más valioso que posee el hombre: la dignidad
de su persona, destinada a un verdadero progreso en la unidad de su
ser físico, intelectual y espiritual25.

24 Juan Pablo II, Discurso a la Pontificia Academia de las Ciencias (3 de octubre de 1981): 3.
25 Juan Pablo II, Discurso…, 3.

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Iván Jesús Castro Aruzamen 71

Manteniendo la perspectiva equilibrada presente en la DSI acerca
de temas y problemas controversiales a lo largo de su desarrollo, y
retomando la posición de sus predecesores para abordar temas álgidos
en nuestras sociedades, sin perder de vista la función del bien común,
el Papa Francisco, sostiene que antes de emitir un juicio acerca de los
transgénicos se debe tener mucha precaución. “Es difícil emitir un juicio
sobre el desarrollo de organismos genéticamente modificados (OMG),
vegetales o animales, médicos o agropecuarios, ya que pueden ser muy
diversos entre sí y requerir distintas consideraciones” (LS 133).

El Papa hace alusión a la peculiaridad de la persona humana, y que en
esa singularidad no es posible considerar las dimensiones fundamentales
en la vida humana, como la razón y la ciencia, como algo exterior a su
condición. Si bien el ser humano puede recurrir a estas dimensiones para
intervenir en el curso natural de animales y vegetales, y de este modo
alentar su uso cuando es necesario, la Iglesia no se opone a su utilización
en la medida que se tenga presente el bien común y la dignidad humana.
En opinión del Papa esta intervención artificial a través de la ciencia será
legítima sí y solo sí contribuye a favorecer el desarrollo y conservación
de la vida. “Todo uso y experimentación «exige un respeto religioso de
la integridad de la creación” (LS 130).

El Papa Francisco se hace eco de la postura equilibrada de Juan Pablo
II, quien destacaba el aporte de la ciencia, pero al mismo tiempo hacía un
llamado a tener siempre presente las consecuencias de toda intervención
en el ecosistema. En este sentido, dice el papa: “No es posible frenar
la creatividad humana”, pero también recuerda fehacientemente: “Al
mismo tiempo, no pueden dejar de plantearse los objetivos, los efectos,
el contexto y los límites éticos de esa actividad que es una forma de
poder con altos riesgos” (LS 131). Por tanto, para Francisco la tarea
de la fe es el respeto para con la ciencia, lo cual constituye un aspecto
central del diálogo fe y razón, o la colaboración entre fe y ciencia,

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Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión del magisterio papal72

porque si la misma se desarrolla más allá de los intereses económicos e
ideológicos, su aporte y enseñanza sobre las estructuras biológicas deben
de ser tomadas en cuenta. “En todo caso, una intervención legítima es
aquella que actúa en la naturaleza «para ayudarla a desarrollarse en su
línea, la de la creación, la querida por Dios»” (LS 132) y sin olvidar
que la creación de Dios es la casa común, porque al final, como dice el
papa en su Carta Encíclica Fratelli Tutti: “Necesitamos desarrollar esta
conciencia de que hoy o nos salvamos todos o no se salva nadie” (FT
137).

En la reciente Exhortación Apostólica Laudate Deum, el papa
Francisco advierte sobre el peligro que conlleva la radicalización del
paradigma tecnocrático, porque “las últimas novedades tecnológicas
parten de la idea de un ser humano sin límite alguno, cuyas capacidades
y posibilidades podrían ser ampliadas hasta el infinito gracias
a la tecnología. Así, el paradigma tecnocrático se retroalimenta
monstruosamente” (LD 21). Si bien el problema alimenticio constituye
un serio peligro para gran parte de la humanidad, la biotecnología en
manos de la tecnocracia corre el riesgo de convertirse en una amenaza
letal para el ser humano y el medioambiente.

Sin duda no son ilimitados los recursos naturales que requiere la
tecnología, como el litio, el silicio y tantos otros, pero el mayor
problema es la ideología que subyace a una obsesión: acrecentar el
poder humano más allá de lo imaginable, frente al cual la realidad no
humana es un mero recurso a su servicio. Todo lo que existe deja de
ser un don que se agradece, se valora y se cuida, y se convierte en un
esclavo, en víctima de cualquier capricho de la mente humana y sus
capacidades (LD 22).

El Papa es incisivo manifestando la condición finita de la naturaleza;
pero el paradigma tecnocrático que impulsa la biotecnología, los
transgénicos, el desarrollo industrial, no tiene en cuenta esta realidad.

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Iván Jesús Castro Aruzamen 73

Ahora bien, cabe notar que la ideología científico-técnica que está
obsesionada con la posesión y manipulación de los recursos naturales,
se sustenta en estructuras concretas; la mismas responden a perpetuar
los intereses de grupos concretos de poder. Estas ideologías grupales,
como sostenía Franz Hinkelammert en 1970,

se refieren a la sociedad como un todo. […]. En este sentido,
pensamiento ideológico es un pensamiento que se refiere a la
sociedad como totalidad y que la explica. Por otra parte, ideología no
es tampoco pura explicación. No es sólo teoría, sino que es una teoría
pensada en relación con la sociedad como una totalidad, mirándola
desde el punto de vista de la acción de sus estructuras” 26.

Por lo que la acción de toda la maquinaria estructural desde la
cual actúa, impone y hegemoniza el modelo científico-técnico, termina
homogeneizando a las sociedades por medio del consumo. De tal forma
que teoría y praxis ideológica son altamente eficaces porque no dejan
lugar en la totalidad para un contradiscurso; aunque también es cierto
que las alternativas nacen de los márgenes, ya que el relato hegemónico
no logra copar ciertas grietas del todo social, como es la vida cotidiana
de las personas.

3.2. El concepto de “desarrollo” según la DSI
Respecto del desarrollo, la DSI ha mantenido una postura propia

y coherente desde la Populorum progessio de Pablo VI hasta Fratelli
tutti
de Francisco. La línea que ha atravesado el magisterio papal, y que
es la posición de la Iglesia en referencia al desarrollo, se resume en la
expresión desarrollo integral humano. Así, para Pablo VI el desarrollo
de los pueblos “es observado con tanta atención como esperanza por la
Iglesia” (PP 1). A raíz de tal preocupación hace un “llamamiento a todos
26 Franz Hinkelammert, Ideologías del desarrollo y dialéctica de la historia (Buenos Aires: Paidós

1970), 8.

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Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión del magisterio papal74

los hombres para una acción concreta en pro del desarrollo integral del
hombre y del desarrollo solidario de la humanidad” (PP 5). En la relación
Iglesia y mundo, el pontífice hace una especial mención acerca del papel
de la Iglesia. Al estar inmersa “en la historia, ella debe «escudriñar bien
las señales de los tiempos e interpretarlas a la luz del Evangelio»” (PP
13). En seguida presenta la visión cristiana del desarrollo:

El desarrollo no se reduce a un simple crecimiento económico. Para
ser auténtico, el desarrollo ha de ser integral, es decir, debe promover
a todos los hombres y a todo el hombre. Con gran exactitud lo
ha subrayado un eminente experto: «Nosotros no aceptamos la
separación entre lo económico y lo humano, ni entre el desarrollo y
la civilización en que se halla inserto. Para nosotros es el hombre lo
que cuenta, cada hombre, todo grupo de hombres, hasta comprender
la humanidad entera. (PP 14).

Este desarrollo debe de estar al servicio del hombre y al revés. Por
eso dice el papa: “Cuando hablamos, pues, del desarrollo significamos
que ha de entenderse tanto el progreso social como el aumento de la
economía. […] La economía y la técnica carecen de todo valor si no se
aplican plenamente al bien del hombre a quien deben servir” (PP 34).

Benedicto XVI, siguiendo el hilo conductor propuesto por la
Populorum progessio en Caritas in veritate, rescata las dos verdades
fundamentales sobre el desarrollo propuesto por Pablo VI: de que la
Iglesia en todo su ser y obrar promueve el desarrollo integral del ser
humano; y segundo, el auténtico desarrollo engloba la totalidad de la
persona. Afirma:

Sin la perspectiva de una vida eterna, el progreso humano en este
mundo se queda sin aliento. Encerrado dentro de la historia, queda
expuesto al riesgo de reducirse sólo al incremento del tener; así, la

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Iván Jesús Castro Aruzamen 75

humanidad pierde la valentía de estar disponible para los bienes más
altos, para las iniciativas grandes y desinteresadas que la caridad
universal exige. El hombre no se desarrolla únicamente con sus
propias fuerzas, así como no se le puede dar sin más el desarrollo
desde fuera (CV 11).

Si bien se ha alcanzado el desarrollo en algunas partes del planeta,
pero de manera desigual y problemática, no obstante, el Papa advierte
que “se ha de subrayar que no basta progresar sólo desde el punto de
vista económico y tecnológico
. El desarrollo necesita ser ante todo
auténtico e integral” (CV 23). Y un aspecto fundamental del mismo, dirá
Benedito XVI, es “la importancia del tema del respeto a la vida […] La
apertura a la vida está en el centro del verdadero desarrollo. Cuando una
sociedad se encamina hacia la negación y la supresión de la vida, acaba
por no encontrar la motivación y la energía necesaria para esforzarse en
el servicio del verdadero bien del hombre” (CV 28).

Otra dimensión esencial para el desarrollo del ser humano constituye
el amor. En consideración del Papa se debe de realizar todo el esfuerzo
para que los distintos ámbitos del saber interactúen. “Las exigencias del
amor no contradicen las de la razón. El saber humano es insuficiente y las
conclusiones de las ciencias no podrán indicar por sí solas la vía hacia el
desarrollo integral del hombre” (CV 30). Asimismo, anota el pontífice la
relación del desarrollo con el medio ambiente y la naturaleza: “El tema
del desarrollo está también muy unido hoy a los deberes que nacen de
la relación del hombre con el ambiente natural. Este es un don de Dios
para todos, y su uso representa para nosotros una responsabilidad para
con los pobres, las generaciones futuras y toda la humanidad” (CV 48).

Por otra parte, cuando se trata del desarrollo de los pueblos y la
técnica, Benedicto XVI advierte de tres peligros que socavan un
desarrollo integral del ser humano y de la sociedad: 1. La persona se

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Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión del magisterio papal76

degrada si ésta se pretende creadora única de sí misma. 2. A los pueblos
les pasa igual cuando pretenden recrearse enarbolando los prodigios
de la tecnología. 3. También el desarrollo económico se torna dañino
y ficticio si solo se centra en las bondades de las finanzas alentando
un crecimiento antinatural y consumista (cf. CV 68). Frente a estos
peligros, sostiene: “El desarrollo debe abarcar, además de un progreso
material, uno espiritual
, porque el hombre es «uno en cuerpo y alma»,
nacido del amor creador de Dios y destinado a vivir eternamente. […]
No hay desarrollo pleno ni un bien común universal sin el bien espiritual
y moral de las personas
, consideradas en su totalidad de alma y cuerpo”
(CV 76).

El Papa Francisco se preocupa ante el nivel de desarrollo tecnológico
alcanzado por obra del ser humano y que ha tenido repercusiones
irreversibles en el medio ambiente. En Laudato Sí, con una luz de
esperanza dice: “El desafío urgente de proteger nuestra casa común
incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda
de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden
cambiar” (LS 13). Por tanto, una ecología integral, sostiene el Papa,
es inseparable del bien común: “El bien común presupone el respeto a
la persona humana en cuanto tal, con derechos básicos e inalienables
ordenados a su desarrollo integral” (LS 157).

Ahora bien, toda búsqueda de desarrollo, para ser integral debe de
responder a algunas interrogantes que coadyuven a clarificar su fin y
propósito: “[E]n orden a discernir si aportará a un verdadero desarrollo
integral: ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿De qué manera?
¿Para quién? ¿Cuáles son los riesgos? ¿A qué costo? ¿Quién paga los
costos y cómo lo hará?” (LS 185). El desarrollo integral, en la óptica
de Francisco y la DSI, en Fratelli tutti considera que también se puede
alcanzar por medio de un fecundo intercambio entre los diversos
países más allá de sus fronteras y culturas. “Desde el punto de vista del

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desarrollo integral, esto supone que se conceda «también una voz eficaz
en las decisiones comunes a las naciones más pobres» y que se procure
«incentivar el acceso al mercado internacional de los países marcados
por la pobreza y el subdesarrollo»” (FT 138).

En el enfoque equilibrado y crítico del magisterio papal, Francisco
apunta a ciertas corrientes economicistas cerradas y monocromáticas
que no admiten la posibilidad y aporte de los movimientos sociales
en vías de construcción de un desarrollo más humano. “Con ellos será
posible un desarrollo humano integral, que implica superar «esa idea
de las políticas sociales concebidas como una política hacia los pobres
pero nunca con los pobres, nunca de los pobres y mucho menos inserta
en un proyecto que reunifique a los pueblos” (FT 169). También la paz
depende de un desarrollo equilibrado; sin ella es muy difícil llegar a
una paz duradera en una sociedad y entre naciones. “Quienes pretenden
pacificar a una sociedad no deben olvidar que la inequidad y la falta
de un desarrollo humano integral no permiten generar paz” (FT 235).
“Si se quiere un verdadero desarrollo humano integral para todos, se
debe continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra entre las
naciones y los pueblos” (FT 257).

La doctrina social de la Iglesia expresada en el magisterio de los
papas no ha cambiado su mirada y la manera de concebir el desarrollo.
Sin perder de vista la centralidad del ser humano, así como su relación
con el entorno que habita, ha abogado por una posición integral del
desarrollo, es decir, la totalidad integrada del ser humano, en la que la
dimensión material y lo trascendente y espiritual están interrelacionadas
de forma inmanente. De modo que todo el ser humano alcance la
salvación. “Este propósito dimana del «amor fontal» o caridad de Dios
Padre […] de suerte que el que es creador de todas las cosas ha venido
a hacerse todo en todas las cosas (I Cor 15, 28), procurando a la vez su
gloria y nuestra felicidad” (AG 2).

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Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión del magisterio papal78

4. La religiosidad del desarrollo. Fe y ciencia
Juan Pablo II, en 1998 en la Carta encíclica Fides et Ratio, teniendo

en cuenta a sus predecesores, dirigió una mirada a la razón humana y
su actividad, recordando que, gracias a la peculiaridad de la misma y
su búsqueda de la verdad, se han hecho avances importantes que han
favorecido a la cultura y la historia humanas; de igual forma, advertía
los riesgos que conlleva la imposición de una razón completamente
autónoma, porque

los resultados positivos alcanzados no deben llevar a descuidar el
hecho de que la razón misma, movida a indagar de forma unilateral
sobre el hombre como sujeto, parece haber olvidado que éste está
también llamado a orientarse hacia una verdad que los trasciende. Sin
esta referencia, cada uno queda a merced del arbitrio, y su condición
de persona acaba por ser valorada con criterios pragmáticos basados
esencialmente en el dato experimental, en el convencimiento erróneo
de que todo debe ser dominado por la técnica” (FR 5).

Sin esa referencia a la verdad trascendente, Francisco se refiere a
la profunda crisis y consecuencias derivadas de tal antropocentrismo
moderno: “En la modernidad hubo una gran desmesura antropocéntrica
que, con otro ropaje, hoy sigue dañando toda referencia común y todo
intento por fortalecer los lazos sociales” (LS 116). Para no sucumbir
ante la fuerza y hegemonía de una razón absolutamente unilateral, que
termina convirtiendo el antropocentrismo en la única perspectiva para
comprender y explicar la realidad, la historia y el mundo, Juan Pablo II
reafirma el papel de la fe frente a una visión centrada sólo en el hombre:
“la fe es la respuesta de obediencia a Dios. Ella conlleva reconocerle
en su divinidad, trascendencia y libertad suprema. El Dios que se da a
conocer desde la autoridad de su absoluta trascendencia, lleva consigo
la credibilidad de aquello que revela. Desde la fe el hombre da su

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asentimiento a ese testimonio divino” (FR 13). Teniendo en cuenta la
distinción entre una razón antropocéntrica y la fe como una respuesta,
Juan Pablo II mencionaba el peligro de una razón sin un horizonte
trascendente que acaba absolutizando la inmanencia del ser humano.
Francisco, casi al final en Querida Amazonía, advertía de la necesidad
de no acabar devorados por “la inmanencia terrena, el vacío espiritual, el
egocentrismo cómodo, el individualismo consumista y autodestructivo”
(QA 108). Ahora bien, ante la pregunta: ¿Qué ocurre cuando esta
razón unilateral abomina de toda referencia a una verdad última, o el
reconocimiento de la infinitud de Dios? El único camino que le queda
es convertirse en una falsa religión, trasmutando los valores de la fe al
servicio de su religiosidad. Esta es una de las principales características
de la nueva biotecnología y el desarrollo occidental.

La apropiación de los recursos naturales constituye hoy una práctica
común en todos los países latinoamericanos. Si bien se realiza en unos
con más intensidad que otros, la expropiación de los recursos naturales se
lleva adelante a través de mega ingenierías a cielo abierto, perforaciones
petroleras. Estas actividades están muy extendidas en los países cuyas
economías dependen del extractivismo27; pero también cada vez más,
el crecimiento del monocultivo de la soja atraviesa gran parte de
Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia. Esta actividad se ha ido
incrementando desde inicios de la década del 2000; el motivo de dicho
incremento fue la demanda y los altos precios en el mercado internacional.
Cabe notar que las políticas extractivistas, además de desestabilizar
la relación entre comunidades afectadas y el medioambiente, inciden
negativamente en el equilibrio Estado-comunidad. Este problema no ha
podido ser abordado de manera efectiva en gobiernos tanto progresistas
como liberales, porque no demuestran capacidad alguna de afrontar el
27 Cf. G. Kruip; D. Müßig; R. Zikesch, El neo-extractivismo en Bolivia. Oportunidades, Riesgos,

Sostenibilidad, Instituto de Misionología (FTSP)-Itinerarios, Cochabamba (Bolivia) 2019.

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Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión del magisterio papal80

problema ni la voluntad política para hacerlo. Una prueba evidente de
tal inoperancia es la ausencia de normativas eficaces que frene, o, por
lo menos, mitigue las actividades extractivistas. No hay duda de que los
efectos territoriales, sociales, económicos y ambientales tiene un alto
costo para el ecosistema y su incidencia en la biosfera.

A pesar de los datos y evidencias acerca del impacto negativo, por
ahora nada detiene el avance de las prácticas de apropiación de los
recursos naturales. La religión del mercado y su status idolátrico28 ha
impregnado la justificación extractivista al punto de que tales prácticas
forman el entramado de una iglesia que vende una fe, una esperanza,
un futuro incuestionable, asociada a la idea del desarrollo y bienestar
humano. Para tal afirmación recurre al discurso de la legitimación de
los recursos naturales por medio de una fe seductora. “Los debates en
muchos sitios ya dejaron de manejar argumentos y esa defensa se hace
desde la fe. Se tiene fe en que generarán bienestar económico, se cree que
habrá alguna tecnología que impedirá los impactos ambientales y se está
convencido en que representa el progreso”29. Acerca de este fenómeno
histórico global y sus consecuencias, es importante para el pensamiento
crítico social y la Doctrina Social de la Iglesia identificar a través de
sus signos y señales la presencia o ausencia de tal fenómeno, no solo
en la geografía natural sino también en la ecología social y humana.
“Y es la misma dimensión dramática del desequilibrio ecológico la que
nos enseña ahora cómo la avidez y el egoísmo, individual y colectivo,

28 Franz Hinkelammert, Totalitarismo del mercado (México: Akal 2018), 15-54; Hugo Assmann,
Idolatría del mercado
(San José-Costa Rica: DEI 1997), 131-248; Franz Hinkelammert,
Las falacias religiosas del mercado (Barcelona: Cristianisme i Justícia 1997), 8-15; Enrique
Dussel, 16 Tesis de economía política. Una filosofía de la economía (Buenos Aires: Docencia
2013), 85-137; estos autores han desarrollado una crítica original al sistema de mercado
capitalista dominante actual. Un acercamiento al tema desde una perspectiva interdisciplinar
se encuentra en «Tema monográfico: Economía y religión» Concilium 343 (2011).

29 Eduardo Gudynas, «Teología de los extractivismos» Tabula Rasa 24 (2016): 13.

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son contrarios al orden de la creación, que implica también la mutua
interdependencia”30.

La religión del mercado, el desarrollo y el progreso, se exponen de
manera apoteósica en el escenario global como única alternativa de un
final feliz en el que la humanidad alcanzará la plenitud de su realización;
así

en la medida en la que son religiosas, estas creencias se reavivan
constantemente mediante rituales y unos signos. Por ejemplo, los
salones, las ferias y las exposiciones de todo tipo (y especialmente las
“exposiciones universales”) cultivan la idea de que “el progreso está
en marcha” de la misma forma que la inauguración de una escuela o
de una presa en un país lejano permiten hacer creer en la inminencia
de una vida mejor31.

En ese sentido Carl Schmit, en 1939, a propósito de la teología
política, sostenía: “Todos los conceptos centrales de la moderna teoría
del Estado son conceptos teológicos secularizados. Lo cual es cierto no
sólo por razón de su evolución histórica, en cuanto fueron transferidos de
la teología a la teoría del Estado”32. En el caso del mercado, el progreso
y desarrollo se han apropiado de categorías teológico-religiosas para
ser instrumentalizadas a favor de sus causas, como es la acumulación
de capital y el saqueo de los recursos naturales; por ese motivo es
que se puede concebir la religión y teología de las nuevas tecnologías
de manera multiforme. Sin embargo, es posible identificar un hilo
conductor de la misma expresada en la fe en un mundo idílico; y aunque
el fracaso de esas promesas es evidente, en cada momento presente,
de modo persistente una y otra vez, abren el espacio para instaurar la
30 San Juan Pablo II, Mensaje para la celebración de la XXIII Jornada Mundial de la Paz 1990, 8.
31 Gilbert Rist, El desarrollo: historia de una creencia occidental (Madrid: Libros de la catarata

2000), 34.
32 Carl Schmit, Teología política (Madrid: Trotta 2009), 37.

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Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión del magisterio papal82

idea de una prórroga indefinida, pero con la promesa de un escaton
inminente. En razón de tales postulados de la religión del desarrollo, no
se tolera opiniones contrarias; el paradigma de un desarrollo y progreso
indefinido sustentado en una religión sin trascendencia es una creación
reciente de la cultura occidental y que la diferencia de otras.

La biotecnología es fruto y expresión radical del modelo occidental.
El desafío de la misma como religiosidad es mantener intacta la fe en la
tecnología, por tanto, expandir e introyectar en la sociedad la creencia
ciega en un futuro sin sufrimiento; en otras palabras, en un paraíso terrenal
sin grietas, más allá de que tal desarrollo aterrice en un mundo feliz
sea imposible33. “La historia muestra que «el desarrollo» es un invento
reciente. Si el mundo ha podido vivir sin él durante mucho tiempo, es
legítimo pensar que la vida continuará cuando desaparezca”34, y el ser
humano en medio de las contradicciones históricas de su devenir seguirá
adelante en pos de un mundo más humano y en equilibrio con toda la
creación. No obstante, a pesar de la legitimidad de imaginar un mundo
sin desarrollo, esta tropieza con el estado actual de cosas, debido a que
las amenazas para la sobrevivencia del género humano en el planeta se
hacen cada día más evidentes. La aporía entre un final feliz o catastrófico
para la especie humana y el planeta por ahora permanece latente.

En el actual escenario globalizado, la extracción, el comercio y la
industrialización de los recursos naturales se han terminado imponiendo
como un hecho natural, es decir, se ha naturalizado la agresión al
ecosistema. Las consecuencias harto conocidas pasan por un deterioro
acelerado del entorno natural; en otros términos, aquello que no es
producto de una intervención artificial (plantas, animales y recursos)
33 Cf. Eduardo Gudynas, Vendiendo la naturaleza. Impactos ambientales del comercio

internacional en América Latina (La Paz-Bolivia: CLES-COOPERACIÓN TÉCNICA ALEMANA
(GTZ)-INSTITUTO DE ECOLOGÍA 1996), 32.

34 Gilbert Rist, El desarrollo: historia de una creencia occidental (Madrid: Libros de la catarata
2000), 284.

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sufren modificaciones. “Todo esto ha demostrado crudamente cómo toda
intervención en un área del ecosistema debe considerar sus consecuencias
en otras áreas y, en general, en el bienestar de las generaciones futuras”35.
El proceso de desarrollo ilimitado no tiene en cuenta la perspectiva de
las consecuencias; porque se sostiene en la idea de ser la única manera
de sustentar un modelo de vida para el ser humano, la finalidad de la
existencia humana es el consumo a gran escala como medio de alcanzar
la felicidad inmediata. Así la teleología del desarrollo se resume en el
axioma: a mayor consumo, menos infelicidad.

5. Biotecnología, comercio internacional y Doctrina Social de la
Iglesia
En América Latina la explotación y saqueo de los recursos naturales

ha alcanzado niveles de irracionalidad, al margen del sentido del bien
común o la dignidad del ser humano. Ahora bien, no se puede soslayar
que la actividad extractivista se desarrolla de manera sistemática a partir
de la colonización europea. “Desde el arribo de los conquistadores
europeos, comenzaron a extraerse enormes cantidades de recursos
naturales, que casi en su totalidad eran enviados a las colonias europeas,
a precios muy bajos. En cambio, las colonias debían de comprar los
productos europeos a precios altos”36. La exportación desde las
periferias americanas después de más de 500 años no ha cambiado en
su relación con los centros industrializados; hoy en día, la extracción
de componentes naturales como los minerales, oleaginosas, café, cacao,
banano, etc., tienen como destino las grandes urbes metropolitanas.

Es llamativa la situación en región Latinoamericana, porque la
“información disponible sobre el resto de las Américas y otras regiones
35 Juan Pablo II, Mensaje para la celebración de la XXIII Jornada Mundial de la Paz 1990, 6.
36 Eduardo Gudynas, Vendiendo la naturaleza. Impactos ambientales del comercio internacional

en América Latina (La Paz-Bolivia: CLES-COOPERACIÓN TÉCNICA ALEMANA (GTZ)-
INSTITUTO DE ECOLOGÍA 1996), 15.

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Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión del magisterio papal84

no metropolitanas configura una imagen inquietante de la devastación
de la naturaleza que ha tenido lugar en las naciones neocoloniales,
en las cuales una cultura colonial de pillaje de la naturaleza sigue
sirviendo de base a las prácticas naturales”37. Actualmente, otra manera
sutil de apropiación extractivista es la bioprospección. Esta rama de la
biotecnología está abocada a la clasificación, aprovechamiento, rastreo
y recolección de la biodiversidad. No obstante los beneficios que
pueda acarrear esta actividad para la industria, su marco de acción es
la apropiación indebida de los conocimientos milenarios custodiados
por las comunidades indígenas. Por esa razón, “las empresas
farmacéuticas trasnacionales y algunas otras industrias relacionadas con
la biotecnología se encuentran sumamente interesadas en aprovechar
comercialmente los conocimientos indígenas, lo que produce una
relación de conflicto entre empresas trasnacionales y las comunidades
indígenas”38. El por qué se lleva adelante una agresiva extracción de las
riquezas naturales del subcontinente, sin duda se debe a que “América
Latina se destaca por poseer variedades salvajes del maíz, papa, camote,
tomate, cacao, caucho, etc. A partir de esta riqueza se obtienen nuevas
semillas producidas por recombinación de ADN, que luego son vendidas
de vuelta al sur”39, siguiendo la lógica colonial que se instauró con el
descubrimiento de América en 1492.

Por esa razón, el avance y aplicación de la biotecnología depende
en gran medida de la demanda de mercado; por tanto, existe también
37 Fernando Coronil, El estado mágico. Naturaleza, dinero y modernidad en Venezuela (Caracas-

Venezuela: Nueva Sociedad 1997), 24.
38 Ana Pohlenz de Tavira, Claudio Iris Olvera, María José Bazán Estrada, «La biotecnología

un arma de doble filo para las regiones bioculturales: el caso del ICBG-Maya», en Alberto
Betancourt Posada (coord.), De la conservación desde arriba a la conservación desde abajo.
El interés trasnacional en los saberes indígenas sobre la ecología
, (México: Fundación
Carolina-CeALCI 2006), 187-188.

39 Eduardo Gudynas, Vendiendo la naturaleza. Impactos ambientales del comercio internacional
en América Latina
(La Paz-Bolivia: CLES-COOPERACIÓN TÉCNICA ALEMANA (GTZ)-
INSTITUTO DE ECOLOGÍA 1996), 87.

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Iván Jesús Castro Aruzamen 85

una vinculación al comercio internacional. No hay duda de que “[h]
oy existe consenso generalizado entre los gobiernos y amplios sectores
académicos sobre la validez de las formas desajustadas y liberalizadas
del comercio internacional, como una herramienta esencial para alcanzar
el crecimiento económico como expresión del desarrollo”40. El Papa
Francisco, en la Exhortación Apostólica Postsinodal Querida Amazonía,
denuncia cómo esos intereses económicos se apropian del subsuelo:
“Los intereses colonizadores que expandieron y expanden –legal e
ilegalmente– la extracción de madera y la minería” (QA 9), justificaron
su accionar bajo una mirada falsa de manera que los territorios fueron
vistos “como un enorme vacío que debe ocuparse, como una riqueza
en bruto a desarrollarse, como una inmensidad salvaje que debe ser
domesticada” (QA 12). Este modo de proceder tiene un nombre, y
corresponde exactamente a una “injusticia y crimen” (QA 13). A raíz de
ello, el comercio internacional que lucra con los recursos naturales es
una actividad deplorable. “La economía global daña sin pudor la riqueza
humana, social y cultural” (QA 39).

También hay que reconocer que no todo el problema de la
biotecnología, la agroindustria, los transgénicos, o los agroquímicos
deviene de la intervención extranjera o de las trasnacionales de
manera fáctica, si bien tienen el poder económico y la hegemonía de
las tecnologías, pues en América Latina “está aumentando la ayuda
científica dedicada a la investigación en biotecnología, donde los
propios latinoamericanos son los que identifican, extraen material
genético y realizan su procesamiento primario, determinando sus
potenciales unidades”41. Esta incursión latinoamericana en el comercio
biotecnológico llega a establecer una competencia desleal que repercute
en un comercio desigual entre especies naturales no modificadas y los
40 Gudynas, Vendiendo la naturaleza…, 13.
41 Gudynas, Vendiendo la naturaleza…, 87.

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Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión del magisterio papal86

OMG. “Los productos biotecnológicamente generados también pueden
competir con productos naturales de América Latina, desencadenando
así otros problemas socio ambientales”42.

El magisterio del Papa Francisco hace un llamado a cuidar y no
perder de vista que las personas y los ecosistemas son inseparables, por
lo que su cuidado requiere que sean tomadas en cuenta otras sabidurías,
otras cosmovisiones de la naturaleza, más allá de la europea occidental.
“La sabiduría de los pueblos originarios de la Amazonía «inspira el
cuidado y el respeto por la creación, con conciencia clara de sus límites,
prohibiendo su abuso. Abusar de la naturaleza es abusar de los ancestros,
de los hermanos y hermanas, de la creación, y del Creador, hipotecando
el futuro” (QA 42). Cuidado y respeto, dos claves de relacionamiento
con la naturaleza, están muy presentes en las culturas americanas; pero
también el sentido de límite y la prohibición del abuso contra el entorno.
Sobrepasar los límites establecidos siempre es un exceso que desemboca
en el desequilibrio y afecta notablemente la relación hombre/naturaleza;
y las consecuencias son la anticipación de un futuro incierto para la vida
en el planeta.

Todo en el ecosistema está regulado. Las partes están interrelacionadas
para formar un todo en equilibrio; la biotecnología, la agroindustria, el
comercio no respetan la armonía en la naturaleza. “Esto es fácilmente
ignorado en la evaluación del impacto ambiental de los proyectos
económicos de industrias extractivistas, energéticas, madereras y otros
que destruyen y contaminan” (QA 49). Repercute de manera agresiva en
el desorden de la ecología natural y del ser humano. “Así, pues, además
de la ecología de la naturaleza hay una ecología que podemos llamar
«humana», y que a su vez requiere una «ecología social»”43.

42 Gudynas, Vendiendo la naturaleza…, 87.
43 Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2007, 8.

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Iván Jesús Castro Aruzamen 87

Esta enorme presión sobre los ecosistemas no solo se debe a las
necesidades de recursos naturales propios de cada país, sino que está
directamente vinculada a la economía global. En efecto, sectores
como la agricultura de monocultivos, la minería a gran escala o la
explotación petrolera, alimentan sobre todo a los flujos exportadores
de materias primas. La base productiva, y en especial el grueso de las
exportaciones continentales, sigue dependiendo en extraer recursos
naturales44.

Por tanto, queda absolutamente establecido que el deterioro
ambiental es consecuencia de la actividad extractivista de grandes
empresas que actúan desde una lógica de acumulación internacional
y las reglas de juego establecidas por el comercio global. “El cambio
climático planetario deja en claro que los efectos negativos se derraman
a nivel mundial, y que las acciones locales también tienen efectos
globales”45. Ante este panorama se abren preguntas ineludibles: ¿Cuál
o qué alternativas se tiene para revertir el modelo hegemónico de
desarrollo y progreso? ¿Existe alguna solución para los efectos que se
avecinan a consecuencia del saqueo de la naturaleza? ¿Es posible frenar
el avance de la biotecnología y sus aplicaciones? La respuesta del Papa
y su magisterio es equilibrada y exhala un aire de esperanza: “Se pueden
buscar alternativas de ganadería y agricultura sostenibles, de energías
que no contaminen, de fuentes dignas de trabajo que no impliquen la
destrucción del medioambiente y de las culturas. Al mismo tiempo,
hace falta asegurar para los indígenas y los más pobres una educación
adaptada que desarrolle sus capacidades y los empodere” (QA 17).

44 Eduardo Gudynas, Derechos de la naturaleza. Ética biocéntrica y políticas ambientales (Lima:
PDTG-CA-CLAES 2014), 25.

45 Gudynas, Derechos de la naturaleza…, 26-27.

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Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión del magisterio papal88

Conclusión
El cambio climático es una amenaza, cuyas consecuencias están

a la vuelta de la esquina. “Ya no se puede dudar del origen humano
—“antrópico”— del cambio climático” (LD 11). De la misma manera,
sean en beneficio o detrimento del medioambiente, la biotecnología, la
agrobiotecnología, los transgénicos, los agroquímicos tienen su origen
en la intervención humana. Por tanto, el futuro de la especie depende
también en gran medida de la acción humana para con la naturaleza.
Ya no es posible negar la estrecha relación de todos los componentes
del ecosistema. Son importantes y necesarias las políticas locales para
abordar las crisis planetarias, pero también los acuerdos globales que se
plasmen en políticas concretas. Si no es posible revertir los efectos, al
menos se debe mitigar los mismos en función de las futuras generaciones.

La DSI, al pensar los problemas que aquejan a la sociedad y su futuro,
es precisa y crítica, pero sin perder de vista el bien común y la defensa
de la vida; con razón la Iglesia ha sido llamada maestra en humanidad. A
pesar de las luces y sombras –por ejemplo, la ontocratización, es decir,
la transformación en sistema de poder y represión contra la creatividad
y la crítica, en determinados contextos y épocas46– que han marcado su
desarrollo histórico, ha defendido la vida por encima de todo signo de
contradicción, que atente la dignidad humana. En su diálogo con las
distintas ciencias y saberes humanos, su aporte a la construcción de un
discurso interdisciplinar, que favorezca la comprensión de los problemas
ingentes, ha sido un esfuerzo constante. Un ejemplo del mismo es
su acercamiento a la problemática suscitada por el desarrollo de la
biotecnología, y de manera más explícita con la agrobiotecnología y sus
impactos. Así como ha puesto en cuestión la voracidad del capitalismo
46 Leonardo Boff, Iglesia carisma y poder. Ensayos de eclesiología (Sal Terrae: Santander,

1982): 94; Jean Verdon, Sombras y luces de la Edad Media (El Ateneo: Buenos Aires, 2006):
73-114.

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Iván Jesús Castro Aruzamen 89

deshumanizante y el desarrollo ilimitado, que ve en la naturaleza solo
un objeto a ser manipulado, en contraposición demarcó en su magisterio
una postura ante el desarrollo, y desde ella ha defendido el desarrollo
humano integral como alternativa frente a las propuestas de desarrollo
desde distintos frentes ideológicos.

La DSI y su magisterio, en el marco del equilibrio, más no por eso
acrítico, ha hablado absolutamente en coherencia con el Evangelio de
Jesús. No ha cesado de clamar por la construcción de una sociedad
cada vez más humana a la luz de los valores evangélicos. Hoy cuando
el cambio climático y sus consecuencias compromete el futuro de la
Casa común, el planeta donde habita la especie humana y, por tanto,
la pervivencia del ser humano, el magisterio es crítico con posturas
ideológicas, como el científico-técnico, por su responsabilidad en el
deterioro del medioambiente, a raíz de la explotación de los recursos
naturales. Si continúa el desarrollo como actividad enfocada a la
extracción y la promesa de un paraíso terrenal sujeto al consumo
desenfrenado, además única condición de felicidad como hasta ahora,
el futuro ser torna incierto; pues todo lo que acomete en contra de la
creación es un crimen, fruto de la injusticia tan presente en el mundo
actual.

yachay Año 41, nº 79, 2024, p. 57-94

Biotecnología y desarrollo. Repercusiones en la reflexión del magisterio papal90

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Artículo presentado en 15.01.2024 y aprobado en 14.05.2024.
Iván Castro es Magister en Teología, especialidad en Misionología,
de la Facultad de Teología San Pablo (FTSP), Universidad Católica
Boliviana, sede Cochabamba. Doctorando en la misma especialidad.
Profesor de Filosofía de la Religión y Cristología en la FTSP. Autor del
libro de poemas Secreto inescrutable (Verbo Divino, 2019). Autor de
Homero Carvalho. La odisea de las palabras (Kipus, 2019) y Cada vida
un recuerdo
(Kipus, 2019). Email: ivan.castro@ucb.edu.bo; ORCID:
0000-0002-0184-3814.